El presidente ecuatoriano se enfureció cuando este jueves recibió un informe de una auditoria internacional que mostró serias anomalías en la deuda externa que contrajo el país entre 1976 y 2006. Son unos 3.800 millones de dólares que el mandatario Correa no está dispuesto a pagar.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, intentará eludir el pago de unos 3.800 millones de dólares de deuda que mantiene con la banca internacional. El enojo de Correa se generó después de recibir un informe de una comisión nombrada por su gobierno que detecta numerosas ilegalidades.
"Buscaremos no solo sancionar a los culpables, buscaremos también no pagar la deuda ilegítima, la deuda corrupta, la deuda ilegal", sostuvo el mandatario ecuatoriano al comentar los resultados de una comisión que investigó por catorce meses la deuda comercial, multilateral, bilateral e interna que contrajo el país entre 1976 y 2006.
Por los datos en torno a la ilegalidad de la deuda, Rafael Correa postergó el viernes pasado el pago de intereses de un bono (valiéndose de un período de gracia a vencer el 15 de diciembre) hasta tener datos sobre su legalidad.
Uno de los auditores trazó un paralelo con Argentina: "Hay grandes paralelos con los 477 ilícitos que mostró en Argentina la causa Olmos", dijo en relación a la investigación de Alejandro Olmos, quien mostró que la deuda externa argentina era “ilegítima”. Su hijo, que lleva el mismo nombre, fue uno de las personas que inspección la deuda contraída por Ecuador en los últimos treinta años.