La testigo que declaró este martes ante el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario, en el juicio Guerrieri-Amelong, Teresa Celia Meschiatti, fue una militante de la organización montoneros detenida en diciembre de 1976 en Córdoba y llevada al centro clandestino de detención y torturas “La Perla”, donde compartió cautiverio con varios militantes rosarinos, entre ellos Eduardo Toniolli y Stella Hilbrand, posteriormente desaparecidos.

Su testimonio permitió echar luz sobre un fragmento desconocido de la historia sufrida por algunas de las víctimas del centro clandestino de detención conocido como la Quinta de Funes. También declaró Héctor Kunzmann, otro sobreviviente de La Perla, que en una de las descripciones más impactantes escuchadas hasta el momento, relató una de las terribles sesiones de tormentos que recibió Toniolli.

Meschiatti –que estuvo presa en La Perla hasta diciembre de 1978–, realizó su declaración ante tantos estrados y tribunales, que su relato podría ser publicado casi textual. Según contó al tribunal, su primer testimonio lo hizo “ante la ONU, después en Holanda, en el 84 testimonie ante la Conadep, testimonié en Roma, testimonié ante Garzón, y en Córdoba testimonié como unas 10 veces, además del testimonio que di en la causa Menéndez”.

La testigo refirió que “pasaron 33 años desde aquella época, y nosotros hemos podido trabajar e investigar sobre las listas de personas que pasaron por la Perla, y recuerdo unas 15 personas que vivían en la provincia de Santa Fe”.

Teresa describió las características de La Perla, con nombres y apellidos de la estructura de mando y recordó a los militantes secuestrados de origen santafesino. “El 9 de febrero lo secuestran al Cabezón Toniolli, como nosotros le decíamos”, señaló Meschiatti y agregó: “A Toniolli lo secuestran junto con una muchacha, (Analía) Arriola, que hacía un mes que estaba en Córdoba y había ido a la cita –donde la secuestraron– con sus dos hijos pequeños porque no tenia donde dejarlos, por esto los militares la consideraban una perra. En esa época la Perla estaba muy llena y por la tarde se llevaban todos los días a tres personas en unos camiones. Arriola estuvo tres o cuatro días, y se fue en uno de los camiones. A María Graciela de los Milagros Roldán y a un chico (Mario Alberto) Nivolli, también se los llevan en los camiones, eran de Santa Fe”.

La testigo relató que escuchó los “gritos de Toniolli durante su tortura”. “Al Cabezón lo torturaron en una oficina de delante de la cuadra, fue muy golpeado en la cabeza por el Sargento Díaz y el Chubi López, lo golpeaban con un bate de béisbol. En un momento pude hablar con él durante nuestro secuestro. Era un tipo alto, delgado, manos en los bolsillos, cabellos ondulados, muy movedizo, alegre. Yo le pregunté adónde lo habían golpeado y me mostró un agujero en su cabeza. Creería que estuvo máximo dos meses en la Perla, posiblemente hasta mediados de abril”, rememoró Meschiatti.

La testigo también indicó que volvió a ver a Toniolli en septiembre de ese año, “un día que lo volvieron a traer, con una chica muy bonita que estaba como en estado de shock”, que después se enteró que era Stella Hilbrand.

Cuando el tribunal habilitó las preguntas, el defensor del represor Juan Amelong, Héctor Galarza Azzoni, le preguntó a la testigo bajo que régimen estuvo en la Perla, si se movía libremente, si estaba tabicada.

Meschiatti le explicó a Galarza que no quiso detenerse en los detalles sobre su tortura, pero “tengo marcas de tercer grado en el cuerpo, para mi la época de las torturas es la época del año de las bermudas, porque es cuando se me ven las marcas”. Y concluyó: “Yo cada vez que tengo que testimoniar sobre esto, sufro. Ustedes preguntan, pero yo sufro, y no me quiero detener sobre esto”.

Una “Juaneada”

El segundo en declarar este martes fue Héctor Kunzmann, otro sobreviviente de la Perla que aportó un poco más de información sobre la suerte del desaparecido Eduardo Toniolli.

Kunzmann confirmó algunos datos señalados por Mescchiatti y describió con detalles una “paliza” recibida por Toniolli, que permitió reconstruir el modo en que se manejaban lo torturadores de la Perla.

Kunzmann recordó que “al segundo o tercer día de detención de Toniolli, un suboficial de apellido Díaz y Chubi López llevaron al Cabezón a una oficina vaciada previamente y ahí sufrió durante muchas horas una feroz paliza a garrotazos. No le permitían apoyarse en las paredes ni en el piso, tenía que estar parado. Se escuchaban gritos de los torturadores y los gritos de dolor de Toniolli. Esta se conoce como la peor golpiza con garrotes que ha recibido una persona y por eso se le empezó a llamar la «juaneada», y esto deriva de que ese era el sobrenombre con que se conocía a Toniolli, «Juan». Sobrevivió porque era una persona joven y muy fuerte, sino no sé cómo pudo haber sobrevivido a semejante golpiza”.

El testigo indicó que Toniolli “tenía el cuerpo totalmente morado y la cabeza herida, estuvo horas o quizá días temblando permanentemente de frío por esa golpiza. Cuando se movía por el lugar, como apenas podía caminar, me pidieron a mi que lo acompañara por el lugar con un poncho del Ejército”.

Kunzmann afirmó al tribunal que “después de eso Toniolli pasó a ser parte del grupo de secuestrados en la Perla, y estuvo allí no menos de un mes, no sé exactamente el día de su traslado, que tuvo que haber sido antes del 20 de abril porque mi compañera no lo conoció y fue secuestrada y llevada a la Perla en esa fecha”.

Próximas testimoniales

Al final de la audiencia desde el tribunal informaron que el próximo lunes declararán los querellantes y testigos del centro clandestino de detención Fábrica Militar, Adriana Arce, Juan Rivero y Ramón Verón. El martes será el turno de Olga Regina Moyano, Ricardo Moyano y Celso Rivero. Y el miércoles Ariel Alejandro Rivero, Guillermo Germano e Inocencia Deharbe.
 

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