El productor agropecuario y senador nacional Carlos Reutemann presentó un proyecto para beneficiarse a sí mismo. Propone eliminar retenciones de trigo, maíz, girasol y sorgo. Para la soja también hasta las 600 toneladas y graduales a partir de allí.
Según un comunicado de prensa de los dos senadores nacionales justicialistas de Santa Fe, el proyecto “permitirá otorgar previsibilidad a la producción agrícola reduciendo a cero las alícuotas de los derechos de exportación para los distintos tipos de trigo, maíz, girasol y sorgo e imponiendo una retención moderada para la soja con el objeto de desincentivar la tendencia al monocultivo”.
Además, los senadores destacan que buscan “incentivar otros que generen rotación para el mejoramiento del suelo, y de esa manera evitar el deterioro de los nutrientes del mismo, ya que exportamos soja y también suelo”.
Tanta preocupación ambiental los llevó a proponer, también, “reducir al 10,5 por ciento la alícuota del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de las semillas, herbicidas, insecticidas, funguicidas e inoculantes, como herramienta para reducir el impacto de los elevados precios de estos insumos en el costo de producción”.
Reutemann y Latorre votaron en contra del proyecto que tenía media sanción de Diputados y a través del cual se establecían las retenciones móviles, cuyo porcentaje acompañaba el precio internacional de los cereales tanto a suba como a la baja.
Además, aquella iniciativa impulsada por el oficialismo al que ellos pertenecen de acuerdo a las circunstancias y el humor social, establecía compensaciones para pequeños productores y para aquellos alejados de los puertos del Gran Rosario, por donde sale la mayor parte de la producción agropecuaria del país.
Inmediatamente después de rechazar con sus votos la famosa resolución 125, Reutemann y Latorre salieron a pedir compensaciones a los pequeños productores, lo mismo que habían negado. Un caso para el psicoanálisis, pero no el único. La Federación Agraria Argentina actuó del mismo modo.
Ahora directamente no quieren que el Estado cobre más derechos a las exportaciones de los principales productos agrícolas que se cosechan en Argentina. De los precios internos ni una palabra.
