Guillermo Cinquetti y Luis Azpiazu –preparadores físicos de Central y Newell’s– realizaron un balance de la pretemporada y aseguraron que ambos planteles llegan bien al inicio del campeonato, en el que los dos equipos ganaron.

Sus protagonismos terminaron y desde este fin de semana arranca la hora de la verdad. Sus partidos más importantes, el que comienzan a jugar aproximadamente un mes antes del arranque de cada torneo llega a su fin. Porque la pelota empezó a rodar y las exigencias y las cargas en los entrenamientos disminuyen.

Difícilmente la tarea de un preparador físico caiga simpática en épocas de pretemporada entre los jugadores, quienes lo deben recordar no con mucho cariño cuando finalizan las estresantes jornadas de laburo. En cada dolor, en cada molestia, el nombre de los profes (y también de algún familiar) deben resonar en la cabeza del futbolista.

Los preparadores físicos Guillermo Cinquetti de Central y Luis Azpiazu de Newell’s, hablaron sobre los trabajos precompetitivos que ambos planteles desarrollaron de cara al inicio del segundo semestre del año.

“Es la quinta pretemporada que hacemos con el grupo y eso es bueno, es fundamental. No solamente en la parte física, sino en lo táctico, en lo técnico, en lo psicológico y en lo social, que son las cinco cosas que yo considero importantes”, arranca diciendo Cinquetti, que antes de dedicarse a la preparación física de futbolistas, fue guardametas de Villa San Carlos, club de la localidad bonaerense de Berisso que este año no pudo evitar el descenso después de jugar por primera vez en su historia en la B Nacional y que por aquel entonces –entre 1985 y 1987– militaba en la D, y tras asegurar que el plantel canaya llega “en buena forma” al inicio del certamen, argumenta: “En la pretemporada fuimos cumpliendo los objetivos, jugamos en varios amistosos y el equipo respondió en el debut de Copa Argentina”.

Por su parte, Azpiazu, que arranca su tercera etapa en el club del Parque, también coincidió en que el balance de los trabajos “es bueno, muy positivo”, porque “llegamos con rodaje futbolístico gracias a los varios amistosos que tuvimos” durante la preparación. “Fue una pretemporada extensa y prolongada más aún por el fallecimiento de Grondona. Pero siempre es bueno tener más tiempo para trabajar mejor” porque si no “cuesta mucho poner bien un plantel en poco tiempo de trabajo”.

En cada palabra, frase y gesto, Azpiazu mostraba el amor que siente por los colores rojinegros. Mientras hablaba de su trabajo y miraba de reojo el Coloso, su aspecto se mostraba un tanto más distendido. “Newell’s es mi segunda casa, me abrió las puertas siempre”, tiró a la pasada. Y ese amor se funda en los años que estuvo ligado a la institución del Parque de la Independencia, donde llegó con el nuevo milenio tras hacer sus primeras armas en Argentino cuando era filial de la Lepra. Hasta que en 2002 dio su gran salto a la Primera de la mano de Julio Zamora y también integró el cuerpo técnico de Javier Torrente, luego de recorrer con su profesión países como Chile, Paraguay, Ecuador, Bolivia y hasta Arabia.

En tanto la figura del profe Cinquetti, profesor de Educación Física nacido en La Plata que ostenta además los títulos de director técnico y perito mercantil, está siempre ligada a la de Miguel Ángel Russo, quien le confía el cuidado físico de sus dirigidos desde que en 1999 desembarcó en Colón de Santa Fe. A su lado preparó los planteles de Lanús, Los Andes (ascendió en 2000 pero descendió enseguida), Morelia de México, Vélez (campeón del Clausura 2005), Boca (conquistó la Libertadores 2007), San Lorenzo, Racing, Estudiantes y Rosario Central (volvió a la máxima categoría después de tres largos años en la B Nacional).

La física del fútbol

Una de las cuestiones en las que ambos se identifican es en las diferencias de edades con las que tienen que entrenar, entre los más pibes y los de mayor edad. En un mismo plantel conviven los Jonás Aguirre y los Tomás Berra, con el Sapito Encina y el Loco Abreu. En Newell’s ocurre lo mismo entre los juveniles Ponce y Mauricio Tévez con los experimentados Lucas Bernardi y Víctor López, entre otros. “Uno de los principios del entrenamiento es la individualización en la planificación de un trabajo. Dosificamos a cada uno de ellos de acuerdo a sus necesidades. Aunque hay ciertas exigencias, sobre todo las tareas colectivas, en las que trabajan bajo una misma exigencia cada uno cumpliendo su función”, explicó Luis.

Guillermo, al respecto, aportó que “la preparación física es grupal pero a su vez tiende a ser individual”, y agregó: “La idea es alcanzar un nivel superlativo, parejo, y en base a eso dosificar los entrenamientos. Hay que trabajar más que nada sobre las cualidades específicas del fútbol que son la resistencia, la potencia, la fuerza, la velocidad. Y todo esto tiene que estar coordinado con la parte técnica y táctica”.

