En su breve paso por Rosario para brindar su vital testimonio en la causa Guerrieri-Amelong, Jaime Dri, único sobreviviente entre los militantes montoneros que estuvieron secuestrados en la Quinta de Funes, se prende con ganas a la charla sobre la situación política nacional que le propone este diario digital. “Estamos en un proceso regional, del continente”, remarca y enmarca de entrada, para enfatizar que “si cae Cristina es un golpe muy duro para el proceso regional, no sólo para Argentina”. Y ese proceso continental, agrega Dri, está signado por “la oportunidad de lograr la segunda independencia, porque el imperio está débil igual que estaba débil el imperio cuando Bolívar y San Martín luchaban por la liberación”.

En esta nota, el principal testigo del juicio oral contra los represores de la Quinta de Funes desgrana su visión mientras disfruta en un bar rosarino el café con leche y las medialunas dulces que no se consiguen en Panamá, su patria adoptiva desde hace ya más de 20 años.

El desayuno es la previa a su declaración en el juicio, el 22 de setiembre pasado, cuando reconoció personalmente a los represores sentados en el banquillo y dio fuerte contenido político a su testimonio.

Dri ya había expresado hace cinco años, cuando en el marco de la causa reconoció los lugares en los que estuvo detenido, que no suponía llegar vivo a la instancia de juzgamiento a los militares que actuaron en la represión. A la vez, pone en el debe del desarrollo democrático argentino de los últimos años la impunidad y el renovado poder de lo que engloba como “los golpeadores de siempre, el poder económico financiero, la Sociedad Rural, la cúpula de la Iglesia ”, a los que ve “aprovechando el resbalón de Cristina” en el conflicto por las retenciones a las exportaciones agrarias.

“Cualquier resbalón era válido para redoblar la oposición a la política que a esa altura estaba bien claro para dónde apuntaba: juzgamiento a los genocidas, activación de la industria, quitarse de encima las manos del FMI y conjuntamente impulsar la integración latinoamericana, sumarse a la oposición al Alca y comenzar a renacionalizar algunas actividades y empresas que eran del Estado y que habían sido despojadas por los golpeadores del 76 y completadas con Menem”, plantea.

Cuando aborda el capítulo “conflicto del campo” Dri no se priva de señalar “errores” del gobierno nacional, como tomar la medida de las retenciones móviles “sin explicarla bien a los sectores populares y a la clase media, sin decir agua va”, decora, ganado por los modismos del hablar centroamericano. “Ojo con el encierro, hay que salir más a la calle, preguntar más a la gente, tener más organización popular”, reclama a los Kirchner, aunque se nota que mucho más enojo le generan “los que coincidieron en el voto con la Sociedad Rural”.

Es que “no se le puede exigir a este gobierno que haga la revolución o que sea la Virgen María teniendo en cuenta el proceso del que surge”, continúa el militante que en 1973 encabezara la lista de diputados provinciales del Frejuli en la provincia del Chaco, en la que fue uno de los principales protagonistas de la construcción regional de la Juventud Peronista y Montoneros.

En su charla con redaccionrosario.com Dri no deja de enlazar aquel momento político con el actual, en tanto capítulos de doscientos años de historia nacional a la que analiza desde la disyuntiva liberación o dependencia. Y la liberación, avizora, aparece hoy como una oportunidad al alcance de los pueblos latinoamericanos que sostienen a líderes populares entre los que destaca al venezolano Hugo Chávez.

“La liberación hoy no es humillar el imperio, no sueño eso, es una utopía que la quisiera, pero hoy se trata de negociar en otras condiciones, de ya no ser sirvientes ni vasallos”, añade, y matiza su optimismo con la preocupación por el renovado embate de los “golpeadores”, sobre todo en Argentina: “Siguen teniendo el poder y quieren retomar el gobierno, por eso hay que defender el gobierno”, insiste. “Biolcati sabe que Kirchner va por más, y lamentablemente algunos dirigentes de sectores populares se confunden y sin darse cuenta se sientan junto a los que dieron el golpe contra Perón y el golpe en el 76 para destruir las organizaciones populares. El error que no se puede cometer es aliarse al que nos tuvo siempre sometidos en doscientos años de historia. Ellos quieren un monumento a Videla, así como hay monumentos a Mitre, a Roca”, señala.

