En medio de la polémica por el rechazo del peronismo al aumento de impuestos que impulsa el gobernador Hermes Binner, Luis Rubeo entonó nuevas críticas: cotejó el anuncio del “faraónico” Puerto de la Música con los dichos del mandatario en cuanto a que si no se aprueba el incremento impositivo “hay chicos que se van a morir”
“Una obra faraónica de las características del Puerto de la Música que anunció el doctor Binner (con un costo de casi 40 millones de dólares) se contradice con sus declaraciones acerca de que «hay chicos que se van a morir» porque no le habilitamos el impuestazo contra el pueblo de Santa Fe”, dijo el titular del bloque del PJ-Frente para la Victoria, enrolado en las filas del kirchnerismo santafesino encabezado por Agustín Rossi.
“Binner habla como socialista pero gobierna como un Faraón”, sentenció el legislador en relación a los reyes del antiguo Egipto, que eran considerados dioses.
“Realmente el gobernador nos sorprende: para desvalorizar nuestros fundamentos de rechazo al impuestazo utiliza argumentos seudoprogresistas donde invoca la construcción de hospitales y escuelas, pero al otro día no anuncia que levantará un centro de salud sino una obra que quedaría muy bien en Barcelona pero que difícilmente salve a un chico de la muerte en Santa Fe”, continuó Rubeo.
Y agregó: “Binner asegura que el PJ busca nivelar para abajo, pero en vez de apoyar nuestra propuesta para que municipios y comunas cuenten con más recursos, prefiere dilapidarlos en un lujoso Puerto de la Música para Rosario, con vista al río y estacionamiento para mil vehículos”.
En ese sentido sostuvo que “la única utilidad que tendrá esa obra para los chicos carenciados es que podrán ir a pedir limosnas al estacionamiento, pero allí no se podrán curar ni educar”.
Además, Rubeo expresó que el gobierno provincial debería tener en cuenta “la decisión del gobierno nacional de dejar de lado obras de gran inversión como consecuencia de la crisis financiera internacional, en vez de obsesionarse con aprobar un aumento generalizado de impuestos en una provincia que tiene superávit fiscal, y cuya única víctima será el bolsillo de los trabajadores”.
