Los espacios Carta Abierta de distintos puntos del país confluyeron el fin de semana en Rosario en el primer encuentro nacional. Se trata de reuniones de intelectuales, artistas, militantes, periodistas, estudiantes y dirigentes sindicales nacidas al calor de la lucha del gobierno con las patronales agrarias. Un espacio para pensar, reflexionar y sostener preguntas, en apoyo crítico al gobierno democrático elegido por el pueblo. Ofrecemos el documento final redactado el sábado en la Facultad de Ingeniería luego de los paneles sobre economía y política.

 

En la ciudad de Rosario,
a escasos metros de las fangosas barrancas del Paraná, donde uno de nuestros más brillantes patriotas, el General Manuel Belgrano, hace casi dos siglos enarbolara por primera vez la bandera celeste y blanca, en un acto simbólico inaugural de nuestra nacionalidad;

aquí, en Rosario,
a escasas horas de la finalización de otro congreso más de la derecha -que parece haber elegido a esta ciudad como escenario privilegiado- al que no faltaron ni Clarín, ni el sojero Grobocopatel, ni la Sociedad Rural, ni las máximas autoridades de esta ciudad y esta provincia, ni conocidos cuadros impulsores de las recetas ajustistas, esta vez con el vicepresidente del voto no positivo como moño final; aquí, en Rosario,
donde el pasado 25 de mayo, en medio del lock out patronal y la violenta embestida desestabilizadora agro-mediática, pródiga en expresiones de un machismo, un racismo y un desprecio de clase reveladores de ideales nada democráticos por cierto, los héroes de la mesa de enlace campestre, en el paroxismo de sus pasiones neoliberales, nos agraviaron, en estas mismas barrancas, intentando sectorizar, “privatizar” la escarapela;

aquí, en Rosario,
en esta ciudad envuelta en densas humaredas tóxicas que suben desde los pastizales incendiados por los mismos productores que, en el afán de la ganancia ilimitada, pretendieron adueñarse de las rutas para adueñarse de las decisiones que le corresponden al gobierno elegido por el pueblo soberano, y que con la misma lógica trasladan el ganado a las islas para liberar más hectáreas y destinarlas a la soja, sin reparar en daños ambientales y perjuicios a la salud ocasionados;

aquí, en Rosario,
en esta provincia cuyos tres senadores, desde distintos folklores partidarios, pero defendiendo idénticos intereses conservadores, votaron contra las retenciones móviles, haciendo bloque con quienes se oponen a cualquier intervención del estado en el proceso económico y a toda iniciativa tendiente a recuperar el sentido de lo público,

aquí, en Rosario,
en esta ciudad que en los años 90 llegó a ser abanderada nacional del desempleo,

aquí, en Rosario,
hoy nos hemos encontrado por primera vez cientos de intelectuales, artistas, investigadores, docentes, hombres y mujeres de la cultura, pertenecientes a TODOS los espacios CARTA ABIERTA que existen a nivel nacional, con el ánimo de conocernos, escucharnos y reflexionar juntos acerca del momento histórico social que atravesamos y nos atraviesa.

Surgimos en defensa de un gobierno al que se buscaba y se busca por todos los medios deslegitimar, toda vez que no se lo puede domesticar. Y apoyamos fuertemente la decisión de afectar una renta extraordinaria, a los efectos de contribuir a una mejor distribución del ingreso. Convencidos, además, que en el conflicto con las patronales agrarias no se discutía apenas un sistema de retenciones móviles, sino la posibilidad de que el rumbo político se malogre, se detenga o se profundice. Por eso expresábamos que no era por las incontables falencias o las torpezas lamentables que se atacaba al gobierno, sino por sus aciertos.

Los recientes acontecimientos de extrema violencia y clara intención destituyente que afrontaron Evo y nuestros hermanos de Bolivia, muestran con perfil colla y en lengua aimara la tesitura que afrontan todos los gobiernos latinoamericanos que intentan reafirmar políticas soberanas y de fuerte compromiso con las mayorías postergadas. Y nos señalan que hoy, más que nunca, la suerte de nuestro país está fuertemente unida a los procesos que se gestan en Bolivia, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Brasil. Y por lo tanto, la validez y la vigencia del ideal latinoamericano.

La Argentina ha protagonizado en estos años avances históricos que no cabe en ningún caso subestimar, desde el momento en que asumió el primer gobierno posterior al genocidio que desterró de plano la teoría de los dos demonios, en una fuerte apuesta simbólica que, recurriendo a la verdad histórica, fue capaz de cuestionar de modo irreversible la trama discursiva que sostenía y aún intenta sostener la impunidad. La anulación de las nefandas leyes y el correlativo enjuiciamiento de los culpables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante los años del terrorismo de estado, abren nuevas claves interpretativas de la historia y van de la mano con la recuperación de una política exterior soberana y de perfil latinoamericanista, un notable crecimiento económico acompañado con recuperación del empleo y el salario, una significativa disminución de los índices de indigencia y pobreza, la recuperación de un sistema previsional público, la derogación de la Ley Federal de Educación y la concreción de una Ley de Financiamiento Educativo. Estos logros y sobre todo, la actitud de un poder político decidido a resistir las presiones de aquellos sectores que durante años contribuyeron a la postración de nuestra nación, marcan un camino que en esta particular coyuntura es imprescindible reivindicar con énfasis.

