Largas colas, demoras y polémica. Las elecciones regionales continuaron abiertas minutos antes de las 21 horas de Venezuela (las 23.30 en Buenos Aires), cinco horas después de lo previsto, debido a que en muchas mesas había filas de ciudadanos que esperaban turno para votar. Mientras tanto, a medida que avanzaba la noche, aumentaba la polémica entre dirigentes del oficialismo y la oposición.

Los primeros defendían la demora para que se permitiera votar a quienes aún no lo habían hecho, tal como lo establece la legislación electoral venezolana. Los opositores, en cambio, denunciaban que las autoridades mantenían abiertas mesas en las cuales ya no había ciudadanos esperando para votar y expresaban el temor a que la postergación se debiera a la intención de hacer fraude.

En ese contexto, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, hizo un llamado a "la calma" ante la exigencia opositora de que se cerraran las mesas de votación a la hora prevista y advirtió que no aceptará "presiones de nadie". La funcionaria rechazó las "voces destempladas" de algunos dirigentes de la oposición que advirtieron sobre una eventual "prórroga generalizada" del horario de las votaciones para montar un supuesto fraude, indicó la agencia noticiosa italiana ANSA.

"No aceptamos presiones de ningún tipo", subrayó Lucena. "No permitiremos que se reviertan los resultados mediante artificios", advirtió Henry Ramos, uno de los líderes del tradicional partido socialdemócrata Acción Democrática (AD).

El ex diputado Julio Borges, líder del partido centroderechista Primero Justicia (PJ), aseveró que en caso de que se dispusiera una prórroga "general", incluyendo los centros de votación que no tuvieran filas de ciudadanos en espera, se estaría produciendo "un fraude".

Mientras tanto, uno de los principales dirigentes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jorge Rodríguez, defendió la prórroga al afirmar que "en todos los centros de votación del país hay miles de electores que tienen derecho a votar".

Rodríguez, quien fue vicepresidente de la república y presidente del CNE, y hoy era candidato a alcalde de Libertador, uno de los cinco municipios en que está dividida Caracas, fue protagonista de uno de los pocos incidentes de los comicios de este domingo , al presentarse a votar con una gorra identificatoria de su partido.

Un episodio similar protagonizó el principal candidato opositor a la gobernación del estado Carabobo, Henrique Salas Feo, quien concurrió a votar con una camisa con los colores de su partido Proyecto Venezuela, informó la agencia noticiosa alemana DPA.

La jornada estuvo caracterizada por una afluencia masiva de votantes, que desde muy temprano –las mesas fueron habilitadas a las 6– formaron grandes filas frente a los centros de votación. "No tenemos reportes de problemas en el país; las contingencias han sido superadas y el país se encuentra en absoluta paz y tranquilidad", afirmó este domingo el ministro de Defensa, Gustavo Rangel. Lucena informó que ya entonces estaba instalado normalmente 99,5 por ciento de las 34.662 mesas y aseguró que "la plataforma tecnológica" funcionaba "a la perfección".

Casi 17 millones de ciudadanos estaban habilitados para elegir 22 gobernadores, 328 alcaldes, 233 legisladores provinciales, 13 concejales al Cabildo Metropolitano de Caracas y siete al Ayuntamiento Metropolitano de Alto Apure.
Los comicios son considerados claves para perfilar el escenario político futuro, pese a que aún faltan cuatro años para las próximas elecciones. Los analistas destacaron que puede producirse la paradoja de que el oficialismo gane y pierda a la vez, porque, si bien todas las encuestas pronosticaron que el PSUV se impondría cómodamente en la suma de votos, la posibilidad de que pierda algunas de las gobernaciones que hoy están bajo su poder será considerada como una derrota política del presidente Hugo Chávez.

A pesar de la abrupta caída del petróleo, la crisis todavía no se siente en las calles de Venezuela. La oposición sigue dividida e incoherente, y parece que el chavismo se encamina a una nueva victoria.

A casi un año de la primera derrota de Hugo Chávez en una elección, cuando tan torpemente llamó a un referéndum para una nueva Constitución con cláusula de reelección indefinida, este domingo se juega otra elección clave.

Durante esta semana, Chávez aflojó un poco su discurso antiestadounidense, insistió sobre su acercamiento a países de América latina, Asia y Medio Oriente, bajó los impuestos a los empresarios, unificó sus fuerzas bajo el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y nacionalizó los comicios haciendo campaña estado por estado a favor de sus candidatos.

En este marco, Manuel Rosales, el último candidato presidencial opositor, se confinó en su estado, Zulia, para aspirar a la alcaldía de la capital, Maracaibo. Todo indica el chavismo ganará, ya que la oposición sigue tan fragmentada como siempre, carente de coordinación entre las campañas, dividiendo el voto en muchos estados.

Además, el referente del chavismo disidente, el general Raúl Isaías Baduel, el gran ganador del plebiscito, ya malbarató su capital político en su fracasada propuesta de volver a reformar la Constitución.

La crisis financiera dejó sin argumentos ideológicos a la derecha, que más allá de las críticas de siempre, no logró articular una alternativa.

Más notas relacionadas
Más por Admin
Más en Mundo

Dejá un comentario

Sugerencia

Ctera reclamó el tratamiento de las leyes educativas

Luego de la Marcha Federal Universitaria que se realizó en todo el país la Confederación d