El consulado argentino en Barcelona exigió a la Justicia conocer las causas y circunstancias de la muerte de Juan Pablo Torroija, un miembro del movimiento okupa muerto el 14 de julio en un hospital de Girona, España, cuando se encontraba bajo custodia policial.

Tanto su padre como su ex pareja afirmaron que Torroija, de 41 años, fue asesinado por la policía catalana y denunciaron que todavía no pudieron ver su cuerpo, alojado en una morgue, por lo que se hicieron varias presentaciones no sólo por cuestiones jurídicas, sino «humanitarias».

“Esta mañana presentamos dos escritos ante los tribunales, uno de ellos pidiendo conocer las causas y circunstancias de la muerte de Torroija, y otro para que el cuerpo no sea inhumado”, explicó a Télam Felipe Álvarez de Toledo, cónsul general en Barcelona.

El funcionario afirmó que él y la familia del hombre tomaron conocimiento del caso el sábado por vías no oficiales, por lo que consideró que «la causa debe permanecer abierta hasta que se esclarezcan las circunstancias de la muerte».

Torroija murió en un hospital de Girona, adonde ingresó tres días antes tras un supuesto intento de suicidio cuando estaba detenido en una comisaría acusado de un intento de robo de un auto.

“Aparentemente las cámaras de video vigilancia registraron los hechos, pero aún no hemos tenido acceso ni al atestado policial”, indicó el cónsul.

Según la versión policial, el argentino abandonó con vida la comisaría de los Mossos d’Esquadra –policía autónoma catalana– de Vista Alegre de Girona, y falleció tres días después en el Hospital Trueta, en la misma ciudad.

“El informe forense dice que la causa de la muerte fue asfixia y que no hay signos de violencia, sólo dos rasguños, uno en la mano derecha y otro en la izquierda, y tampoco daños en la columna”, afirmó el cónsul argentino.

La muerte de Torroija, hijo de un empresario y ex presidente del club Independiente de la ciudad chubutense de Trelew, fue denunciada por su familia en Argentina, luego de que un amigo italiano del hombre se comunicara con ellos y les asegurara que había sido golpeado por la policía.

Omar Torroija, padre de Juan Pablo, aseguró que su hijo fue víctima de un «homicidio» y que seguirá el caso «hasta las últimas consecuencias».

«Indudablemente acá hay tortura, hay homicidio, hay ocultamiento, una serie de circunstancias gravísimas por las cuales el Estado español tiene que responder y el Estado argentino tiene la obligación, y lo está cumpliendo, de exigir todas las explicaciones y reparaciones que el gobierno de España tiene que darnos sobre un ciudadano argentino muerto de esta manera en suelo español», expresó Torroija.

El hombre contó que su hijo fue dejado en un hospital el 11 de julio pasado y que falleció el 14, aunque recién la familia supo lo sucedido el 28, cuatro días después de que comenzaran a buscarlo, tras advertir su ausencia el 24, cuando lo llamaron porque era el día de su cumpleaños.

«El fue detenido, fue en horas de la noche, ¿por qué fue detenido?, ¿por qué lo identificaron?, porque está con el movimiento de «indignados», de «okupas», diferentes actividades que la gente desarrolla en España y que hay sectores que no quieren saber nada de ellos y realizan prácticas de esta naturaleza, absolutamente condenables y contra todos los derechos humanos», agregó.

Por su parte, Jazmín Eyheralde, ex pareja de Torroija y madre de su hija, a Télam que a Torroija “lo mató la Policía”.

“No nos dejan ver el cuerpo. ¿Por qué no nos dejan? ¿qué está pasando? Si lo sacan de la morgue no podremos reclamar nada”, denunció Jazmín, quien se presentó esta mañana ante los Juzgados de Girona justo a un hermano de Torroija, Omar Vicente, y un abogado, Alejandro Francisco Torres Rico, para exigir información.

La jueza del caso recién volverá este miércoles de vacaciones, por lo que ellos regresarán también a los tribunales para pedir autorización para ver el cadáver y demandar los detalles de la dudosa muerte.

“Nos están presionando para que nos olvidemos de todo, pero no lo vamos a hacer. No vamos a parar hasta que se sepa la verdad. Se pensaban que no tenía familia, que era un argentino tirado, pero se equivocaron”, dijo Jazmín, quien vive en Palma de Mallorca y se trasladó a Girona tras enterarse de la muerte de Juan Pablo.

“A mi no me cuadra nada, no me entra en la cabeza, él era un superviviente, no un suicida”, sostuvo Jazmín, quien conoce a Juan Pablo desde los 15 años y, con su muerte, dice haber perdido a “un amigo de toda la vida”.

La mujer, muy conmocionada, sostuvo que su ex pareja «no dejaría jamás a su hija” y se preguntó «si estaba detenido por un intento de robo y saldría en unos días ¿por qué iba a suicidarse en la comisaría?”.

Fuente: Télam

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