Foto: Manuel Costa.
Foto: Manuel Costa

El trabajo en negro en el Gran Rosario cayó tres puntos y medio en los últimos doce meses: llegó al 29 por ciento en el segundo trimestre de 2014 respecto del mismo período del año pasado, cuando el 32,5 de los asalariados estaba en situación irregular. El dato se desprende de los recientes informes que divulgaron el Indec y el Ipec sobre informalidad laboral. Si bien es la cifra más baja entre los últimos seis trimestres, la cifra de empleados en la ciudad y la región (más de 100 mil) que no poseen aportes jubilatorios y otros derechos sigue siendo elevada. El Ministerio de Trabajo de la provincia, representantes sindicales y funcionarios de la Afip incrementaron inspecciones para detectar empleo irregular. En tanto, el gobierno nacional implementó una serie de medidas contempladas en la ley de promoción del trabajo registrado y prevención del fraude laboral que aprobó el Congreso meses atrás para aumentar la capacidad de fiscalización en establecimientos productivos, ejecutar sanciones contra infractores y promover el empleo en blanco.

En el documento laboral basado en la Encuesta Permanente de Hogares que publicó el Instituto Provincial de Estadística y Censos (Ipec) días atrás se indicó que el 73,9 por ciento de los ocupados en el Gran Rosario pertenece a la categoría asalariados. Y el 29 por ciento de estos asalariados no tiene descuentos jubilatorios. En el primer trimestre de 2014 fue de 30 por ciento, y de 32,5 en el mismo período del año anterior. Si se desagrega esta información por género, en este trimestre el nivel de precariedad de las mujeres es superior al de los varones, con valores de 36,1 entre las primeras y 23,5 por ciento para los últimos. Según el Ipec, el mayor porcentaje de precariedad en las mujeres puede ser explicado, en buena parte, por la rama vinculada a servicios domésticos, donde la mayoría de las mujeres asalariadas se desempeña de manera irregular pese a los planes de blanqueo destinados al sector.

En 2004, según datos oficiales, el Gran Rosario llegó a tener una tasa de empleo informal promedio del 40 por ciento. El trabajo doméstico, el rural, comercio, gastronomía y construcción son las ramas que concentran los mayores niveles de empleo en negro. La cartera laboral que conduce Julio Genesini, con el acompañamiento de dirigentes gremiales y personal de la Afip, aumentaron las inspecciones laborales. El Ministerio de Trabajo de Santa Fe informó que entre 2007 y 2013 la provincia incrementó las fiscalizaciones en un 300 por ciento: hace cinco años se habían realizado 3.019 inspecciones, mientras que en 2013 se realizaron 11.847.

Buena parte de las últimas estafas laborales en Rosario fueron detectadas en bares y restaurantes, donde la tasa de trabajo informal es alta. En ediciones anteriores de el eslabón se dio cuenta de esta compleja situación. El ministro Genesini había contado en una entrevista con este semanario que la tasa de no registro de trabajadores en lo que iba del año en el rubro gastronómico en Rosario marcaba un promedio del 50 por ciento, aunque la mitad de esos empleados ya habían sido regularizados. En rigor, el lunes pasado inspectores del Ministerio de Trabajo provincial concurrieron al bar Jhonny B. Good, donde casi la mitad de los empleados estaba en negro.

Panorama nacional

El número de trabajadores en situación informal a nivel país descendió 1,4 por ciento respecto del mismo período de 2013 y se ubicó al término del segundo trimestre de 2014 en el 33,1 por ciento, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Entre abril y junio del año pasado el empleo en negro era del 34,5 por ciento. Según la medición del organismo oficial, el trabajo informal aumentó tres décimas respecto del primer trimestre de este año cuando el indicador había arrojado 32,8 por ciento.

En base al informe del Indec, la precarización laboral es más notoria en las provincias del norte del país, debido a que en la región noreste fue del 35 por ciento y en el noroeste del 41,5 por ciento. En la región de Cuyo, el 35,2 por ciento de los trabajadores no está registrado, mientras que en el Gran Buenos Aires es de 36,5 y en la región Pampeana de 32,2 por ciento. La mejor situación laboral se observó en la Patagonia con una tasa de empleo no registrado de 19,1, seguido por la ciudad de Buenos Aires, con 21,1 por ciento.

La informalidad en el trabajo resulta un problema estructural que viene de la larga y oscura etapa del neoliberalismo en la Argentina. Los trabajadores en negro perciben un salario inferior a los que están en blanco; no cobran asignaciones familiares, aguinaldo, vacaciones ni premios. Tampoco están asegurados en una ART y, en efecto, no tienen cobertura médica ante accidentes en el trabajo.

Con la flexibilización laboral de los 90 el nivel de empleo en negro llegó a alcanzar al 49 por ciento de los asalariados. Esto comenzó a revertirse a partir de 2003 con un proceso de crecimiento económico y políticas de Estado apuntadas a modificar aquel triste panorama. En los últimos once años se crearon unos seis millones de puestos de trabajo, lo que marcó una caída del 25 al 7 por ciento en la tasa de desocupación, y del 49,6 al 33,1 por ciento en los índices de informalidad.

Y para tratar de romper con ese núcleo duro de trabajo en negro que todavía persiste en la Argentina, a mitad de este año el gobierno nacional impulsó una batería de medidas para promocionar el empleo en blanco y evitar el fraude empresarial a la hora de contratar mano de obra. La iniciativa aprobada en el Congreso apunta a regularizar a unos 300 mil trabajadores durante el primer año de vigencia y a 650 mil en dos años, lo cual permitiría reducir la tasa de precariedad laboral del 33 actual al 28 por ciento.

Desempleo y subocupación

La caída del índice de trabajo en negro en el Gran Rosario se dio un contexto de desaceleración económica, aumento de la desocupación y estabilidad en la tasa de subocupación: personas que trabajan menos de 35 horas semanales y manifiestan querer trabajar más horas. En Rosario y su zona de influencia, la tasa de subocupación en el segundo trimestre de 2014 fue de 7,9 por ciento, valor similar a los trimestres anteriores del último año, excepto en el tercer trimestre de 2013 que fue inferior, con el 6,5 por ciento.

En el segundo trimestre de 2014, el porcentaje de personas desocupadas con respecto a la población económicamente activa en el Gran Rosario mostró un crecimiento con respecto al trimestre anterior y de más de un punto en comparación con el mismo lapso de 2013. Así, de acuerdo al informe del Ipec conocido días atrás, el desempleo en la ciudad y la región se ubicó en el 9,4 por ciento en el segundo trimestre de 2014, casi tres puntos por encima del trimestre anterior, cuando este aglomerado había mostrado los valores más bajos de las últimas dos décadas. Cabe señalar que la tasa de informalidad había sido del 8,2 por ciento en el segundo trimestre de 2013. Del total de personas desocupadas en el Gran Rosario, la mitad son mujeres. Y en la otra mitad, la desocupación pega más fuerte en jóvenes de entre 20 y 29 años.

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