Los trabajadores de prensa del diario La Nación están en plena pelea por la reincorporación de 10 de sus compañeros, entre ellos tres delegados, que fueron despedidos. Ante la novedad, una vez más el Señor I comprueba cómo los conflictos en los grandes medios son ocultados por los grandes medios. Se puede encontrar data de Lanata y su pelea con los dueños de Crítica, o de Nelson Castro y la supuesta persecución que sufre por ser opositor, pero poco y nada (más nada que poco) cuando las víctimas de injusticias laborales son trabajadores de prensa no tocados por la varita de la fama.

Según informó la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), los trabajadores de La Nación vienen realizando medidas de protesta que se reiniciaron esta semana para reclamar la reincorporación de los 10 despedidos, cuyas cesantías fueran comunicada oficialmente por representantes de la empresa.

Según indicó la Utpba, la confirmación de las desvinculaciones llegó en el marco de un extenso conflicto que se inició con una conciliación Obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación y prosiguió con una Conciliación Voluntaria acordada por las partes en el mismo ámbito en diciembre pasado. Hasta que en la jornada de este miércoles la empresa se negó a reincorporar a los cesanteados.

Ante la mala nueva, los trabajadores, la comisión interna y el gremio comenzaron a realizar distintas acciones de protesta dentro de la planta del diario de los Mitre que continúan este jueves.

Lo que pasa en La Nación es una muestra más de la escasa vocación de los grupos económicos que controlan los grandes medios por respetar las leyes laborales vigentes. Basta recordar, apenas como un ejemplo cercano en términos de coherencia negrera, cuánto tuvieron que batallar los trabajadores de Artear, la empresa de Clarín que maneja Canal 13 y TN, para poder elegir sus delegados.

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