Otro desilusionado de las plumas del periodismo. Un joven colaborador de la página web del diario Crítica de la Argentina tiene algo que contarnos: el pasado lunes 9 de marzo el blog que escribía, Magia Crítica, desapareció del Directorio de Blogs. La explicación: no cobraba su sueldo desde septiembre de 2009 ¡y tuvo la osadía de reclamarlo! El autor comenta además que fueron decenas los colaboradores en su misma condición. “Unos perdieron por cansancio, otros siguen luchando”, dice y agrega: “Financiar la salida de un diario en base al hambre o el endeudamiento de quienes lo hacen remonta a sus gerentes a las nubes de la canallada”.

“Han inventado la modalidad según la cual se permiten incorporar periodistas para escribir blogs temáticos sin costo. Es una vidriera para mostrar tu trabajo, pretenden. Los editores que reclutan mano de obra gratuita para generar contenido han dejado de ser periodistas. El empresario más negrero sabe que hasta los pasantes deben ser remunerados”, sostiene el joven periodista.

“Podría hablar un buen rato de la precarización del blogger periodístico, pero está claro que podría agregar mucho más sobre la insensibilidad, la mediocridad y las agachadas de los editores que se creen campeones del profesionalismo desgraciándose en las conquistas gremiales de los periodistas”, cuenta el blogger, pisoteado, al que no le querían pagar porque le decían tenía “pocas entradas”.

“Es que, para toda una generación de alcornoques, la vara del Nuevo Periodismo parece ser el Google Analytics. Mención aparte merecen los dispositivos contadores de visitas que sólo pueden ser monitoreados por los editores y excepcionalmente por los autores”, explica.

“Si los trabajadores de prensa tuvieramos quienes nos defendieran, este recurso tecnológico introduce una variante nada considerada por quienes deberían vigilar los atropellos que cometen las empresas periodísticas y sus disciplinados amanuenses”, cuestiona.

“Para ellos –continúa indignado–, noticias, titulares e imágenes son mera mercancía. El único horizonte en sus agendas es negociar con masas o masitas de lectores a quienes consideran cotos de caza (en las reuniones de sumario los deben llamar target cautivo). En suma, que la disposición de una empresa periodística a pagar por una tarea dependa del número de lectores menoscaba y degrada a la tarea del comunicador. Ningún periodista comprometido con su oficio debería ser despedido porque sus notas reciben «pocas visitas». Y si lo es, a hacerse cargo. La excomunión del «redactor poco leído» tampoco figura en los códigos de ética periodística”.

Por cierto, el joven pudo rescatar su blog en donde da pelos y señales de su caso, que lamentablemente, es moneda corriente en este oficio: Magia Crítica.

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