Los restos de la jueza Carmen Argibay, fallecida a los 74 años, fueron velados este domingo en el Palacio de Tribunales, donde le rindieron homenaje autoridades de los tres poderes del Estado.
El velatorio de la magistrada, que había empezado el sábado a la noche, se realizó en la planta baja del edificio, ubicado en Talcahuano 550, por deseo de la propia Argibay, dijo el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
“Era su casa”, aseveró el titular del máximo tribunal, en la sede judicial, adonde a las encabeza un homenaje a Argibay, al que fueron invitados juristas y autoridades de los tres poderes del Estado.
En las últimas horas se acercaron a despedir a la jueza, entre otros, los jueces de la Corte Raúl Zaffaroni y Elena Highton de Nolasco y la diputada Elisa Carrió, del Frente Amplio Unen (FAU).
Referentes de todo el arco político lamentaron el fallecimiento de Argibay, a quien destacaron como una de las juristas “más importantes y reconocidas” del país.
La jueza de la Corte Suprema falleció el sábado a las 14,05 luego de permanecer diez días internada en terapia intensiva debido a un paro cardiorespiratorio en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento, en el barrio porteño de Recoleta.
Argibay, jurista de prestigio internacional, fue la primera mujer en ser nominada por un gobierno democrático para integrar el más alto tribunal de justicia de Argentina, lo que hizo a partir del 3 de febrero de 2005 en la presidencia de Néstor Kirchner.
El máximo tribunal quedará compuesto ahora por seis miembros, lo que no supone una vacante, ya que la ley establece que la Corte debe estar integrada por cinco miembros.
Pionera
“El mejor homenaje es seguir su ideales, sus consignas, con la fuerza que nos dan sus enseñanzas y su ejemplo de vida”, resaltó Laura Balart, a cargo de la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte.
Este organismo fue iniciativa de Argibay, quien inauguró la OM el 23 de abril de 2009 “para darle al Poder Judicial un nuevo enfoque: los derechos de las mujeres. Con cinco años de trabajo, la Oficina está consolidada, con un trabajo serio y constante”, agregó emocionada la funcionaria.
Para Maria Elena Naddeo, directora de Niñez y Género de la Defensoría del Pueblo porteña, su tarea en la Corte “sentó las bases de una nueva formación en el fuero judicial, renovando contenidos, desterrando dogmatismos y prejuicios. La recordaremos entre las ilustres de todos los tiempos”.
Argibay también creó, en 1993, la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) iniciativa que trajo al país luego de ser una de las fundadoras de la entidad internacional que reúne a las juezas (IAWJ, en inglés), cuyo último congreso se realizó la semana pasada en Tanzania, África.
Desde el aeropuerto africano, una conmovida Susana Medina de Rizzo, quien suplantó a Argibay en AMJA y ahora ocupa la vicepresidencia de la entidad, sólo puedo decir: “Estaba ansiosa por llegar a Buenos Aires para ver a Carmen y contarle que me eligieron presidenta de la IAWJ. Se lo debo a ella”.
Argibay, la primera mujer que en democracia llegó a la Corte, recibió el apoyo de organizaciones de mujeres para su nombramiento, como el del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), momento que su presidenta, Natalia Gherardi recordó como de “entusiasmo y de esperanza al ver el comienzo de un camino de transformación en la justicia”.
Y aseguró: “No nos equivocamos. Carmen será recordada no sólo por su enorme trabajo al frente de la Oficina de la Mujer, sino también por su sello incomparable”.
La ministra de la Corte se destacó por hacer públicas sus opiniones sobre derechos de las mujeres, entre ellos, el acceso al aborto legal, por lo que Marta Alanis, de Católicas por el Derecho a Decidir la consideró “una gran amiga de nuestra organización”.
La dirigente social valoró cómo “nos ha alentado en la ardua tarea de promover el derecho a decidir de las mujeres; desarrolló de manera magistral el lema de la Campaña por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Se fue una mujer que quería sumarse al movimiento cuando se jubilara. Eso me dijo hace pocos meses. Despedimos a una luchadora”.
Diana Maffia, titular del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, rememoró una conversación con Argibay del último verano, donde “hablamos sobre los avances enormes que significó la creación de la Oficina Mujer”, cumpliendo un anhelo de la jueza que “sabía que había que capacitar en género a toda la justicia del país”.
“Tuve el enorme orgullo de colaborar con ella en esa tarea, nos entendíamos con la mirada y sosteníamos esa complicidad feminista que nos hace hermanas en todas”, dijo la ex legisladora porteña.
Desde su lugar en la Legislatura, Maffia fue la autora de la iniciativa que declaró a la jueza Ciudadana Ilustre de la Ciudad, en un acto que dejó sin espacio al Salón Dorado, y donde “pude decirle lo que mi razón, mi corazón y mis convicciones más profundas me dictaron”.
Ese día, Argibay eligió a la ex diputada y referente feminista Marcela Rodriguez para que hablará en nombre de todas las que admiraban y acompañaban a la jueza.
Y también hubo música: “Le propuse para el final del acto que elija el acompañamiento musical, podía ser un grupo de música de cámara o una banda de chicas llamada Las Taradas. Eligió a Las Taradas”, rememoró Maffia.
Las memorias de quienes admiran a Argibay están incompletas. Muchas no pueden expresarse aún.
Fuente: Tèlam/NA