Integrantes de la barra brava del Globo que presenciaron la balacera propinada por sus pares del Ciclón y que terminó con un herido de gravedad, no quisieron aportar datos para dar con el autor de los disparos, ya que prefieren vengarlo por mano propia.
El sábado, un micro colmado de simpatizantes de Huracán que retornaban de cancha de Vélez donde su equipo había logrado una agónica victoria sobre Estudiantes de la Plata, justo en el día en que el club de Parque Patricios festejaba el centenario de su creación, se desvió de su recorrido, liberándose de la custodia policial y fue en busca de la barra de su clásico rival, San Lorenzo, en lo que la policía definió como un enfrentamiento pactado de antemano.
La balacera, que según los testigos fue tremenda y duró varios minutos, arrojó como saldo tres personas heridas, una de las cuales, de nombre Rodrigo Silvera, alias Cafú, permanece internada en estado crítico, producto de haber recibido impactos en el tórax izquierdo, en el pulmón y en el corazón.
Lo más llamativo es que de la decena de testigos que fueron citados a declarar, ninguno aportó datos que ayuden a la Federal a dar con los autores de los disparos. Es más, dos de los heridos dejaron perplejos a los oficiales que les tomaron la declaración:. Uno admitió que estaba en los micros de la barra de Huracán pero aseguró que no haría ninguna denuncia judicial por el balazo que recibió en el homóplato y que para él la historia estaba terminada y otro manifestó que fue herido de un balazo cuando le robaban la moto.
Para colmo de males, en sólo cuatro fechas se disputará el clásico entre Cuervos y Quemeros y la violencia promete gritar presente otra vez.
