El mercado financiero brasileño vive hoy una jornada de pánico, con dos suspensiones consecutivas en las operaciones de la Bolsa de Valores paulista -que llegó a caer más del 15 por ciento- y una disparada de la moneda estadounidense, que llevó el Banco Central a subastar 2.500 millones de dólares. El presidente Luiz Inacio Lula da Silva convocó a una reunión urgente al presidente del Banco Central y al ministro de Hacienda.
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva convocó al presidente del Banco Central, Henrique Meirelles, y al ministro de Hacienda, Guido Mantega, a una reunión esta tarde en Brasilia, para analizar las turbulencias, según un despacho de la agencia noticiosa DPA. La Bolsa de San Pablo suspendió por primera vez sus operaciones por media hora sólo 18 minutos después de la apertura, cuando la caída del índice Bovespa superó al 10 por ciento, lo que accionó el mecanismo protectivo denominado "circuit breaker".
La tendencia bajista se acentuó tras la reanudación de las operaciones, a las 10:48 hora local, y a las 11:44 hora local
(14:44 GMT) el pregón volvió a ser suspendido, cuando la caída del índice Bovespa llegó al 15,06 por ciento.
El índice de la Bolsa paulista, que hace pocos meses llegaba a cerca de 74.000 puntos, opera ahora cotizando a 37.814,44 puntos.
La rueda fue reanudada una hora después con ligera mejoría, y a las 14:40 hora local, la baja bursátil era del 11,15 por ciento,
con el índice Bovespa a 39.554,09 puntos. Según el economista Miguel Daoud, la fuerte caída de las bolsas en todo el mundo refleja el temor a que el plan de rescate financiero aprobado en la semana pasada por el Congreso de Estados Unidos no sea suficiente para solucionar las actuales turbulencias y la preocupación ante la posibilidad de un “contagio” a Europa y otros países por los problemas en el sector bancario.
“Brasil es vulnerable a esa crisis, porque depende mucho de la
liquidez internacional”, expresó Daoud. El “circuit breaker” de la Bolsa brasileña fue creado a fines de la década pasada para hacer frente a sucesivas crisis cambiarias que enfrentó el país entre 1995 y 1999, cuando el pasado gobierno de Fernando Henrique Cardoso dictó una maxidevaluación del real y adoptó el sistema de cambio flotante.
Hace precisamente una semana, ese mecanismo fue accionado en Brasil por primera vez en casi una década, después de que la
Cámara de Representantes de Estados Unidos rechazara el plan de rescate financiero presentado por la Casa Blanca.
La tensión también se refleja en el mercado de divisas, en el que la cotización del dólar supera actualmente la marca de 2,17
reales, lo que supone un aumento de más del seis por ciento frente al viernes pasado.
