El estado bolivariano de Falcón fue escenario del Quinto Encuentro Internacional La Economía de los Trabajadores y Trabajadoras. La autogestión y la unidad de clase reivindicados en un marco conmovedor: la pelea de un pueblo y un gobierno hostigados permanentemente.
Una fuerte expresión de solidaridad y de apoyo a su proceso revolucionario permanentemente acosado recibieron los organizadores locales del Quinto Encuentro Internacional La Economía de los Trabajadores y las Trabajadoras, realizado del 22 al 26 de julio pasados en la península de Paraguaná, Estado de Falcón, República Bolivariana de Venezuela. La llamada “guerra económica” que desabastece a los sectores populares de alimentos y artículos básicos, la infiltración de bandas paramilitares y narcotraficantes “a la colombiana” en los barrios más humildes, la permanente hostilidad de Estados Unidos y otras potencias occidentales, delinean el rostro de la actual etapa del ataque al gobierno encabezado por Nicolás Maduro. Un ataque feroz que sienten como tal incluso sectores chavistas que critican en voz alta algunos aspectos de la actual gestión.
Este de la crítica fue un perfil notorio en el grueso de los participantes venezolanos en el Encuentro. “Hay algunos sectores del gobierno que están burocratizados, que no permiten que se avance en lo planeado por el comandante Chávez, que es dar más poder a la clase obrera, a los campesinos, a las comunas”. Palabras más, palabras menos, por ahí van los cuestionamientos, que además de críticos siempre sonaron a autocríticos también; y que tienen como contorno la cerrada defensa del proceso revolucionario, con expresiones de disposición a luchar con cuerpo y alma en todos los frentes que haga falta para sostener y profundizar la epopeya iniciada de la mano del “Comandante Eterno”, que mira desde los murales pintados en los paredones.
La solidaridad y el apoyo a la revolución bolivariana se hicieron oír de parte de los representantes de las delegaciones de otros países, entre las que la más numerosa fue la argenta. También dieron el presente trabajadores y académicos de Italia, Francia, España, Sudáfrica, Uruguay, Chile, Brasil, Colombia, México y Estados Unidos, que pudieron colar sus voces a duras penas entre los verborrágicos venezolanos y argentinos.
En las charlas y comisiones se repasaron diversas experiencias, se presentaron ponencias y proclamas, se informó y se debatió fraternalmente sobre los cuadros de situación en cada lugar, se desmenuzó la “crisis terminal” del capitalismo, los riesgos que implica, las grietas que deja; se concluyó que los sucesivos encuentros ya generaron un espacio permanente, una base de confianza para avanzar en la articulación de acciones conjuntas, más allá de las diferencias.
Esa base de confianza pareció terminar de fraguarse en el Quinto Encuentro tanto al calor del trabajo en paneles y comisiones, que se desplegó cada jornada desde media mañana hasta el caer de la tarde, como en las posteriores juntadas para el rito de la cena y la larga sobremesa, adobada con guitarra y cuatro –típico instrumento del riquísimo acervo cultural venezolano–, que gracias a Dios incluye también al Cocuy, una bebida ancestral destilada en los cerros de Paraguaná, con propiedades curativas y con la graduación alcohólica suficiente para beberla con respeto y reverencia, y luego dejarse llevar por la cadencia del Caribe que abraza a Amuay, el pequeño pueblo donde convergieron las delegaciones participantes.
Sólo en la jornada del jueves 23 los asistentes al Encuentro dejaron por un rato la sede del Complejo Alejo Díaz, allí en Amuay. Fue para trasladarse a la cercana área industrial de Punto Fijo, la ciudad más importante de la península. El viaje fue para visitar las sedes de Vtelca y Vit, empresas del Estado pensadas y creadas por Chávez con el objetivo de avanzar hacia la soberanía tecnológica. En Vtelca se ensamblan celulares, en Vit computadoras. La tecnología y los insumos son chinos, el objetivo es ir avanzando en el desarrollo propio de cada vez más componentes. Las empresas son dirigidas por un funcionario designado por el Estado pero cuentan con influyentes Consejos de Trabajadores, que gozan de buenos salarios y acceso a espacios culturales, deportivos, de formación y de integración. “Esto es gracias al comandante Chávez”, repiten –y no como loros– los trabajadores que hacen un alto en sus tareas para recibir a los visitantes. Se los ve relajados y a la vez involucrados, comprometidos. En Vtelca, la visita cierra a toda orquesta integrada por trabajadores de la fábrica que asisten a los talleres culturales. Suenan los vientos y los tambores, la revolución se divierte.
