¡No nos trate de bolivianos! ¡Viva Jujuy!
¡No nos trate de bolivianos! ¡Viva Jujuy!

Continúa la polémica desatada a raiz de la denuncia que efectuó el presidente del Club Gimnasia de Jujuy, Raúl Ulloa, contra el árbitro rosarino Saúl Laverni por discriminación y xenofobia, ya que el juez le habría dicho a sus jugadores: "Dejen de molestar, bolivianos".

El sábado, al término del empate entre Gimnasia de Jujuy y Argentinos Juniors, el presidente del club norteño, Raúl Ulloa, acusó al árbitro rosarino Saúl Laverni por haber tratado a sus jugadores de bolivianos y aseguró que la AFA debería echar al juez por discriminación y xenofobia.
Ulloa que desde hace 20 años conduce la institución jujeña, organizó una conferencia de prensa una vez finalizado el encuentro, en la que anunció su renuncia a la presidencia del Lobo y su alejamiento de la dirigencia en sí: “Renuncio a mi cargo de presidente de Gimnasia, tras haber estado 20 años al frente de la institución, por la mala actitud del señor Laverni, es una decisión personal. Y también renuncio al fútbol argentino, ya que no puedo aceptar, después de tantos años de actividad, la discriminación y los malos tratos”.

 

A partir de allí, la mayoría de los medios coincidieron en remarcar hasta el hartazgo que Ulloa también era parte de la corriente discriminatoria que envuelve y rodeal al fútbol argentino ya que se lo veía una y otra vez, con el rostro desencajado gritando “¡No voy a permitir que nos traten de bolivianos!”. Es cierto que las palabras del dirigente no suenan demasiado lindas (mucho menos para los oídos de los propios bolivianos) y que no termina de diferenciarse demasiado de las que pueda haber vertido o no el juez del partido pero separemos la paja del trigo: En este país, y sobre todo en ambientes como el fútbol, donde la xenofobia juega de titular todos los fines de semana, gritarle bolivianos a los jugadores norteños es tratar de herirlos sicológicamente y no por compararlos con los nacidos algunos metros más allá, si no por la forma despectiva en la que se utiliza el término que, en estos casos, bien podría haber sido “Coya” o “Negro mugriento”

 

"Cuando le toca un partido en Jujuy, Laverni siempre se hospeda en Salta porque odia esta provincia. Si la AFA tiene que echarlo, Gimnasia va a poner la plata para indemnizarlo aunque tenga que vender una tribuna completa. No puede estar más". Gritaba Ulloa ante los micrófonos que generalmente enfrentan los jugadores o el técnico al finalizar los encuentros. La denuncia fue radicada, Ulloa deberá ahora presentarse en AFA para ratificar sus dichos y lo propio ocurrirá con Laverni, que en la cancha se limitó a decir “Va todo al informe. No puedo hablar.” Pero lo cierto es que los acontecimientos (completamente repudiables por parte del juez si los dichos existieron) despertaron una nueva polémica en el fútbol argentino que tiene una larga historia de xenofobia y discriminación. (¡Son de Bolivia y Paraguay!). Continuará…
 

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