Undécima reunión consecutiva del Consejo del Salario.
Undécima reunión consecutiva del Consejo del Salario.

En la puja distributiva , el 97% de los trabajadores registrados en Argentina cobra un sueldo por encima del nuevo mínimo de 4.400 pesos establecido días atrás entre empresarios, sindicalistas y Estado. El restante 3% tiene ingresos alrededor del límite remunerativo.

El nuevo salario mínimo, fijado en 4.400 pesos desde el 1° de septiembre y en 4.716 a partir de enero de 2015, establece un nuevo piso legal: ningún trabajador en relación de dependencia podrá cobrar por una jornada diaria de ocho horas por debajo de esa referencia remunerativa mensual acordada el lunes pasado entre empresarios y sindicalistas, con la mediación del gobierno nacional, en la undécima reunión consecutiva del Consejo de Salario. Pese a las quejas y rechazos de distintas esferas gremiales por considerar “insuficiente” la suba de 31 por ciento para el haber mínimo, vital y móvil, apenas el 3 por ciento de la población de trabajadores registrados en la Argentina gana el sueldo mínimo, unos 300 mil empleados, sobre un total de casi 9 millones de trabajadores en blanco. Según datos oficiales, el 97 por ciento restante traspasa esa barrera. Y más allá de la dispersión salarial que hay en el país, varias ramas de actividad, como resultado de las negociaciones colectivas de trabajo, alcanzan ingresos que triplican o cuadriplican ese indicador.

Según evaluó el ministro de Trabajo Carlos Tomada el día después del encuentro, el Consejo del Salario mostró “sostenibilidad” en medio de una “puja distributiva con discusiones muy peleadas y posiciones complejas”, en un contexto de problemas en el mercado laboral producto de la desaceleración del crecimiento económico. En rigor, en la reunión, el gobierno oficializó además la creación del Observatorio Tripartito, un área que estudiará la evolución del empleo para evitar que haya destrucción de puestos de trabajo (ver aparte).

Como se señaló, el aumento del piso de las remuneraciones que deberán pagar los empleadores, que se encontraba en 3.600 pesos, representa un incremento total de 31 por ciento, alrededor de un punto y medio más que el promedio de las últimas negociaciones salariales en paritarias, aunque por debajo del 40 por ciento de incremento que el Estado otorgó en mayo a la asignación universal por hijo. Cabe recordar que en la paritaria nacional docente de abril pasado, el salario de referencia también se había elevado a 4.400 pesos.

El haber mínimo estuvo congelado durante diez años en 200 pesos y su movilidad se reanudó a partir de 2003. Según destacó la presidenta Cristina Fernández en el cierre del último encuentro del Consejo del Salario, desde junio de aquel año –cuando se convocó por primera vez a la institución– al 1º de enero de 2015, el aumento para el mínimo alcanzará una actualización en términos nominales de 2.389 por ciento, por encima de cualquier guarismo inflacionario. En términos reales, es decir, descontando los aumentos en el índice de precios al consumidor, el incremento del haber mínimo fue de alrededor del 200 por ciento.

La Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) destacó, meses atrás, el rol del salario mínimo como fuente de reducción de la desigualdad y reconoció que Argentina tiene el indicador salarial más alto de la región. No obstante, el organismo observó que a partir de 2007, con la aceleración de la inflación, el crecimiento del poder adquisitivo del salario mínimo en el país avanzó de manera más débil.

Tomada señaló “la firme voluntad del Estado de mantener el nivel adquisitivo del salario” como dinamizador del mercado interno. El ministro comparó el Consejo del Salario con otras herramientas, como la asignación universal por hijo, la incorporación de jubilados al sistema previsional a través de moratorias, el programa Progresar destinado a jóvenes de entre 18 y 24 años que cursan sus estudios para facilitar su contratación por parte de empresas, y el plan Proemplear. “Todas estas iniciativas van en el sentido de la construcción social”, indicó el jefe de la cartera laboral.

El haber mínimo beneficia de manera directa a los sectores del mercado laboral más vulnerables y contribuye a achicar diferencias salariales. Si bien este instrumento se negocia para los trabajadores en relación de dependencia, empuja al mismo tiempo una mejora en los ingresos de los empleados no registrados, ya que alrededor de la mitad del universo de trabajadores en negro, que no se encuentra amparado por ninguna institución laboral, percibe una remuneración inferior al salario mínimo.

Rechazos y respaldos

Para la CTA Rosario, en la última reunión del Consejo del Salario, donde se acordó un incremento del 31 por ciento para el haber mínimo, “se discutió ajuste, no salario”. La CTA opositora que conduce Pablo Micheli y la CGT Azopardo de Hugo Moyano no participaron de las negociaciones, criticaron el nuevo valor de referencia ya que en la previa habían reclamado un incremento para el mínimo de 150 por ciento.

