“Muera quien muera, Agua Rica se hace”, dijo el intendente y provocó la pueblada. “No van a pasar, le aviso”, afirmó don Urbano Cardozo, de Vecinos Autoconvocados por la Vida, de la ciudad del noroeste catamarqueño.
Urbano dijo que, junto a otros vecinos, fue nuevamente denunciado tras la pueblada desatada ante la represión policial a una masiva manifestación contra la explotación de la minera internacional Agua Rica, emprendimiento avalado por el poder político.
Hace una semana –dijo Urbano a este diario digital– el intendente José Perea había afirmado: «Muera quien muera, Agua Rica se hace. Vengo desde Buenos Aires con el aval del gobernador catamarqueño y de la presidenta».
“Eso produjo mucha bronca, después sucedió la protesta y una represión nunca vista aquí. El hecho se produjo el lunes, cuando Gendarmería y la policía catamarqueña intentaron desalojar de la plaza central una manifestación de unas cuatro mil personas. Se cortó la luz y comenzaron las descargas con balas de gomas y gases”, relató don Urbano, un ex empleado bancario de 73 años.
El ataque dejó varios heridos y quince detenidos. Hoy sigue internado en un hospital de la ciudad de Catamarca un chico herido y aquí también esta internado un hombre de 60 años. Los detenidos ya fueron liberados.
Urbano también señaló que “ayer a la mañana se reunió el pueblo en la plaza central para dirigirse y pedir al municipio la renuncia del intendente y del comisario, responsables de la represión del lunes”.
“La gente pudo ver cómo le pegaban a una madre, a un nene o abrían fuego contra los presentes. Eso desató más bronca en el pueblo y hubo destrozos en la Municipalidad, la oficina de la empresa y comercios que venden elementos de minería. Pero no fueron los autoconvocados quienes lo realizaron, hace años que venimos luchando y resistiendo”, aseguró Urbano.
En tanto, mientras el intendente no halló hipótesis más creativa, y acusó al grupo Quebracho por los ataques, sigue en guardia el campamento de los vecinos en Chaquiago, camino a El Potrero, sobre un camino comunal.
Además, Urbano sostiene: “En diciembre pasado descubrimos que por un decreto del gobierno provincial del 6 de diciembre de 1995, la ciudad fue cedida a la multinacional Billington, para prospección, exploración y futura explotación. Así surge la bronca y la pelea”. Esa explotación provocaría la desaparición de la población del departamento, atropello que desató el repudio al inicio de actividades de la explotación del yacimiento Agua Rica.
La empresa Billington es una ex accionista de La Alumbrera, que buscará oro negro en Malvinas, como se difundió hace días.
“La minera ni aparece”
Sobre la actitud de la firma minera, Urbano explicó: “No dice nada, la multinacional no figura, pero compra y da el aval a los empresarios para ellos trabajen. Les dan dinero para que adquieran máquinas, y si el aparato cuesta cien mil pesos, le entregan 200 mil y les dicen que suban y vayan a Agua Rica aunque no los dejen pasar, para eso le pagan buena plata”.
“Los representantes del la multinacional Yamana Gold, con plantas en México, Brasil y Centro América, saben que no tienen la licencia social para explotar, pero arreglan con criollos, con algunos pobladores, entonces nos enfrentamos entre hermanos y la empresa ni figura”, resalta.
En el departamento de Andalgalá, según el padrón de minas de 2009, de 183 concesiones el grupo posee 84 y se afinca con propinas como muebles para escuelas, bibliotecas, una estación meteorológica y asumiendo otras obligaciones del Estado, que mira para otro lado.
Pero Urbano señala que deben ser apenas cinco los andalgaleños que trabajan en Agua Rica. “Ahora sólo hacen exploraciones, pero será más grande que La Alumbrera, que ya nos perjudicó. Con ese millonario emprendimiento tenemos más enfermedades y estamos más pobres que antes, estamos en la zona catamarqueña con mayor desocupación”.
La misma Alumbrera admite que consume 66 mil litros de agua diarios, pero se estima que es cifra es diez veces mayor. “Está a 60 kilómetros, detrás de dos altas montañas, pero Agua Rica tiene prevista su explotación de oro, cobre y molibdeno, a 17 kilómetros del pueblo. Para funcionar, cavarán un pozo de unos cuatro kilómetros por otros cuatro de ancho, a unos tres mil metros de altura, justo donde se halla la vertiente de agua de la que tomamos nosotros. Para los científicos, es un proyecto asesino”, dice Urbano.
En las faldas del Aconquija, los especuladores apuntan, más allá de los yacimientos arqueológicos, la producción de dulces regionales, vinos, quesos y maderas, a los valiosos minerales utilizados en la informática y electrónica.
Pero, mientras el poderío de las mineras multinacionales regentea a prostituidos políticos y policías, cientos de poblaciones resisten. De pie y poniendo el cuerpo, Andalgalá, que en voz quechua significa algo así como: “Señor de la Alta Montaña”, protege sus cerros, defiende sus derechos y frena en pequeñas grandes batallas el saqueo y la contaminación que empobrece a la tierra y su gente.
