La nueva conciliación obligatoria, esta vez dictada por el Ministerio de Trabajo de
“Cuando llegamos nos cerraron un portón en la cara y nos dejaron encerrados en el Chevy Club, sin ni siquiera poder acceder a los lugares donde están nuestros elementos personales. Después abrieron el portón, pero no nos dejan llegar hasta las plantas de producción. Y podemos buscar nuestras cosas sólo acompañados por personal de seguridad y con una escribana siempre mirando”, contó uno de los obreros a este diario digital.
“Sabemos que estas son provocaciones y no queremos caer en responder a esas provocaciones, pero esta no es una buena forma de empezar una conciliación”, agregó el operario, integrante del grupo al que la empresa quiere desvincular.
Las presiones contra este grupo de trabajadores comenzó apenas la fábrica volvió al trabajo, el 10 de noviembre pasado. Ese mismo día, gerentes de la planta reunieron a esos obreros y les advirtieron que la empresa quiere despedir personal porque las ventas cayeron. Aquella conversación, en la que los trabajadores replicaron los argumentos patronales, fue registrada en un video.
Después, comenzaron las actitudes intimidatorias vía seguimiento constante, filmaciones y actas labradas por escribanos.