Con motivo del lanzamiento del Chevrolet Agile, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, visitará esta tarde la planta de General Motors (GM) en Alvear. Se prevé que la mandataria arribe al establecimiento a las 15.30 para luego recorrer las instalaciones junto al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y demás autoridades nacionales, provinciales, locales y ejecutivos de la compañía. Cabe recordar que fue el propio Estado el que se encargó de financiar la construcción del vehículo otorgándole un préstamo de 70 millones de dólares, con fondos de la Ansés, a la filial de la empresa automotriz norteamericana. El proyecto ya generó 600 nuevos puestos laborales con perspectivas de ampliarlos a 300 más el año próximo.
La presidenta llegará al Aeropuerto Internacional Islas Malvinas de Rosario pasado al mediodía y se trasladará catorce kilómetros en auto hasta la planta, para participar del lanzamiento. Una vez en el lugar, está previsto que realice una recorrida que tendrá aproximadamente una hora de duración.
La ayuda financiera forma parte del denominado Proyecto Viva. El nuevo modelo Agile está destinado a mercados emergentes como la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sirvió para ampliar la planta de soldadura y robotizar varios sectores de producción.
Con el dinero proveniente de fondos del Ansés, gracias a la estatización de fondos que estaban en manos de las AFJP, el gobierno de la Nación financió el 58 por ciento del proyecto de la General Motors de Alvear tomando en garantía hipotecaria el inmueble de la fábrica más una prenda flotante sobre 15 mil vehículos y los contratos de exportación de la compañía.
El 4 de junio pasado la titular de la Casa Rosada anunció en la planta de la empresa el préstamo para encarar el nuevo proyecto.
La medida fue tomada como audaz ya que el anuncio se hizo en plena crisis internacional y a tan sólo pocos días que la casa matriz de GM se presentara en bancarrota ante el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos, situación que derivó en la intervención del gobierno del propio Barak Obama que estatizó la empresa para evitar
su desplome final.
