Para el imaginario de las mirthaslegrand que pululan por el ciberespacio el Señor I no es más que otro “militante ciber k rentado con dinero de todos los argentinos”. Lo cierto es que no es un “bloguer k” porque no sabe cómo carajo se hace un blog y es por ello que aprovecha cada recoveco virtual que le permita ejercer la libertad de expresión a través de la palabra.
El feriado bicentenario encontró al Señor I recuperándose de un refrío y recorriendo los diferentes portales de noticias de la ciudad. Es entonces que recala en Rosario3.com de Televisión Litoral SA –empresa que además posee Radio Dos y Canal Tres entre otras firmas– donde encuentra el título “Cristina: «La Revolución no fue pacífica ni consensuada»”. Inmediatamente desplaza el puntero hacia la parte inferior del artículo donde un puñado de cibercomentaristas escupen expresiones como “negros choripaneros”, "andate a Cuba”, que “no somos Bolivia ni Venezuela”, que “no necesitamos ninguna revolución” y todo el fascilismo (contracción de fascismo fácil) que caracteriza al medio pelo argentino.
Ante semejantes atrocidades el Señor I no puede quedarse inerte e inmediatamente se registra en el sitio con una identidad también virtual –Juan Carlos Marx– y tipea su comentario, no sin antes leer el artículo en cuestión. Aunque lo más interesante del artículo eran los comentarios que actualmente están bloqueados. Como es sabido, el comentario debe pasar un filtro, el reglamento dice entre otras cosas que no se permiten los que “que incluyan injurias o que violen las leyes argentinas”. Este eventual opinador escribe un comentario que intenta abrir el debate pero es consciente de que su intervención puede provocar a un barrabrava ruralista que desde su paravalancha digital practica también la de libertad de expresión.
Luego de una espera de varios minutos el mensaje no aparece. Aparece uno que dice que llora cuando canta el himno, otro que dice que en 1810 Argentina tenía el 6to. PBI mundial por encima de Canadá y Australia, otro que opina contra el busto del Che Guevara, otro que ladra contra las banderas rojas comunistas, uno que tiene campo y busca negros para emplear. El textito del Señor I no aparece y entonces escribe un par más, sin utilizar “lenguaje obsceno, discriminatorio y ofensivo” tal como lo exige el reglamento. Aparece otro que explica que al 6to. PBI se lo llevaban las 200 familias de la oligarquía argentina y las empresas inglesas.
El Señor I permanece unos días esperando la aparición de su producción literaria virtual firmada con un nick que parece haber sido bloqueado por los empleados de Alberto Gollán, quien fuera intendente de la durante la dictadura militar del General Lanusse, el cónsul honorario del Reino Unido que se opone a la Ley de Medios.
Luego de una catarata de bosta los comentarios del Señor I no aparecen y finalmente los administradores del sitio eliminan democráticamente todos los comentarios. La convivencia en algunos rincones del ciberespacio tampoco es pacífica ni consensuada. ¿Quién gobierna en la Argentina virtual?
