Gabriel Mariotto.
Gabriel Mariotto.

El el titular del Comfer Gabriel Mariotto, afirmó que el resultado electoral "no cambió la intención del gobierno de promover un nuevo marco regulatorio de la comunicación audiovisual" que termine con la ley de radiodifusión sancionada durante la dictadura militar. 

Después del traspié electoral del gobierno nacional el domingo 28 de junio, el interventor del Comfer, Gabriel Mariotto, salió a ratificar que el proyecto de Ley de Comunicación Audiovisual goza de buena salud y que una vez cumplidos los pasos establecidos (faltan realizar foros de consulta en Formosa, Ushuaia y el conurbano) ingresaría en el Congreso para ser tratado. Para tener un panorama más claro, Revista ZOOM conversó con Mariotto sobre el proyecto que busca dejar atrás 25 años de vergüenza de una ley de la dictadura y crear una comunicación para todos.

—El resultado de las elecciones ¿dejó golpeada a la iniciativa de Ley de Servicios Audiovisuales o este escenario acelera su ingreso al parlamento?

—Nunca la ley fue parte del cronograma electoral. La decisión de la Presidenta de la nación siempre fue la de enviar la ley al Congreso durante este año. Lo dijo el 1º de marzo en la apertura de sesiones parlamentarias: este es el año del debate de esta ley, así que estamos en tiempo y cumpliendo bien la tarea. El 18 de marzo se presentó la ley y estamos concluyendo los foros. Se sistematizarán esos aportes y llegará al Congreso, donde asistiremos al debate antes de fin de año.

—Y permitirá sacar de circulación una norma de la dictadura, con todo lo que esto implica…

—Con esta ley censora, restrictiva y monopólica, emparchada por decreto de necesidad y urgencia en los ‘90, hay un condicionamiento de la pluralidad. Entonces, el desafío de poder manifestar expresiones de cultura popular, por ejemplo, se ve limitado por la decisión de 4 o 5 empresarios que manejan el mercado de las comunicaciones. Que haya pluralidad significa que existan más expresiones culturales con posibilidades de poder sostenerse y consolidarse. Será un lindo desafío vivir en democracia comunicacional, porque no estamos acostumbrados a eso.

El silencio de los monopolios

—¿Qué opinión te merece la indiferencia de los grandes medios con respecto a la ley?

—Creo que se han dado la estrategia de silenciar, porque quieren sostener este statu quo favorable para ellos. Lo que más le duele al establishment mediático es que se discuta, ya que al poner en el centro de la escena ejes de debate comunicacional, aparecen opciones u opiniones que atentan contra esa construcción actual y que cuestiona la consolidación de este sistema, que les permite vivir monopólicamente o tener un diseño monopólico sin que nadie lo haya discutido. Entonces, el silencio es parte de la estrategia. No discutir es lo peor que les puede ocurrir en la etapa previa a la sanción de una ley de la democracia.

—Y siempre encuentran un portavoz dispuesto a hablar por sus intereses.

—El establishment mediático pensó que esta ley de la democracia y que la Presidenta de la Nación iba a enviar al Congreso era una grosería restrictiva y no un marco jurídico basado en la declaración de principios de derechos humanos de organismos internacionales. Con foros participativos y con toda la asistencia de la legislación internacional de los países más desarrollados en libertad de expresión. O sea, que es un tratado de vanguardia. Los relatores de libertad de expresión de la ONU y de la OEA explican que siempre América miró a Europa o a Canadá para hablar de libertad de expresión y hoy es el mundo el que está mirando el debate que se está dando en América Latina, donde el eje es la ley de la democracia de nuestro país. Entonces se me ocurre que este desarrollo intelectual, que está volcado en un marco jurídico para discutir en el Congreso, es novedoso y muy plural. Es un concepto de un Estado que tiene que garantizar la democracia comunicacional, para profundizar la vida democrática de los ciudadanos.

La riqueza del debate

—¿Cómo es la experiencia de las audiencias públicas? Y en ese marco, ¿cómo fue que en Corrientes, al negarles una escuela, terminaron dando el debate en una plaza pública?

—El gobernador Colombi, al intentar impedir el foro por la ley en una institución, le terminó poniendo un condimento épico. Fuimos a la plaza y nos rodeamos con mucha más gente que opinó de la ley. Los foros son un fenómeno interesante, que entiendo que va a ser copiado por la construcción de otras leyes. Así que estamos muy conformes y contentos, porque la mirada crítica de distintos actores o sectores ciudadanos le da una profundidad muy fuerte y enriquece mucho la propuesta original.

—¿Cuál es la respuesta de la gente?

—Hay mucho debate y muchas ganas de opinar. Eso, en la medida que enriquece el proyecto, les sirve de respaldo a los legisladores para que cuando este proyecto llegue al Congreso no sólo reciban las presiones del establishment mediático, para evitar que se trate, sino que haya una sociedad que se ha movilizado y que tiene cosas por decir.

Todo lo que querías saber acerca del proyecto

—¿Cómo se va a sustentar ese 33% de los medios audiovisuales que la Ley fija para las ONG?