Otra vez en Amuay, en la jornada final del Encuentro, se vive el plenario de cierre. Se celebra que en las tres comisiones que deliberaron previamente hayan surgido propuestas y consignas similares, entre las que se cuenta la de consolidar vínculos de trabajo, productivos, de conformación de redes entre los diversos emprendimientos autogestionados y organizaciones participantes. Se resuelve además crear plataformas de comunicación comunes. Se acuerda pronunciarse en solidaridad con luchas en varios idiomas, se reafirma el apoyo al proceso bolivariano. Se insiste en la importancia de continuar el debate sobre las mejores formas de avanzar para los trabajadores de todas las latitudes. Se espera con ansiedad la publicación en la web de las ponencias e intervenciones, que fueron muchas, que podrán leerse en www.recuperadasdoc.com.ar y otros sitios.
Vinieron, después, las inevitables despedidas. Venezuela conquistó los corazones de los participantes extranjeros que tuvieron la gran oportunidad de conocerla, con su revolución en marcha, con su generosidad tropical. Venezuela invita a volver, a seguir el camino de la lucha por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras con pasión, con alegría. Esta costumbre que se expande por América Latina.
Algodón que se viene
En el marco del Quinto Encuentro Internacional La Economía de los Trabajadores y Trabajadoras, se acordó trabajar para la creación de una cadena productiva que vincule productores de algodón con trabajadoras que confeccionan prendas de vestir en la región de la península de Paraguaná, en el estado venezolano de Falcón. El referente de la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé (CTTP), Francisco Martínez, se contó entre quienes asumieron el compromiso de avanzar hacia una integración productiva. “No vinimos aquí solamente a intercambiarnos las direcciones de facebook, tenemos que seguir juntos para generar más trabajo”, sostuvo en la jornada final el representante de la CTTP, que recuperara la enorme planta de Gatic en la ciudad de Pigüé y ocupa a 130 trabajadores. Textiles Pigüé fue sede, en octubre del año pasado, de una de los encuentros regionales previos al internacional que se llevó a cabo en Venezuela.
Facultad abierta a los trabajadores
El Programa Facultad Abierta, dependiente de la facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y coordinado por Andrés Ruggeri, es la semilla que floreció en los encuentros como el realizado en Venezuela, en cuyo Comité Organizador Internacional ya se suman casi dos decenas de entidades académicas, federaciones y cooperativas argentinas, brasileñas, mexicanas, uruguayas, francesas, italianas, estadounidenses, canadienses, colombianas y griegas.
El comité organizador venezolano del Quinto Encuentro, en tanto, estuvo conformado por el Movimiento Nacional por el Control Obrero, el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora, la Juventud Venezolana por la Industrialización Socialista (Juvindus), el Movimiento Gayones, la Escuela coriana socialista de trabajadores y trabajadoras (estado de Falcón) y el Movimiento Estudiantil Gente Unexpo (Megun, estado de Miranda).
Entre las organizaciones argentinas que participaron del encuentro se contó la Cooperativa La Masa, que produce este periódico, integrante de la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos de la República Argentina (Fadiccra) y la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT). También participaron representantes de las cooperativas de Fadiccra Comunicar, de Villa María y Proyecto Coopar, de Buenos Aires. Agrupaciones como Gestara, federaciones como Fedecaba y Facta, cooperativas educativas y de consumo e investigadores universitarios también conformaron la delegación argentina.
Desde el primero, en el año 2007 en Buenos Aires, los encuentros se erigieron como espacios de cruce entre investigadores y protagonistas del movimiento de recuperación de empresas y de la autogestión.
Patricio Martinez
03/08/2015 en 13:12
Felicitaciones compañeros..!!