El Colectivo inició “la batalla cultural por el aborto legal, nacional y popular”.
El Colectivo inició “la batalla cultural por el aborto legal, nacional y popular”.

El grupo Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto publicó un artículo en el que detalla con cifras la dinámica de la Línea Aborto, durante enero. El servicio telefónico está disponible para asesorar a mujeres que quieren interrumpir sus embarazos con la píldora de misoprostol.

Además de la ocasional pregunta sobre si después de abortar con pastillas se pueden meter a la pileta, o cómo confirmar que a la vuelta de las vacaciones no se pasarán de la semana 12, el primer mes de 2012 nos dejó 347 llamadas a la Línea Aborto: más información, menos riesgos (011 15 66 64 7070), y la confirmación de avances en acceso igualitario al aborto seguro.

El desafío de la línea telefónica es mejorar la calidad de la información que circula sobre aborto con pastillas, dado que la gran mayoría de las mujeres que llaman ya han abortado anteriormente en sus vidas. Salvo excepciones, los abortos anteriores de quienes tienen prepaga u obra social son quirúrgicos. Las mujeres llaman porque esos abortos son caros: a diferencia del misoprostol, incluido en casi todos los vademécums, los abortos quirúrgicos no tienen descuento alguno y pueden valer varios miles de pesos. Además, no están exentos de abusos: “Me desperté de la anestesia y tenía las manos del doctor en mis pechos”, es un clásico que esta vez las mujeres prefieren evitar.

Quienes dependen del sistema público de salud abortaron en general con pastillas o sondas. Mientras las pastillas o la sonda pueden costar más o menos lo mismo, tienen enormes diferencias de calidad: las pastillas de misoprostol son un medicamento esencial que bien administrado produce abortos seguros, mientras que la sonda es menos efectiva, más riesgosa y dolorosa. Quienes han usado sonda llaman porque no quieren repetir la experiencia, y quienes han usado pastillas lo hacen porque saben que la información que circula puede estar desactualizada y sonar contradictoria. Llaman para corregir errores: 41 % de quienes llamaron ya habían leído el libro “Todo lo que querés saber sobre cómo hacerse un aborto con pastillas”, que circula en librerías e internet hace poco más de un año y apura una segunda edición.

El otro desafío es mejorar el acceso a las pastillas de misoprostol, y la línea telefónica nos permite ver los avances y retrocesos en cuanto al precio y momento en que las mujeres acceden a ellas: en la línea vemos que algunxs ginecólogxs no recetan misoprostol en el sistema público de salud, aunque sí lo hacen para su entorno y clientes particulares; “Fui a la salita y la ginecóloga cuando le pedí la receta me dijo que no podía dármela porque se comprometía, y me mandó a una farmacia en otro barrio de capital donde me las vendieron a $ 150 cada una”. Estxs ginecólogxs discriminan a las mujeres, que excluidas del sistema público de salud no acceden a las 12 pastillas necesarias para abortar de manera segura en el primer trimestre de embarazo.

Otro obstáculo que sigue vigente es que en algunos pueblos no hay misoprostol en las farmacias, por miedo a represalias del sector médico local. Ello no quiere decir que las pastillas no circulan, sino que su circulación se clandestiniza y se encarece: en lugar de acceder en la farmacia, lo revenden lxs mismxs médicxs que practican los abortos al mismo precio de un quirúrgico. Finalmente, identificamos en algunas ciudades como buenos aires, la plata, rosario y córdoba núcleos de farmacias que exigen requisitos ilegales (recetas dobles o triples, dirección, DNI), con el fin de vender las pastillas sin receta a un precio mucho mayor.

La novedad es que estos abusos, si bien existen, afectan a cada vez menos mujeres y niñas: en la línea telefónica destaca que el 54% de las mujeres, cuando llamaron en enero, habían ya conseguido las pastillas antes de la semana 12 de embarazo, y la gran mayoría de ellas ya las había usado. 35% accedió al misoprostol con receta (en CABA este número trepa al 50%), comprando en la farmacia la caja completa a un precio promedio de $ 300. Otras 40% compraron en farmacias sin receta, a un precio promedio de $ 400.

El dato: A la línea telefónica llaman por mes alrededor de 10 mujeres y niñas que han sido violadas, o les han suspendido un tratamiento médico vital por no hacerles un aborto, o cuyo embarazo tiene malformaciones incompatibles con la vida. Llaman a la línea para informarse sobre aborto seguro con pastillas, igual que todas las demás, para evitar la violencia médica, la policía, el escándalo: usar misoprostol no requiere autorización judicial, ni supervisión médica o quedar escrachada en la prensa.

Fuente: Agencia Paco Urondo


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