La “oportuna” declaración de la Iglesia acerca de “la paz social” proferidas justamente un 24 de marzo cosechó rechazos en distintos sectores que recordaron el accionar de esa institución durante el terrorismo de Estado. Eduardo de la Serna, cura párroco de Quilmes, consideró que fueron de "poco tino" los dichos del vocero episcopal, Jorge Oesterheld. Por otra parte, el sociólogo Fortunato Mallimaci dijo que la Iglesia "es una institución cada vez más opositora".
"Salir a hablar un 24 de marzo es de poco tino", aseguró el sacerdote en una nota brindada al diario Crítica de la Argentina. De la Serna reclamó una autocrítica eclesiástica por haber "bendecido dictaduras".El cura agregó que "la paz social se quebró con el modelo económico de Martínez de Hoz y la Iglesia no salió a decir nada". Además, desmintió que haya más violencia en los barrios: "eso no lo veo", dijo, pero sí afirmó que "aumentaron los lugares donde se vende paco".
Consultado sobre cuáles son las razones del empeoramiento de la situación social, De la Serna sostuvo que "es algo que viene de hace mucho. De la década infame del menemismo. La juventud de hoy está acostumbrada a la dádiva de esa década. No solo ellos son desocupados, sino que también lo fueron sus padres. Se quebró la cadena del trabajo, la mentalidad laboral. Y se instaló la idea de quedarse tomando una cerveza en la esquina".
Por otra parte, en una columna de opinión en el mismo diario, el sociólogo y ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Fortunato Mallimaci, aseguró que las "declaraciones de la Iglesia no ayudan a construir la paz social". "La Iglesia encontró en la oposición una legitimidad en sus reclamos. Es una institución cada vez más opositora y lo expresa al hablar de ´conflictividad, ´descomposición del país´ y ´paz social alterada´", dijo. El sociólogo consideró que la postura de la Iglesia "es muy peligrosa" y la consideró "cómplice del terrorismo de Estado".
"Para poder recuperar su legitimidad, primero debería hacer autocrítica, recibir a los organismos de derechos humanos que no recibió desde la dictadura y sancionar a sus miembros que, como Christian von Wernich, fueron claramente identificados como cómplices", sostuvo Mallimaci.
