Contrariamente a lo que sucede por estos pagos, donde las cárceles y las comisarías están superpobladas y ya no saben dónde meter a los presos para responder a la demanda de sectores medios que identifican justicia con encierro, en Holanda anunciaron que cerrarán 8 prisiones, lo cual llevará a la pérdida unos 1.200 empleos.
En el país de las drogas legales y la zona roja, el crimen viene bajando desde hace varios años, y aunque actualmente las cárceles del país tienen una capacidad para 1.400 reclusos, resulta que apenas hay 1.200 detenidos, y esperan que el número siga disminuyendo con el tiempo. Para paliar un poco la situación, Holanda ha iniciado conversaciones con Bélgica, donde se da el caso contrario (tienen sobrepoblación de prisioneros) y los dos países están trabajando en un acuerdo para enviar prisioneros belgas a las cárceles holandesas, comenzando por la prisión de Tilburg, a donde enviarían cerca de 500 presos. Por este servicio, Holanda recibiría aproximadamente 30 millones de euros y, si la relación fructifica y se afinan ciertos detalles, podría evitarse también el cierre de las prisiones de Rotterdam y de Veenhuizen.
(Fuente: Radio Netherlands)