Ante la avalancha de películas sobre antiguas series de TV, historietas y videojuegos hay que plantarse con cierto criterio, a menos que queramos llevarnos sorpresas desagradables. En la selección va a primar, seguramente y por una cuestión de expectativas, aquello que nos gustaba antaño en su formato original. Siempre "se puede poner la excusa", esgrimiendo una sonrisa, de que “sólo quería saber qué habían hecho”. En el caso de las historietas hubo variadas y desparejas adaptaciones, siendo aquellas que son fieles al espíritu de los personajes y las historias contadas las que cosechan mejor siembra. Un ejemplo de ello es el film que nos convoca: Iron Man: El Hombre de Hierro.
Marvel Studios significó el regreso de los héroes Marvel al cine y la T.V. y ha estado involucrada en toda adaptación mayor de dicho universo comiquero desde “Blade”, en 1998. Pero fue a partir de las exitosas franquicias “X-Men” (2000) y “Spider-Man” (2002) que realmente la cosa se puso movida.
“Iron Man: El Hombre de Hierro” es, sin embargo, su primer esfuerzo independiente (aunque seguido muy de cerca por “El Increíble Hulk”, de inminente estreno en DVD). La historia, fiel al cómic, se centra en Anthony “Tony” Stark (Robert Downey Jr., notable), playboy multimillonario y prodigio de la ingeniería, presidente de “Stark Internacional”, una fabrica de armas de todo tipo (incluso de las de destrucción masiva, esas que los EE.UU. se preocupan tanto porque los demás no tengan) fundada por su padre.
Durante una demostración en Afganistán, su convoy es atacado por un comando terrorista y Tony es secuestrado y obligado a construir una de sus mortíferas armas. Herido y con un poderoso dispositivo implantado en el pecho para evitar que las esquirlas de metralla se claven en su corazón y ayudado por su gran ingenio y Yinsen (interpretado por Shaun Toub, el comerciante iraní de “Vidas Cruzadas”), Stark logrará escapar de su cautiverio en una armadura que, luego, mejorará para emprender su carrera como Iron Man.
La de Jon Favreau (“Zathura”) se trata entonces de una buena película de aventuras, ni más ni menos. Un (¿anti?) héroe que busca redención luego de sentir en carne propia el perjuicio que él y los de su clase (los ejecutivos de las grandes corporaciones) ocasionan a la vida humana y el medio ambiente en todo el mundo.
El film se sostiene sobre los hombros de Robert Downey Jr., mandado a hacer para este papel y un gran acierto vistos los resultados. Es un gran actor. El reparto acompaña bien. Están Terrence Howard (“Vidas Cruzadas”, “Corresponsales en Peligro”) como el contacto militar de Stark, el Coronel James Rhodes; Gwyneth Paltrow (“Shakespeare Enamorado”) como Pepper Potts y el gran Jeff Bridges como Obadiah Stane, socio/Némesis de ocasión. Atención a los cameos de Stan Lee y Samuel L. Jackson y no pongan “Stop” hasta ver la sorpresa que hay después de los créditos finales.
Iron Man: El Hombre de Hierro (EE.UU., 2008). Dirigida por Jon Favreau. Libreto de Mark Fergus & Hawk Otsby y con Robert Downey Jr., Terrence Howard, Jeff Bridges, Gwyneth Paltrow, Leslie Bibb, Shaun Toub, Faran Tahir.
