Contento, el remisero se bandeó un poco con los festejos. Mal ejemplo.
Contento, el remisero se bandeó un poco con los festejos. Mal ejemplo.

El chofer de un remis ganó 750 mil pesos este lunes a las 2 de mañana en una máquina tragamonedas del complejo City Center. Se trata de un pozo acumulado desde que abrió el casino, en octubre de 2009. Aunque nuestro héroe es un remisero, en esta ocasión vale la frase: ¡¡Qué tacho!! Detalles sobre la vida anterior del afortunado.

La novedad la dio este lunes por la mañana la encargada de marketing del casino local, Romina Freijomil, quien detalló que el afortunado es un remisero que habitualmente opera en la zona sur, entre el casino y el hipermercado Libertad, que está en frente. Dato que, por cierto, a nadie le importa.

Lo que sí importa es que, este buen señor trabajador del volante, se levantó una montaña de guita en una máquina tragamonedas que, como lo evidencia este caso, no sólo traga sino que también escupe monedas, y más que monedas escupe billetes y –también lo deja en claro la buena fortuna del remisero– vomita toneladas de billetes, hasta tapizar a quien tiene la extrema buena estrella de arrancarle 750 mil mangos de un solo zarpazo.

Aunque la ejecutiva del casino no lo dijo, Redacción Rosario presume que el remisero se quemaba toda la recaudación de un arduo día de laburo en las maquinitas, tras rodar no menos de 14 horas por día hasta quedarse dormido al volante poniendo en riesgo su miserable existencia, y regresaba a su hogar repitiéndose, cada noche, todo lo fracasado que era.

Si está casado, es altamente probable que su mujer lo esperara desvelada cada noche no para calentarle un cafecito y quitarle la mufa, sino con el mero objetivo de agigantar su condición de fracasado universal sin remedio a través de frases como: “Otra vez te quemaste toda la guita en esas maquinitas de mierda, y ayer se venció la boleta de gas”. O: “Mirá los agujeros que tengo en las pantuflas y vos te gastás los dos putos mangos que ganás por día en ese remís del orto boludeando en las maquinitas. Fracasado”.

Pues bien, el fracasado se llevó la “papota”, o la “tarasca”, como plazca al lector llamarle a la valija repleta de billetitos de 100 pesos que el remisero de la zona sur le arrancó a una máquina tragamonedas llamada Star War, que emula a la película del mismo nombre y que, esta madrugada, acumulaba un pozo desde octubre de 2009 que se agenció nuestro amigo el remisero.

Según explicó la vocera del casino, el ahora ex remisero –ya veo que ahora, el tremendo suertudo, se compra 10 Bora y pone una remisería de lujo– apostó 300 pesos durante la noche. Una suma módica si se la compara con la que se llevó, pero suficiente para justificar las desdeñosas palabras de cada noche de su mujer, si es que el remisero está casado.

Para llevarse del City Center “la papota”, nuestro héroe del volante hizo cinco jugadas con la apuesta máxima, de apenas 15 pesos que, si está casado, seguro que para su mujer era mucho.

En la sexta apuesta le asestó un mandoble fatal a la maquinita traga-y-escupe monedas: 750.278,45 pesos decía el ticket que tenía en la mano, presumimos sudorosa y tambaleante, del bueno del ex remisero.

Por último, para el resto de los remiseros fracasados de esta ciudad con intención de abandonar para siempre su inmunda condición, les decimos que hay en el casino 28 máquinas que guardan el pozo desde el momento en que se abrió el complejo de timba. Pero, sépanlo, el único que la tiene asegurada es el dueño del City Center.

Más notas relacionadas
Más por Luciano Couso
Más en Ciudad

Dejá un comentario

Sugerencia

Las niñas de Alcáser

Fantaseábamos con ellas. Nos parecíamos en que éramos tres y teníamos quince años. La hist