El vehículo robotizado construido en la NASA con aporte de ingenieros argentinos y bautizado Curiosity, aterrizó este lunes en la superficie marciana luego de nueve meses de viaje para “investigar la historia de Marte” y preparar una futura misión tripulada.
«Vamos a poder investigar la historia de Marte a partir de la información del robot», dijo Miguel San Martín, el ingeniero argentino que diseñó el software para el aterrizaje, y es el encargado de la guía, navegación y control de la misión, cuyo costo ronda los 2.500 millones de dólares y cuyo desarrollo – según la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA)- se está llevando a cabo según lo programado.
El Curiosity (curiosidad en inglés) partió rumbo al planeta rojo el 26 de noviembre pasado en el cohete no tripulado Atlas 5 y aterrizó este lunes en el Crater Gale, situado justo al sur del ecuador marciano, en el Monte de Sharp.
Luego de nueve meses de viaje, se quedará allí por los próximos dos años recabando información geológica que retrasmitirá a los científicos de la NASA, quienes creen que mencionado cráter se formó hace aproximadamente 3.800 millones de años, cuando Marte, la Tierra y el resto de los planetas del sistema solar fueron bombardeados de manera frecuente por meteoritos.
«El exitoso aterrizaje del Curiosity marca una victoria sin precedentes de la tecnología que permanecerá como un hito de orgullo nacional en el futuro», expresó el presidente norteamericano, Barack Obama, luego de felicitar y agradecer “a todos los hombres y mujeres de la NASA que hicieron realidad este remarcable logro”. “Espero con ansia lo que Curiosity tenga que descubrir», manifestó.
Ya se conoce, no obstante, que el Crater Gale tiene una fosa que mide 154 kilómetros de ancho y más de cinco de escombros acumulados en su piso que forman una pequeña montaña en crecimiento, con lo que se cree, eran sedimentos que alguna vez llenaron el cráter.
Con el tiempo, los sedimentos fueron arrastrados, dejando lo que hoy se conoce como Monte Sharp, que los científicos esperan revele la historia geológica de Marte.
“El universo es tan grande y la idea que haya vida en un solo planeta en esta inmensa galaxia no puede ser así», ponderó San Martin sobre las posibilidades de encontrar vida fuera de la Tierra.
Los siete minutos de terror
El robot de la NASA aterrizó este lunes gracias a una maniobra nunca experimentada, en la que descendió hasta el suelo como «una araña colgada de un hilo». “Los llamamos los siete minutos de terror: es el tiempo que tardó el descenso -explicó el ingeniero argentino- La nave tiene que accionar 76 dispositivos distintos en ese tiempo para que todo salga bien”.
Por lo tanto, luego de 420 segundos de tensión extrema, irrumpieron los vítores y abrazos en el californiano Laboratorio de Propulsión a Jet: el Curiosity envió exitosamente sus primeras imágenes que mostraban sus ruedas a salvo sobre la superficie.
Y es que el planeta rojo ha sido traicionero con los “visitantes” terrestres; de 26 objetos que el hombre envió, sólo seis tocaron su suelo: Viking 1 y 2, Pathfinder, Opportunity, Spirit y Phoenix.
La atmósfera de Marte, compuesta mayormente de dióxido de carbono con trazas de nitrógeno y carbono, es cien veces menos densa que la de la Tierra, que es una mezcla de nitrógeno, oxígeno y otros gases. Por este motivo, la fricción atmosférica hace complicado el descenso.
De modo que en esta ocasión, se previó que a unos 11 kilómetros de la superficie, se desplegara un paracaídas supersónico de 16 metros de diámetro y 45 kilogramos -el más grande jamás construido en la NASA– para ayudar al freno del robot.
Los otros vehículos exploradores enviados a Marte descendieron en la superficie del planeta rodeados de grandes globos que amortiguaron el impacto, pero el tamaño y peso del Curiosity requirió de un método diferente: simulando el movimiento de una araña, se posó sobre el Crater Gale, luego de que la cápsula que lo contenía se convirtiera en una suerte de grúa flotante sobre ocho cohetes.
Fuentes: Infonews, Télam.
Fotos: Infonews, AFP.
