¡Dejala pasar! ¡Dejala pasar!
¡Dejala pasar! ¡Dejala pasar!

Se cumplieron 41 años de un hecho insólito. El Turco Orlando Espip, simpatizante de Rosario Central se metía el 18 de Octubre de 1967 al campo de juego de la vieja cancha de Arroyito y evitaba un gol en contra del club de sus amores. ¡Y salió jugando con pelota al pie!

Se disputaba la sexta fecha del campeonato Nacional del ’67 y Central que era dirigido técnicamente por Miguel Ignomiriello, perdía 2 a 1 ante el San Martín de Mendoza y estaba totalmente volcado al ataque en busca del gol del empate. En uno de los tantos contragolpes del equipo cuyano, el delantero Valencia le pasó la pelota por encima de la cabeza al Gato (con botas) Andrada, que era el arquero canalla, y la misma se dirigía sin rivales que se lo impidan, a traspasar la línea de meta y convertirse en el tercer tanto de la visita.

En ese preciso momento, el Turco Espip, estaba saltando al terreno de juego con la única intención de ir a increpar al árbitro Aurelio Bossolino, que según cuentan los memoriosos, estaba dirigiendo realmente muy mal y a favor del conjunto mendocino. “Nosotros queríamos ir a increpar al árbitro porque nos estaba afanando el partido”, rememora el hincha canalla a la distancia, y agrega, “entonces hicimos un boquete en el alambrado y saltamos el Alemán y yo. Pero justo cuando estoy ingresando al campo de juego propiamente dicho, veo que la pelota venía solita y mansa a meterse en el arco nuestro. Ahí ni lo dudé, pese a que Pascutini y el propio Andrada me gritaban que la dejara pasar, la detuve unos metros antes de la raya de gol, me la lleve hacia la derecha y después sí, me dediqué a discutir con el árbitro..”

Lo más llamativo de semejante anécdota, es que el Turco, no sólo evitó el gol, si no que, encima, salió jugando con un compañero… “¡El hijo de puta se la tocó a Fanesi!, se la dio redondita al pie antes de ir a pelearse con el árbitro Bossolino..”, contó varias veces uno de los jugadores de aquel equipo que se destacaba por que sus jugadores ingresaban de traje a los encuentros que iba a disputar.

Hace algunos días, ocurrió un hecho similar pero el protagionista es el masajista de un equipo holandés que luego de atender a uno de su jugadores, evitó con golpe de cabeza que le conviertan un gol. Al publicar la noticia, la mayoría de los medios de todo el mundo, destacaban que eso ya había ocurrido en la Argentina en un partido en el que Rosario Central bla, bla, bla.

Y lo mismo ocurría cada vez que El Gráfico o alguna otra revista especializada en fútbol, revelaba qué debía cobrar el árbitro en caso de que alguien externo a los 22 futbolistas que disputan un encuentro ingresaba y tocaba el balón. Allí se explicaba que el juez debía marcar tiro indirecto desde el lugar en el que hubiera sucedido la acción y que el antecedente era un partido en el que Rosario Central, bla, bla, bla.

Video de la hazaña del Turco
Video del despeje del masajista holandés
 

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