Desde el Averno, Hitler lo consulta.
Desde el Averno, Hitler lo consulta.

Se llama Lou Dobbs y conduce un programa en la CNN. Afirma que Obama debe dejar el gobierno, “porque nació en África y no en Hawai” y por lo tanto no es ciudadano de EE.UU. Los latinos lo consideran “el enemigo público número 1” y su prédica xenófoba produce brotes de violencia racista. Se multiplican las campañas que exigen su renuncia, pero los directivos del canal lo sostienen.

La podre. La peste. La delincuencia. La muerte. El horror. Los griegos imaginaban que era una caja, en realidad el ánfora o jarra de Pandora, el reservorio de todas las calamidades del mundo. En cambio los racistas, los conservadores, los reaccionarios, desde que se tiene registro, señalan siempre, pero siempre, hacia afuera, hacia el exterior. Señalan al otro, al diferente, al extranjero, como culpable de todos los males del mundo. Y Lou Dobbs, presentador de la CNN, la misma cadena que posee CNN en español para el mercado latino, viene llevando esta vieja práctica inquisitorial hasta extremos grotescos. Dobbs culpa a los latinos de muchos de los males que aquejan a los Estados Unidos, por ejemplo el aumento de la lepra.

A la hora de ponerse duro con los inmigrantes y controlar debidamente la documentación de quienes pretenden la ciudadanía estadounidense, qué mejor que empezar por un señor negro que dice que nació en Hawai pero se sospecha que en realidad nació en Kenia, África. El señor trabaja de presidente de los Estados Unidos, un puesto al que no puede aspirar si efectivamente nació en el continente de donde provienen los esclavos. Poner en duda la ciudadanía estadounidense de Barack Obama, y por consiguiente su derecho a ser presidente, fue apenas el primer acto de un farsesco entremés racista que todavía continúa. Dobbs y los oscuros grupos que apoya y propagandiza, todos ellos caracterizados por difundir su odio patológico sin importarles nada que se parezca a la verdad, dieron lugar a una acre puesta en escena, una suerte de burlesque-white trash (basura blanca) que echó más leña al fuego en una sociedad donde el racismo volvió a ocupar una sitio importante en la agenda pública, con una derecha envalentonada e indignada con el presidente Obama y todo lo que representa para sus mentes enfermas. Para enfrentar esto crecen las campañas de los grupos defensores de los derechos humanos que intentan frenar la embestida retrógrada.

“Durante años, Lou Dobbs ha utilizado su plataforma en CNN para difundir mitos y desinformación sobre los latinos e inmigrantes, aún cuando su cadena televisiva trata de atraer a televidentes latinos. Dobbs alimenta el odio y el extremismo contra los latinos. Es hora de decir ¡Basta Ya!”, se señala en el sitio www.presente.org, que pertenece a una agrupación que lucha por los derechos de los latinos en los Estados Unidos. “Los crímenes de odio contra los latinos están aumentando en este país, lo que refleja un aumento de sentimientos en contra de inmigrantes y latinos. Lou Dobbs ha hecho más que cualquier otro personaje de la televisión para promover estos mensajes”, se indica en el sitio de la organización, que colecta firma en BastaDobbs@presente.org .

Los militantes por los derechos humanos señalan que Dobbs promueve teorías conspirativas diseñadas para aumentar el miedo hacía los inmigrantes y latinos y les da aire a grupos extremistas como los Minutemen (autodefinidos como “vigilantes” que apoyan la justicia por mano propia), la Federación de Americanos por la Reforma de Inmigración (que promueven leyes inmigratorias más duras) y “el infame alguacil de Arizona”, Joe Arpaio, denunciado como “racista violento”. Uno de los grupos racistas preferidos de Dobbs es el denominado “birther” (de “birth” nacimiento). Sus integrantes se encargaron de armar la campaña para difundir mentiras sobre el lugar de nacimiento de Obama, con el objetivo de negarle la ciudadanía estadounidense.

Pero pese al clamor anti Dobbs, que se multiplica día a día, y a los muchos pedidos concretos para que su programa sea levantado, el presidente de la cadena televisiva, Jonathan Klein, descartó sacar del aire el programa “Lou Dobbs Tonight”.

Desde Presente.org lo califican como “el hombre más peligroso para los latinos de los Estados Unidos”. Y Mark Potok, de la agrupación Southern Poverty Law Center (Centro Legal del Sur para la Pobreza) denunció que “el aumento de crímenes xenófobos contra los latinos coincide casi exactamente con el momento en que Dobbs se dedicó a difundir al aire falsas teorías conspirativas involucrando a latinos. El no está ordenando a la gente que vaya a herir o matar, pero es ése el efecto de su prédica”.

El diario latino de la ciudad de Nueva York La Prensa fue el primero en lanzar, en una nota editorial, un “Ya basta”, en nombre de latinos y latinas, inmigrantes indocumentados e indocumentadas, que piden destituir al presentador.

Y ya son más de una decena las organizaciones –hispanas y de origen diverso– que exigen la destitución del desbocado racista, por ejemplo la Asociación de Funcionarios Latinos Electos de Georgia (Galeo), la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac), Moveon.org, el Consejo Nacional de La Raza, la Nueva Red Demócrata, y "The Hispanic Institute", entre muchas otras.

En la edición del diario latino de Nueva York La Prensa del 16 de septiembre se denunció que Dobbs había dicho que “extranjeros ilegales” son la causa de que aumentara la lepra, y agregó además que la Cámara Hispana de Comercio de Estados Unidos es la socia de los cárteles de la droga.

El diario The New York Observer aseguró que, desde el inicio de la controversia, el programa de Dobbs ha tenido una caída del 15 por ciento en su audiencia total y un 27 por ciento en el codiciado grupo de televidentes entre 25 y 54 años de edad.

Sin embargo, Dan Stein, presidente de la Federación por la Reforma de la Inmigración en Estados Unidos (FAIR), que está a favor de una política de inmigración más estricta, calificó a Dobbs como "uno de los nombres más respetados del periodismo estadounidense», según el diario neoyorquino.

Pero el "respetado" Dobbs insiste con la violencia y el odio descalificador, y continúa subiendo la apuesta. El presentador de la CNN calificó a uno de los impulsores de la campaña que exige su destitución, el periodista Roberto Lovato, como "una pulga", "un fraude" y "un típico activista de izquierda, un cobarde propagandista".

Militantes por los derechos humanos continúan recolectando firmas y presionando a las hasta ahora inconmovibles autoridades de la CNN. Lo hacen en sus ratos libres, cuando interrumpen sus actividades habituales: cometer crímenes, propalar la lepra, el tifus, la peste bubónica.

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