Practica Dri una y varias veces el análisis de la actualidad en el marco de un proceso histórico; y llama a no perder de vista que la última dictadura “destruyó la organización popular, que incluye a las organizaciones armadas, pero la represión apuntó también a los delegados de fábrica, a los dirigentes barriales, a los profesionales comprometidos con el pueblo”.

“Vieron que era realmente un peligro para ellos que tomáramos el poder, porque íbamos a tomar el poder para terminar con una sociedad de unos pocos privilegiados y mayorías empobrecidas; por eso nos mataron”, afirma, coleando su dolor por los compañeros y compañeras caídos como por ejemplo Tucho Valenzuela y Raquel Negro, cuyo recuerdo evocó doblemente en su reciente paso por Rosario. Por un lado en el testimonio que prestó en el juicio. Por otro, al grabar su participación en el documental "Operación México, tres cosas básicas" que se está rodando bajo dirección de Francisco Mattiozzi y con producción de Luciana Condito.

Operación México es el nombre que los represores del Ejército habían dado al intento de matar a la conducción de Montoneros en México en el año 1978. El plan –relatado con detalles en el libro Recuerdo de la Muerte– era llegar a los dirigentes de la organización vía Valenzuela, que había sido secuestrado junto con su esposa Negro y su hijo Sebastián, por entonces un bebé de poco más de un año, y trasladado a la Quinta de Funes, donde Dri los vio. Finalmente, Valenzuela, pese a que su esposa había quedado en manos de los represores, denuncia el complot y evita que se cumpla el objetivo de la dictadura.

Dri se acercó hasta una casa de la zona oeste rosarina para sumar su aporte al documental y allí también, como en la pequeña sala de los tribunales federales de bulevar Oroño al enfrentar a sus captores durante la dictadura, se le amontonaron recuerdos y emociones cuando le mostraron fotos de Tucho y su compañera y sus hijos.

Con la organización Hijos Rosario y sus abogados, el testigo coordinó su intervención en el juicio Guerrieri-Amelong, que continúa, igual que continúa esa lucha de la que forma parte la diezmada generación de Dri, las anteriores, las que le siguen.

Dónde posicionarse en cada etapa es la discusión permanente, sobre la que el entrevistado de redaccionrosario.com ratifica postura en el final de la charla. Se entusiasma con que “por un lado en la región se dan gobiernos con fuerte apoyo popular que buscan modificar la estructura de poder interno y de clara oposición a la dominación imperial. Por otro lado Estados Unidos confronta una crisis global del sistema, sumada al traspié en el Medio Oriente, al fracaso en Irak, al empantanamiento en Afganistán. En ese marco la región puede aprovechar esta coyuntura para avanzar en la acumulación de poder”.

“Otro elemento alentador es que el intento de bloquear el avance de integración regional al llevar adelante el golpe militar en Honduras, que es el eslabón más débil por la posición de absoluta dependencia de los Estados Unidos, después de tres meses, bajo medidas represivas como las de Videla, no logra frenar la resistencia del pueblo en las calles, sumada a una actitud de respaldo al gobierno legítimo de Zelaya por parte del resto de los gobiernos de la región nunca vista desde nuestra independencia de los españoles”, completa Dri su análisis del proceso regional, del que emerge su lectura de la realidad argentina: “Hay que apoyar este gobierno. Kirchner leyó otra vez mejor que nadie el resultado de las últimas elecciones, por eso apunta a profundizar con iniciativas que hay que respaldar con fuerza, como la ley de medios, una nueva ley de entidades financieras, un nuevo marco para avanzar en la redistribución de la riqueza”.

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