Por Gabriela Sosa (*). Cientos de casos de violencia familiar se denuncian mensualmente en Rosario. Un número no conocido quedan guardados detrás de miles de puertas ¿Qué respuesta tiene la Justicia? ¿Qué alternativas y soluciones brinda el Estado a las mujeres y sus hijos e hijas víctimas de maltrato físico, psicológico, sexual y económico?

Aunque tardía, en buena hora la decisión tomada por la Justicia de absolver, después de haber estado dos años privada de su libertad, a Graciela Aguirre, la mujer de Ramos Mejía quien dio muerte a su marido en legítima defensa. Representa un avance para la Justicia argentina, y en relación con los derechos de las Mujeres, que se haya tomado en cuenta la inequidad de género al momento de juzgar a una mujer y madre que actuó en defensa propia.

Pero vuelvo a las preguntas. ¿Es necesario que las mujeres asesinemos a nuestros victimarios para que el Estado y la Justicia nos vean, nos escuchen y nos den soluciones? Porque es seguro que si la Justicia actuara siempre dentro de los plazos necesarios, apenas se realiza una denuncia por maltrato, se podrían evitar estos casos extremos.

Sin embargo, ni la Justicia ni la Policía garantizan la seguridad de las mujeres. Ya que en estas instituciones es casi imposible encontrar personas capacitadas para escuchar a las mujeres que llegan en situaciones límites. No se trata de anotar una denuncia y nada más. Ni equipos interdisciplinarios que trabajen para una pronta solución.

Todos los empleados y empleadas de los organismos oficiales deberían estar formados y formadas para dar una pronta respuesta a las víctimas de violencia doméstica.

Todas las mujeres deberíamos tener información sobre nuestros derechos y sobre qué hacer en caso de sufrir una situación de violencia.

En todas las escuelas se debería implementar la igualdad de género como parte de la enseñanza que reciben niños, niñas y adolescentes, de manera de evitar futuros agresores y casos de este tipo en parejas de adolescentes.

Y sin ninguna duda este es un año para avanzar. El 2009 es un año donde las rosarinas y rosarinos debemos elegir una parte de los concejales que nos representan y que tienen en sus manos la posibilidad de legislar para mejorar la calidad de muchos organismos oficiales que reciben a mujeres víctimas de violencia familiar.

Este año no lo dudemos. Este año Políticas de Género al Concejo de nuestra ciudad.

(*) Coordinadora Provincial Movimiento Libres del Sur

 

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