El ex gobernador bonaerense insistió, como en el interregno en el que fue presidente interino, que el país “está condenado al éxito”, una frase que no cayó bien en la población cuando la dijo originalmente. En el programa De 12 a 14 de Canal 3 aconsejó a Cristina Fernández que realice cambios en su forma de gobernar y explicó que lo acusan de narcotraficante como consecuencia de su denodada lucha contra las drogas desde 1984, cuando escribió el libro “Política y Drogas”. Elogios a Reutemann.
El ex presidente Duhalde pasó hoy por Rosario para apuntar el armado del Movimiento Productivo Argentino (MPA), la ONG desde donde quiere volver a incidir en la política nacional. En Santa Fe su hombre es el diputado provincial Norberto Nicotra, un viejo duhaldista que se había acercado al kirchnerismo, pero no tanto como para poder volver a cobijarse bajo el ala de su antiguo jefe.
“La Argentina está condenada al éxito”, volvió a asegurar el ex gobernador de Buenos Aires, para quien esa sentencia hacia la felicidad se basa en la producción primaria (cereales, oleaginosas, carnes y leche, entre otros) y en la necesidad mundial de consumir alimentos que producen países como Argentina.
Según Duhalde, el “90 por ciento de los alimentos del mundo se producen en Latinoamérica, y la mayor parte corresponde a Sudamérica”.
Además, si bien dijo no quería elegir más candidatos a presidente, por cómo le fue con Néstor Kirchner, Duhalde respondió ante la consulta que el senador santafesino Carlos Reutemann “está preparado” para cumplir esa función atento a que “dos veces administró una de las provincias más grandes de la Argentina”.
Por último, el ex presidente interino también respondió a las acusaciones que le hacen por sus presuntas vinculaciones al narcotráfico. “Es lo que les pasa a los que luchan contra las drogas”, sostuvo Duhalde, quien recordó que fue el gobernador en crear la primera y única secretaría de Estado en la lucha contra la drogadependencia.
También evocó que fue el primero en avisar, “hace 20 años”, que Argentina dejaba de ser un país de paso para convertirse en uno de consumo.
