Foto: Ricardo Stuckert/Agencia Brasil/Télam.

El diario italiano La Repubblica consignó en su edición de este jueves que detrás de la renuncia del Papa Benedicto XVI hay una trama de “chantajes, corrupción y sexo”, presentada a Ratzinger mediante un supuesto informe secreto del propio Vaticano.

«Sexo y carrera, los chantajes en el Vaticano detrás de la renuncia de Benedicto XVI», se titula el artículo de tapa del diario italiano, que también incluye la nota «No fornicar, no robar, los dos mandamientos violados en el dossier que turba al Papa», ambos textos publicados en la edición de este jueves.

A mediados de diciembre, los tres cardenales a quienes les había encomendado investigar el VatiLeaks, le entregaron al papa su informe. El español Julián Herranz -del Opus Dei-, el italiano Salvatore De Giorgi y el eslovaco Josef Tomko, destaparon la olla a ojos del prelado.

«Una red transversal con el denominador común de la orientación sexual. Por primera vez la palabra homosexualidad ha sido pronunciada, leída en voz alta de un texto escrito, en el departamento de Joseph Raztinger. Por primera vez fue pronunciada, aunque sea en latín, la palabra chantaje: ? Influentiam […] Impropriam influentiam «, se lee en La Repubblica.

«El informe es explícito. Algunos altos prelados sufren ‘la influencia externa’ -chantaje- de laicos con los que están relacionados a través de vínculos de ‘naturaleza mundana'», agrega.

El informe cita, según La Repubblica, viejos casos escabrosos, como el de monseñor Tommaso Stenico, suspendido después de una entrevista televisiva en un canal italiano en la que reveló encuentros sexuales que tuvieron lugar en el Vaticano.

Además, sacó a la luz el episodio de los encuentros que solía tener un gentilhombre del Vaticano, Angelo Balducci, investigado por un escándalo de corrupción por la justicia italiana, con coristas de la Santa Sede.

Estos encuentros habrían tenido lugar en una villa de las afueras de Roma, en un sauna cerca de la zona de las catacumbas romanas, en un negocio de estética del centro histórico, en habitaciones del propio Vaticano.

Se menciona, asimismo, una residencia universitaria alquilada a un ente privado, pero que volvió a estar en manos del secretario de Estado, Tarcisio Bertone, utilizada como domicilio romano por un arzobispo de Verona.

Esa información se encontraría en la caja fuerte de Josef Ratzinger. “Fue en ese día, con esos papeles en su escritorio, que Benedicto XVI tomó la decisión una semana antes de Navidad sobre la que había meditado durante tanto tiempo”, indicó la publicación.

Fuente: Diario Registrado

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