La banda de los 80 la rompió.
La banda de los 80 la rompió.

Atraído por dos bandas específicamente, el cronista se sumergió el fin de semana en el festival organizado por la compañía de telefonía movil, y luego de una sobredosis músical, decidió compartir en esta crítica su encuentro con The Mars Volta y R.E.M.

El sábado 1º de noviembre estuvimos presentes en la segunda noche del Personal Fest, en el Club Ciudad de Buenos Aires. Personalmente, atraído por dos bandas específicamente: The Mars Volta, una agrupación norteamericana (mas no estrictamente estadounidense) cuya música está indudablemente ligada a la rama psicodélica/experimental del movimiento del rock progresivo, remitiendo su sonido a épocas pretéritas dónde los músicos gozaban de otra libertad para expresarse, incluso en el mainstream. Dotados de una admirable técnica, los Mars Volta hicieron gala de toda su artillería con su estilo mezcla de lo más psicodélico de bandas como Led Zeppelin, Santana, Pink Floyd, The Who y otras bandas nacidas a fines de los 60 y principios de los 70. Hasta me animaría a postular a Cedric, el cantante, a sustituir a Robert Plant en la próxima gira de Zeppelin.
Lamentablemente tocaron tan poquito rato que no dio ni para entrar en calor. Que gracioso que tenga que venir un grupo extranjero a tocar compases irregulares (9/8, 7/8, 5/4) hacer poliritmia, psicodelia y rock progresivo para que lo vean mas de 50 personas y encima la ovacionen. En Argentina hay bandas casi tan audaces y talentosas como The Mars Volta (la movida progresiva platense es un buen ejemplo), pero el público mayoritario les da la espalda (por diversas razones) y nunca obtienen un espacio en un festival hiper-esponsoreado de los de hoy día. Y la verdad, dada la respuesta del público y mediocridad (o sea, mas de lo mismo en todos los casos) de las bandas de los escenarios alternativos, es un espacio perfectamente accesible para que las bandas progresivas argentinas muestren su trabajo. Hoy, de hecho, ya no es fácil definir a una banda con estas características.
R.E.M. es una gran, gran banda. Su último álbum los muestra frescos y rejuvenecidos y, la verdad, no descepcionaron en lo mas mínimo. Sólidos, potentes, divertidos, dueños de una colección de canciones repletas de melodías inolvidables y clásicos que sonaron super perennes, como "Is the End of the World as We Know It", "The One I Love", "Everybody Hurts", "Man on the Moon", "Orange Crush" y "Losing My Religion". Pasaron varias del último disco y otras tantas que se le escaparon a un servidor y que los fanáticos habrán sabido disfrutar y agradecer como se merecen.
Lo único, habría que haberle explicado a Michael Stipe, un gran frontman, de los mejores que he visto, que acá en el Sur no nos importaba demasiado que gane Obama o McCain. Para él y su querido pueblo estadounidense puede ser un gran cambio (no creo que TAN radical como ellos piensan) pero a nosotros nos da lo mismo. Seguirán ocupándose de America Latina únicamente cuando necesiten explotarla o aplicar recetas económicas obsoletas. Seguirán sin saber ubicar nuestros países en el mapa en su gran mayoría y dentro de 8 años (si es que Obama dura los dos períodos tradicionales) probablemente volverán a votar a los republicanos y volverán a buscar motivo para armar alguna otra guerra para hacerse de los recursos de otros (¿el agua quizás?) bajo la pasiva mirada del mundo.
Sabiendo esto, Stipe se hubiera ahorrado una explicación que para huelga (el hecho de que los miembros de la banda sean anti-Bush y odien a su gobierno) y también hacer proselitismo en un lugar poco trascendente para tal fin. Pero ya ven, hasta en Buenos Aires, en el Personal Fest, Obama estuvo presente en las pantallas. Y algún que otro aplauso se llevó.

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