Peones de taxis autoconvocados se movilizaron este martes por la mañana frente a la sede de Gobernación en reclamo de mayor seguridad luego de que en la tarde del lunes se registraran tres nuevos hechos delictivos contra taxistas.
Los hechos que desencadenaron la medida de fuerza, se registraron, el primero en bulevar Seguí al 5600 cuando dos personas armadas con armas blancas amenazaron a un conductor y escaparon con la recaudación y las llaves del auto.
Luego, otros dos choferes fueron abordados en Gálvez al 6000 por dos motociclistas. “Los motochorros se aparecieron por el costado del auto, me bajaron a los golpes y querían plata. Manotearon todo lo que pudieron y huyeron”, relató uno de ellos y disparó: “En un mes es la tercera vez que me roban. Esto no tiene que ser costumbre”.
El servicio se vió suspendido desde el momento en que los choferes se anoticiaron de estos tres nuevos asaltos, hasta este martes a las ocho cuando decidieron movilizarse hasta la sede rosarina del gobierno de la Provincia. La demanda es por mayor patrullaje policial; empero, no todos los tacheros acataron la decisión por cuanto varias unidades siguieron circulando, lo cual evidencia una falta de consenso y hace pensar en una interna rabiosa que divide posturas en el sector.
Pablo Seghezzo, secretario municipal de Servicios Públicos, en comuniciación con el programa de Radio 2, Radiópolis, afirmó que en la noche del lunes todos los viajes solicitados por radiotaxi fueron despachados y que este martes por la mañana, la mitad de la flota estaba trabajando. En contraposición a ello, fuentes gremiales aseguraron que sólo el 30 por ciento de los coches se encontraban en las calles.
Por su parte, Horacio Boix, titular del Sindicato de Peones de Taxis, admitió que crece la indignación entre los choferes: «Nos mienten, no hay patrullajes policiales y no se toman las medidas de seguridad que prometen». Sin embargo, Boix advirtió que él impulsaba una protesta, pero no un paro.