Jugadores. Cara de Poker Macri y Cara de Zapato Binner.
Jugadores. Cara de Poker Macri y Cara de Zapato Binner.

“No es el tema de juntarse por juntarse”, dijo Binner sobre la posibilidad de una alianza neolíberosocialista. “Tiene que haber una propuesta común”, afirmó. Al parecer –medita el Señor I–, las coincidencias entre el macrismo y el socialismo nada tienen que ver con lo ideológico, no suponen una confluencia de doctrinas afines, no resultan en contradicción ni faltan a ninguna ética política. Simplemente estarían supeditadas a la eventualidad de un escenario electoral de segunda vuelta, donde toda divergencia, toda discordancia en el “cómo”, se verían esfumadas, donde la “propuesta en común”, el “qué”, sería fácil adivinar, por si acaso no lo es ya.

Binner se guarda la carta del PRO para el caso eventual de un balotaje. Así se desprende de sus dichos de este jueves, cuando sostuvo que “no descartamos más adelante coordinar” con el macrismo de haber segunda vuelta en las presidenciales.

Dijo que coincide con Macri “en el qué, pero en el cómo es donde encontramos las diferencias”. Y, guarda la tosca: "No es sólo sumar por sumar –advirtió– después hay que gobernar".

El gobernador fue consultado una vez más sobre la posibilidad de participar de un frente con el macrismo y una vez más no la descartó, aunque todos digan que sí, sino que la supeditó a la eventualidad de un balotaje en las elecciones presidenciales. Volvió a hablar de límite entre su pensamiento político y el de Macri (¿?), sólo que esta vez, reconoció que a esas fronteras teórico programáticas se las llevarían los vientos de un balotaje. Porque entonces el “qué” mandaría. ¿Y qué otro “qué” tienen en común binneristas y macristas sino el de ganarle al kirchnerismo? ¿Alcanza pues con esa “propuesta en común” para que el PS se case con el PRO?

El mandatario provincial admitió además que se encuentra “trabajando en un proyecto de Nación con Alfonsín (el vivo, vale aclarar)”, pero aseguró que todavía no se habló de candidaturas. Insistió en rechazar a Lilita Carrió, pero no descartó seducir a su sosías masculino, el “deseable” Pino Solanas, y a Margarita Stolbizer, para armar un frente común.

También volvió a profetizar que si su delfín Bonfatti pierde, “será una lección”, de la que aprenderán que “hemos hecho algo mal”. Y finalmente, no desaprovechó la ocasión de mandarle un guantazo al devenido némesis de Bonfatti, el senador nacional Rubén Giustiniani a quien responsabiliza de que “el PS, a nivel nacional, está sin funcionamiento”. Valga entonces un cuatro de copas, o cualquier otra cartita, bien metida en la manga, y sin sonrojarse, cuestión de ganar este partido como si jugáramos al Truco, sin ánimo de desmerecer este juego, caracterizado por las habilidades del engaño, la oscura astucia de la viveza criolla.

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