A diferencia de años anteriores, el mes que duró la cita en Brasil alteró los tiempos normales que lleva la preparación para afrontar el semestre. “Son pretemporadas que se dan cada cuatro años, porque nunca los recesos son tan largos como en la época de un Mundial”, ratificó Azpiazu. A Central, ese tiempo extra le jugó a favor ya que tendrá triple competencia, aunque dos de ellas –las copas Argentina y Sudamericana – son por eliminación directa. En ese sentido, Cinquetti admitió que no se hizo ningún trabajo especial, sino que “todo se da con la sumatoria de los partidos”, ya que “no hay algo que haciéndolo previamente sirva para obtener una mejor respuesta sino que todo forma parte de una adaptación que sufre el futbolista y que tiene que ver con la recuperación”, y concluyó: “Yo hablo de la puesta a punto, que para mí, es lo más importante. Nosotros tratamos de que el primer partido sea igual que el último y apuntamos siempre a lo máximo, pero la recuperación es día a día y eso depende mucho de cada jugador”.

La demora de algunos jugadores en sumarse a sus respectivos planteles, por distintos motivos, fue otro de los escollos que tuvieron que sortear los profes. Por el lado del Canaya, uno de los que arrancó tarde la pretemporada fue el uruguayo Sebastián Washington Abreu, quien estuvo comentando el Mundial para la televisión. “Mientras estuvo en Brasil realizó trabajos en cinta y algo de gimnasio y además él está acostumbrado a nuestra metodología de trabajo y nosotros lo conocemos hace tiempo, y esas dos cosas son fundamentales”, señaló al respecto el PF auriazul, y añadió: “La mayoría de los entrenamientos Sebastián los toleró y por eso llegó en buenas condiciones al debut de la Copa Argentina”.

El PF leproso pasó por una situación similar con la Fiera Rodríguez, que por estar abocado a la delegación de la Selección en Brasil, comenzó los trabajos en Bella Vista más tarde que el resto de sus compañeros. “Es el único que no pudo descansar después de la seguidilla que tuvo el plantel el semestre pasado”, lamentó Azpiazu, aunque al respecto aclaró que “de todas maneras, cualquier jugador canjearía un Mundial por un descanso” y celebró que el atacante haya llegado “con mucho rodaje futbolístico”, tras su participación en el certamen ecuménico. Tras descartar posibles inconvenientes que podría acusar la Fiera por la falta de descanso, agregó: “Se lo ve bien, con muchas ganas y deseos de hacer un buen semestre y eso siempre juega a favor del jugador interiormente”.

Malditas lesiones

El principal enemigo de los prepradores físicos suelen ser las lesiones que sufren los futbolistas que están bajo su cuidado, sobre todo cuando son musculares.

Aunque ese no fue el caso del juvenil leproso Ezequiel Ponce, quien sufrió “una fractura por estrés del quinto metatarsiano derecho”, según anunció en la semana el médico del plantel Juan Ignacio Bóttoli. Tras conocerse la noticia, varios cañones apuntaron al PF rojinegro por la lesión que dejará al delantero tres meses afuera de las canchas. “Hay muchas lesiones en el fútbol en las que se pueden revisar dentro de una planificación determinadas cuestiones que uno hace para ver si puede venir por algún error personal. Pero esta es muy particular, es una fractura del quinto metatarsiano, un hueso muy chiquito del dedo del pie, y hoy en día no existe una explicación”, respondió Azpiazu, quien expresó “una dolencia grande” por lo que le ocurrió al pibe y pidió “no mirar para atrás, sino para adelante para ayudarlo a que se recupere lo antes posible”.

Su colega de la entidad de Arroyito, por su parte, señaló que “se trabaja para evitar lesiones pero es inevitable que ocurren en este fútbol cada vez más físico y desgastante para los jugadores”, y añadió: “En todo tipo de lesiones hay dos tiempos: un tiempo cronológico, que son los días que pasan tras la lesión, y un tiempo biológico, y hay jugadores que se pueden recuperar más rápido que otros”.

El encargado de la puesta a punto del plantel que conduce Carozo Raggio coincide con Cinquetti y acota que “en el alto rendimiento todo el tiempo se busca la mejoría constante, y en este deporte que es de mucho contacto y mucha exigencia no solamente física, sino también de presiones, tensiones y todo lo que genera el entorno del fútbol, muchas veces aparecen las lesiones”, y concluyó: “La lesión forma parte de esta historia. Siempre hay que tener un parámetro lo más bajo posible, pero es inevitable. No hay equipos que no tengan lesionados”.

Nota publicada en la edición 155 del periódico el eslabón

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