Todos los años se realiza la protesta frente a la Bolsa. | Foto archivo: FPDS

La mañana de este miércoles, frente a la Bolsa de Comercio de Rosario, diversas organizaciones sociales y ambientalistas convocaron a repudiar el remate del primer lote de soja de la campaña 2011-2012.

Con una parodia al remate del primer lote de soja que se realiza todos los años en la Bolsa de Comercio de la ciudad, organizaciones sociales y ecologistas, desde las 9.30 de este miércoles, impulsaron una actividad frente a la entidad para que “la ciudadanía entienda de que se trata el modelo de los Agronegocios con su caballito de batalla que es la soja transgénica”.

“Ante el remate del primer lote de soja del año en la Bolsa de Comercio de Rosario, en la provincia sojera por excelencia, repudiamos este acto que representa la continuidad y profundización de un modelo de producción capitalista agroexportador de explotación, contaminación, y saqueo”, señalaron los organizadores.

La movida fue organizada por Attac-Cadtm, Semillas de Rebelión, Casa de la Memoria, Conciencia Solidaria, Comisión Regional de Derechos Humanos del Cordón Industrial, El grito de la tierra Barrio Malvinas, Carpa de la Unidad, La Asamblea (Granadero Baigorria), PRT, Frente Popular Darío Santillán y Socialismo Libertario en la Compa Ecología Popular, Mulcs (Movimiento por la unidad latinoamericana y el cambio social), Radio Popular Che Guevara, Unión de Militantes por el Socialismo (UMS).

A través de un documento distribuido a la prensa, los grupos convocantes denunciaron que “la instalación del monocultivo provoca la pérdida de biodiversidad, al reducirse la superficie de otros cultivos como arroz, maíz, girasol, trigo, algodón, etc.”, y que “el campo hoy lejos de proveernos de alimentos como en otros tiempos, se ha convertido en exportador de forraje para alimentar los animales de Europa, China e India y en productor de agrocombustibles, amenazando así nuestra soberanía alimentaria”.

“La expansión de la frontera agrícola ‒indicaron en el texto‒ implica también el desmonte de nuestros bosques y el desplazamiento de miles de familias campesinas y comunidades de pueblos originarios. Situación que el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) viene denunciando hace más de una década y que a fines del año pasado se llevó la vida de Cristian Ferreyra, integrante del movimiento, a manos de sicarios del sojero santafesino José Ciccioli”.

Para los organizadores de la movida, el monocultivo de soja provoca “en primer lugar, el aumento del desempleo en las zonas rurales, como fruto de este modelo que a través del sistema de siembra directa, propone una agricultura sin agricultores”, y genera “la precarización extrema de las condiciones de trabajo en el campo, como recientemente se pudo comprobar en las instalaciones de la empresa Nidera, donde se mantenía a los trabajadores temporeros en condiciones de cuasi esclavitud”.

“La precarización extrema y la flexibilización laboral –continúa el documento‒ no es propiedad del trabajo rural, la muerte Ramiro Burgueño (en Noviembre del 2007) en la planta cerealera Vicentín ubicada en Ricardone como el reciente caso de Javier Villalba (en Enero del 2012) en la planta de Venado Tuerto de Nidera, paradójicamente muertos aplastados por lo que producen, son un claro ejemplo del desprecio por la vida humana en general, y por la clase trabajadora en particular, que manifiesta el modelo”.

Los organizadores cuestionaron además el “uso de semillas transgénicas que generan una dependencia del productor respecto a las transnacionales que las venden y un cambio radical en la forma de producir alimentos”.

Con críticas a los diferentes niveles de gobierno, las organizaciones convocantes del acto remarcaron que “se incrementan y empiezan a conocerse las graves consecuencias que las fumigaciones traen para el medio ambiente y la salud”.

El documento leído en el lugar concluyó recordando que “este 2012 nos encuentra con una nueva víctima, como Néstor Vargas, trabajador rural que en Octubre del año pasado murió intoxicado tras una semana de fuertes malestares, luego de haber manipulado bidones de agrotóxicos sin protección y en un medio mal ventilado; una víctima más de la desidia oficial para con la salud de la población; una víctima más del lobby sojero, que sólo busca enriquecerse y dejar que “los negocios sigan como siempre”; una víctima más del modelo, a pesar de que el ex Gobernador Binner niegue la toxicidad del glifosato”.

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