Algunos testimonios de los participantes de la Marcha Nacional de los Pueblos Originarios que pasó este martes por Rosario rumbo a la Plaza de Mayo y que sumó unas diez mil almas (¿no era que los indios no tenían alma?).
Desde el Chaco
“Estamos ansiosos por llegar a Plaza de Mayo y tener un diálogo con la presidenta. Queremos ocupar nuestras tierras y trabajarlas de la manera en que sabemos hacerlo, cuidándolas”, dijo este martes Higidio Cantero, dirigente del pueblo Qom-toba. “Hace siete días que venimos viajando y pasamos por montes y ríos muertos, eso es una falta de respeto hacia nuestra tierra y por eso venimos por la vida de nuestra madre”.
“Somos del Chaco, viajamos junto a hermanos del pueblo mocovi, wichí y pilagá. También se han acercado hermanos que viven hoy en Rosario y que debieron alejarse por el problema de la tierra”, resaltó.
“En todos los lugares por los que pasamos –señaló Canteros–, fuimos bien recibidos por gente amiga. No todos son originarios, pero apoyan a la marcha porque saben que es una lucha justa, también a ellos le agradecemos su participación”.
Sobre la celebración del Bicentenario, aseguró: “No estamos de acuerdo con esa fiesta porque no podemos festejar algo que no tenemos, nos persiguen y nos matan”, por eso reclamamos por nuestros derechos”.
Madres de Jujuy
Desde San Salvador de Jujuy, también llegaron a Rosario, un grupo de Madres de Plaza de Mayo, de esa provincia: “Tenemos muy claro que la lucha de los originarios es la misma pelea que la nuestra, los primeros genocidios que se convirtieron en América fueron contra las comunidades.
De alguna manera somos la continuación de esa lucha. Además, reclamos juicio y castigo a todos los represores y genocidas.
Tupac
La Tupac Amarú acompaña a los pueblos originarios, no sólo en el reclamo por sus tierras, sino por su histórica lucha. Nosotros sólo los acompañamos, poniendo nuestro esfuerzo”, resalta Simón Castañeira, referente de la organización en Rosario.
Sobre su actividad en la ciudad, Castañeira indica: “Trabajamos en los barrios con centros culturales y copas de leche. En Gálvez iniciamos tareas en una cooperativa para levantar viviendas, además impulsamos otra cooperativa, pero textil, en la zona sur de Rosario”.
En cuanto a su desarrollo, dijo que son “unos quinientos compañeros. Tenemos obras en los barrios Santa Lucía, Travesía y Rouillón Rouillon al fondo, junto a hermanos del pueblo mocoví y toba. En zona sur, en el barrio La Tablada, tenemos nuestra sede y un centro cultural”.
Ante las críticas que recibe la organización, por su relación con la presidencia, Castañeira afirmó: “Apoyamos a un gobierno que pensamos que es el mejor desde que regreso de la democracia, tanto en el tema de derechos humanos, el respeto por la protesta social, la cuestión de las empresas de jubilación y la ley de medios, lo que fue un quiebre. Pensamos llegar a Plaza de Mayo y presentar el reclamo de los originarios a la presidenta”.
Veteranos
“Debíamos esta acá, junto a los pueblos originarios, son los que vuelven a reivindicar sus derechos en la historia. Todos sabemos lo que ocurrió en América del Sur y tiene relación con la defensa de los recursos naturales, nosotros combatimos en Malvinas, otra problemática sobre los recursos que debemos reconquistar”, dijo Rubén Rada, presidente del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas, Rosario.
“Hay que replantearse muchas cosas, como festejar el 12 de octubre. También, todavía tenemos en los billetes la cara de uno de los más grandes genocidas”, señaló en referencia al general Roca, impulsor de la invasión del ejército argentino a la Patagonia.
Como en tantas protestas y movilizaciones populares, la cocina de los veteranos sirvió para dar mate cocido y comida a la gente, “vamos a acompañar a esta gente que marchó miles de kilómetros y les estamos dando raciones de alimentos”, señaló Rada.