Para el Sindicato de Municipales de Rosario, el aumento del salario mínimo “es un parche porque todos los convenios colectivos están por arriba y está muy distante de la realidad”. Desde la Coad, gremio que nuclea a docentes de la UNR, consideraron: “Nos parece bien que aumente el salario mínimo, pero se parte de una variable muy baja y es insuficiente, queda muy por debajo de la canasta básica que está en 11 mil pesos”.

Para la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, el salario mínimo “debe fijarse antes de las negociaciones paritarias anuales y no después”. Además, indicó: “La Federación tiene como constituyente de su política sindical el derecho a un salario mínimo, vital y móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución y artículo 116 de la ley de Contrato de Trabajo, donde se señala «la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión», el cual ascendía a principios de año a 10.500 pesos”. Según los trabajadores aceiteros que se desempeñan en grandes empresas agroexportadoras, “el Consejo del Salario no cumple con la finalidad con la que fue creado”.

En cambio, desde Smata Rosario, el sindicato de los mecánicos, consideraron: “Alentamos este aumento que nos pone un piso para futuros aumentos paritarios. Se acordó un porcentaje que es coherente con las distintas paritarias cerradas recientemente por la mayoría de los gremios”. Para los trabajadores de la sanidad, la suba del salario mínimo “está bien, es un incremento que sirve, aunque hay que reconocer que está desactualizado”.

Los choferes de colectivos agrupados en Aota y los trabajadores del peaje de Sutracovi dijeron estar “de acuerdo” con el aumento del 31 por ciento para el haber mínimo. En igual sentido se pronunció el sindicato de trabajadores de estaciones de servicio: “Es importante, (el aumento) refleja la realidad de los salarios que se acordaron en paritarias”.

Por su lado, el secretario general de la CTA oficialista, Hugo Yasky, se mostró conforme con la actualización del salario mínimo. Destacó que el aumento se concrete en dos tramos, diferenciándose así de la mayoría de las paritarias que consiguieron aumentos salariales en tres cuotas. Y recordó que, en años anteriores, el aumento del salario mínimo quedaba por debajo del promedio de las paritarias y que “esta vez, en un momento más difícil, haber cerrado un punto arriba del promedio es muy importante”.

El diputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde precisó que el salario mínimo “no es para una familia” y por eso, dijo, “no vale equipararlo con la canasta familiar, porque es para una persona soltera sin cargas de familia”. El abogado laboralista destacó que con esta política salarial anticíclica “se defiende el mercado interno”. También resaltó la creación del Observatorio del Empleo, al sostener que “es útil para evitar dramatizaciones que buscan sembrar miedo” y consideró que esos sectores empresariales “conspiran contra sus propios intereses porque no advierten que lo que puede suceder es que se consuma menos”.

Empleo en observación

En la reunión del Consejo del Salario se oficializó el Observatorio del Empleo, un espacio de discusión tripartita que tendrá por objetivos “analizar la evolución del empleo” y “proponer al plenario del Consejo las recomendaciones que por consenso se adopten para propiciar la mejora de la producción y el empleo”. El Observatorio estará integrado por seis miembros titulares y seis suplentes.

Esta herramienta se pone en marcha en una coyuntura de dificultades en el mercado laboral a raíz de una fase recesiva de la actividad económica por caída en las exportaciones, un escenario de tensión en el frente externo en medio de la pelea con los buitres y una contracción del consumo interno tras la devaluación de principios de año con subas desproporcionadas de precios.

Desde las centrales obreras oficialistas y opositoras advierten que en el mercado de trabajo hay “luces de alarma” por suspensiones y algunos despidos. De todos modos, el sindicalismo crítico del gobierno pone más énfasis en el reclamo de la suba del tope en el impuesto a las Ganancias que pagan trabajadores con salarios superiores a los 15 mil pesos.

Según los últimos datos del Indec, el desempleo en el segundo trimestre del año llegó a 7,5 por ciento, tres décimas más que en igual período de 2013. El ministro de Trabajo Carlos Tomada reconoció que existen “dificultades”, pero aseguró que, hasta el momento, “no se ha alcanzado el nivel de despidos de 2012 y 2013”. Para el funcionario, “se pretende mostrar una situación catastrófica (sobre el nivel de empleo); no alcanza con decir que hay problemas en la industria automotriz, que derrama sobre un montón de sectores, sino que parece que hay que decir que se derrumba el empleo”.

Y continuó: “Dicen que estamos llenos de suspensiones, cuando en realidad no alcanzan el 0,5 o 0,6 por ciento”. En declaraciones radiales, Tomada resaltó que su área iniciará una serie de “reuniones con empresarios y sindicalistas para darle forma al Observatorio de Empleo con el fin de contar con información veraz sobre el desempeño de todas la cadenas de producción, a partir de un seguimiento de la estructura ocupacional”. Metalmecánica, autopartistas y construcción son sectores que acusan los mayores problemas.

Nota publicada en el periódico El Eslabón nro. 159.

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