Por eso nos importa que el gobierno se recupere rápidamente de la derrota sufrida, entre otras cosas, descifrando algunas de sus claves. En ese contexto, en las últimas semanas hemos presenciado claroscuros que es preciso señalar. Sabemos que una de las peores herencias de los años de hegemonía neoliberal fue la funesta privatización de los servicios públicos, que lejos de colocarnos a las puertas de una proclamada modernidad, dejaron como secuela tarifas exorbitantes, prestaciones deficientes y desintegración territorial y productiva. Es por esto que festejamos la iniciativa de recuperar Aerolíneas Argentinas como empresa estatal. Por lo mismo expresamos nuestra preocupación por la continuidad de un servicio ferroviario que dista mucho de ofrecer mínimas condiciones satisfactorias a millones de personas que utilizan a diario este medio de transporte. En ese sentido, por condenables que sean los acontecimientos de violencia que hace unos días, en el Ferrocarril Sarmiento, provocaron la destrucción de bienes públicos, no es bueno subsumir sus causas en imputaciones ligeras a grupos de izquierda, sin por lo menos hacerse cargo del legítimo malestar ciudadano en que se asientan.

Vemos con agrado el envío al parlamento de una ley de movilidad previsional, consensuada con la CGT y la CTA, detalle nada menor, que permitirá garantizar una normalización de los haberes jubilatorios, echando por tierra una de las más nefastas herencias que dejara al país la gestión de Domingo Felipe Cavallo. Y es de esperar que ninguna intrincada ecuación matemática, por justificada que sea la prudencia contable que la anime, venga a ensombrecer esta significativa medida reparatoria.

En la actualidad diversos especialistas, ligados en su gran mayoría a la experiencia neoliberal que, hace escasos años, hundió en la pobreza a la mitad de la población de nuestro país, exigen políticas de desaceleración del crecimiento económico y contracción de la demanda como único camino para regular el incremento de los precios. Tales iniciativas elevarían nuevamente los niveles de pobreza y desempleo, echando por tierra los esfuerzos realizados con el fin de incrementar los ingresos y salarios reales, concentrando en manos de unos pocos el fruto del crecimiento. Sostenemos que toda política antiinflacionaria debe ser funcional a una política activa de distribución de la riqueza y no a la inversa.

Rechazamos las críticas realizadas desde la oposición al pago de la deuda contraída con el club de París, dado que esta medida permite alcanzar mayores grados de independencia y márgenes para establecer políticas soberanas de desarrollo socioeconómico, sin comprometer la actual estabilidad macroeconómica. Asimismo, en medio de la crisis financiera desatada en la principal economía del planeta, destacamos la necesidad de continuar aplicando políticas macroprudenciales que resguarden a nuestra economía de los vaivenes causados por los crecientes grados de especulación a nivel internacional.

Reivindicamos la aplicación de derechos de exportación a los principales productos agropecuarios por parte del Estado, con el fin de mitigar los efectos de las rentas extraordinarias sobre el incremento del precio interno de los alimentos, la caída de los salarios reales y la concentración de la riqueza. Esta herramienta soberana también permite el establecimiento de tipos de cambio diferenciales, indispensables para fomentar el desarrollo local. Alertamos además sobre la necesidad de focalizar políticas públicas en las rentas extraordinarias financiera y minera.

Consideramos indispensable la recuperación de instrumentos de intervención pública en materia económica y el establecimiento de políticas de planificación que permitan afianzar un rumbo de desarrollo con distribución de la riqueza, con horizontes de largo plazo. La experiencia reciente de nuestro país y la región muestran que los agentes económicos privados y el mercado son incapaces de realizar estas tareas, quedando en manos del ejercicio soberano del pueblo a través de un Estado consustanciado con el bienestar de las mayorías.

Asimismo esperamos con entusiasmo el anunciado proyecto que procura erradicar la aún vigente Ley de Radiodifusión de la dictadura militar, favoreciendo así una democratización de las voces y las perspectivas, ciertamente acalladas por un complejo mediático que hoy, casi sin excepciones, reproduce y afianza, bajo la pátina de lo políticamente correcto, opciones reaccionarias y contrarias al interés de los más humildes.

Sabemos que los intereses que procuran erosionar la legitimidad del gobierno permanecen al acecho, y que el Poder Ejecutivo debe oxigenarse luego del duro traspié que significó el rechazo del proyecto de retenciones móviles.

Hay que abroquelarse frente a aquellos que buscan el debilitamiento de la figura de la Presidenta y una brutal derechización programática; como así también colaborar para que las bases sociales del gobierno se amplíen, construyendo cada vez puentes más sólidos con las mayorías populares postergadas y empobrecidas, que son la base más genuina de sustentación popular, sin descuidar a los sectores medios que por complejas variables inextricablemente anudadas, han quedado ubicados en el peor lugar de la trinchera.

Hoy reafirmamos nuestro compromiso de aportar, desde los espacios CARTA ABIERTA, nuestra capacidad de reflexión crítica y nuestra potencia creadora para evitar que el proceso político iniciado en el 2003, tan jaqueado en estos tiempos por los sectores más reaccionarios, sea interrumpido, neutralizado o vaciado de contenido.

Y en ese sentido, creemos indispensable recuperar la política como asunto de todos, único modo de vigorizar las instituciones, renovar la vida colectiva, y apuntar a una mayor justicia social, condición esencial de la democracia. Ante las acechanzas que se ciernen, es fundamental movilizar los recursos culturales y sociales capaces de brindar un sólido andamiaje a las medidas con las que el gobierno busca sacar a nuestro país del pantano neoliberal en el que estaba hundido.

Rosario, 20 de setiembre 2008
 

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