—Hay una reserva de espectro del 33 % para que las personas jurídicas sin fines de lucro puedan emitir. Se me ocurre que es un hecho muy importante, para que la comunicación no sea sólo un comercio sino que sea un servicio. En última instancia, es tan honesto querer ganar dinero como difundir ideas.

—¿Cómo harán esos actores, que no tienen tantos recursos, para sostenerse en el tiempo y que, a poco de haberse adjudicado una señal, no venga Clarín u otro que tenga plata y les compre el medio?

—De los tributos que recibe el Comfer hay una distribución de esos recursos y hay un porcentaje que está destinado al fomento de las emisoras de las asociaciones sin fines de lucro. Es decir, del mismo modo que se financia el cine se va a solventar la comunicación de las organizaciones sociales.

—¿Habrá un apoyo estatal fuerte, entonces?

—Sí, será un vínculo para que la redistribución del dinero que ingresa al COMFER también caiga sobre la producción de las emisoras sin fines de lucro. Si los directores de cine han conformado una industria con el apoyo del Estado, creo que de la misma forma se va a abordar el tema de la comunicación.

—Hay quienes opinan que esta ley no defiende el espacio radioeléctrico como un espacio de dominio público propiedad de los argentinos a través del Estado. ¿Es así?

—Las ondas hertzianas deacuerdo a los tratados internacionales de derechos humanos son patrimonio de la humanidad y no de ningún Estado. Por eso la ley se define como de interés público: respetando que es un patrimonio de la humanidad, lo administra el Estado. Si esto fuera una ley de servicio público, las ondas hertzianas caerían en el Estado y dejarían ser de la humanidad. Es una cuestión filosófica. La administración está dada por el Estado, pero la pertenencia sigue siendo de la humanidad, por eso es una ley de interés público.

—¿Quién se quedará con las nuevas señales producto de la digitalización?

—Cuando el Estado concursa asigna una señal, no una frecuencia. Cuando una frecuencia es igual a una señal, Canal 9 emite una señal por la frecuencia 9, y todo es más fácil. Ahora, cuando en esa frecuencia pueden emitir 5 señales, el Canal 9 tiene un aspecto concursado por lo que va a seguir teniendo una señal. Los otros megahertz, es decir los otros 4 megahertz y medio que quedan, pueden incluir 5 nuevos concursos. La digitalización es una herramienta técnica que genera pluralidad y tiene que haber un marco jurídico que la garantice, para que no haya una potencialidad de pluralidad que nazca o que se sesgue en la concentración.

—¿Qué les respondés a los que afirman que, al permitir el ingreso de las Telefónicas al negocio, este proyecto de ley de Medios pretende cambiar un monopolio por otro?

—Que lean con detenimiento y responsabilidad la propuesta del proyecto y que, en cualquier caso, se preparen para debatir este y todos los aspectos emergentes en el Congreso, de la misma manera que se hizo en los Foros. La clave está en la liberación de los ductos como manera de abrir el acceso de nuevos actores en la prestación de servicios. Lo que esta ley exige como características de los prestadores, topes y jurisdicciones hace imposible cualquier tipo de monopolio.

—¿Por qué no podemos ver Telesur por un canal de aire o cable?

—Las señales de cable no son objeto de sanción de la ley actual de la dictadura, ya que cuando se promulgó se tomó al cable como un servicio complementario y esas señales no son objeto de ley. En función de eso es que no se puede establecer una grilla que incluya diversidad y estamos como rehenes del diseño que le quiere dar cada empresa. Nosotros pretendemos que haya pluralidad en la distribución de las señales de cable, pero que a su vez estas sean objeto de ley para poder establecer una grilla, donde quien distribuye tenga el deber de incorporar también las señales de la competencia. Si no, se genera una distorsión de quien produce contenidos y además los distribuye, ya que privilegia los propios en detrimento de la competencia. Eso genera posiciones dominantes en el mercado.

—¿La nueva ley destruye esa lógica?

—Va a permitir que el Estado pueda opinar para regular la grilla con contenidos mínimos que garanticen pluralidad.

—¿Vamos en camino a tener un canal de noticias estatal?

—El Sistema Nacional de Medios Públicos tiene ese desafío, el de un canal de noticias del Estado. Me parece que es una linda propuesta, muy sólida y muy buena.

—Cuando la ley se sancione, ¿se prevé barajar y dar de nuevo con el tema de las licencias? ¿Qué se va a hacer con los 10 años de prórroga de las licencias que se les otorgaron a los canales de aire?

—La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual no interviene con respecto al decreto que les otorgó 10 años más para que los empresarios puedan refinanciar sus deudas. Sí van a existir nuevos concursos y nuevos planes técnicos y se van a concursar nuevas señales. El resto es un tema de la justicia. Seguramente quienes recibieron esos 10 años más van argumentar derechos adquiridos. Sin embargo, la ley no está facultada para alterar ese beneficio que han tenido tanto los grandes medios como los que no lo son.

—¿Cuándo comienza la digitalización?

—Falta un tiempo para el apagado analógico, para que solo se emita en digital. Van a pasar unos cuantos años todavía.

—¿Cuándo vas a considerar que el objetivo que te propusiste con esta ley va estar cumplido?

—Cuando se sancione en el Congreso.

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