Ismael Torres y el Polaco Abramoswki del Qubil en charla con los músicos. Foto: Manuel Costa.
Ismael Torres y el Polaco Abramoswki, del Qubil, charlando con los músicos. Foto: Manuel Costa.

Compositores e intérpretes agrupados en el Qubil, hablaron sobre un sistema de software que permitirá el cumplimiento del porcentaje de difusión de música independiente que establece un artículo de la Ley de Medios.En un encuentro que mantuvieron en el Centro Cultural El Espiral, miembros de Músicos Independientes de Rosario (El Qubil) coincidieron en la necesidad de profundizar la difusión y el ejercicio de los derechos de los trabajadores de la música en la registración de sus materiales, para abaratar costos de producción y en el mejoramiento de sus contratos con empresas replicadoras de discos.

En una reunión que contó como charla informativa, integrantes de El Qubil anunciaron también la creación del Banco de Música Nacional e Independiente, un instrumento clave que servirá como soporte virtual, mediante un programa que controlará que se respete el porcentaje estipulado en el artículo 65 de la ley de medios, votada en 2009, que contempla la difusión por parte de los medios sonoros, de un treinta por ciento de música nacional y, dentro de éste, un porcentaje de quince por ciento para la música independiente.

El nuevo banco de datos que se pondrá a disposición de las emisoras y de los órganos de fiscalización, entre ellos los propios músicos asociados, es una creación del Instituto Nacional de la Música, a cargo de Diego Boris, que trabajará en el ámbito del Ministerio de Cultura que encabeza Teresa Parodi. Todos actores que trabajan en conjunto con la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca).

Este programa informático que albergará la música independiente de todo el país, será una herramienta que facilitará, además, el almacenamiento de los miles de discos ya editados por la Umi (Unión de Músicos Independientes).

También con esto se espera ejercer presión sobre las emisoras radiales para que entreguen sus listas de temas diarias reproducidas, algo que difícilmente cumple la mayoría.

Uno de los pioneros en esto de agruparse para pelear derechos para los músicos es Andrés Abramowski, de El Regreso del Coelacanto, e integrante de El Qubil desde los comienzos. “Fue un error esto, como casi todo lo que hago en mi vida”, afirmó el Polaco, y despertó risas en medio del diálogo que mantuvo con este periódico.

“Un día desde la Umi nos propusieron a mí y a Dani Pérez, de Sucesores de la Bestia, que armemos algo acá en Rosario, desde una óptima federal y nosotros dijimos «puta, siempre nos quejamos de los salvajes unitarios y ahora viene gente de Buenos Aires y nos dice, vamos a ser federales»; entonces nos vimos obligados moralmente, sino toda nuestras quejas fueron al pedo”, aclaró el Polaco, y agregó que “con el tiempo también se hicieron muchos amigos”.

A su lado, el músico Ismael Torres, que se sumó a la movida hace un año, dio su versión: “Yo me acerqué porque me interesaba lo que estaban haciendo, y a raíz de los convenios pude editar mi disco. Y a partir de esto comencé a venir a las reuniones”.

—¿En qué momento está la música independiente?

—(Polaco) La escena que construimos los músicos independientes, a modo de metáfora,  es que dejamos listo los cimientos y ahora tenemos hecho el contrapiso. Se recogieron los frutos de muchos años de laburo y eso abre la necesidad de redoblar los esfuerzos, y para esto hay que estar organizados, informados y trabajar. Además, ejercer presión por nuestros derechos, nuestra existencia o nuestra visibilidad. La cultura del músico siempre fue entre sufrido y pelotudo, y eso lo fuimos cambiando un poco.

—¿Cómo se vive el momento y cuáles son los desafíos de hoy?

—(P) Estamos trabajando en la creación del Banco de Música Independiente, que se promueve desde el Instituto Nacional de la Música, e intentaremos que se garantice la rotación del 15 por ciento del total de la música de las radios privadas como lo contempla el artículo 65 de la ley de medios.

—(Ismael Torres) Para mí es un momento interesante porque sería democratizar mucho más el derecho al acceso a la música independiente. Así como se puede democratizar la información, también se lo puede hacer con la música y tener la difusión que uno quisiera,porque cuando la música independiente no tiene llegada en los grandes medios de comunicación es muy frustrante. Me parece que es una oportunidad muy grande la que se está generando con el Instituto de la Música y con la ley de medios teniendo en cuenta que somos un país tan grande, con una extensión importante, y es muy bueno que la música se federalice ya que hay muchos músicos independientes en el país.

—¿Qué saben de las otras experiencias en el país?

—(P) Aunque se vienen formando federaciones de músicos independientes en todo el país, recién ahora se están consolidando. La nuestra se fundó hace dos años y hace dos meses conseguimos la personería jurídica. En julio hubo un encuentro en el que participó la ministra Teresa Parodi y reunió cerca de veinte federaciones. Es emocionante porque lo que estamos haciendo en esta zona también ocurre en otros lados, cada uno con sus realidades; se comienza a articular y a tener un código en común con pertinencia regional y local: eso es federalismo, lo otro es nacional.

¿Qué es la música independiente?

En el transcurso de la charla que El Qubil dió en el Centro Cultural El Espiral, se volvió en varias oportunidades a esta pregunta: ¿qué es la música independiente?. En una entrevista, Dani Pérez, miembro fundador de El Qubil, dijo que “la música independiente es contar con la libertad de decisión de cómo la música se compone, se graba, se edita y cómo se muestra; sin estar condicionado por ningún contrato discográfico, por la moda o lo que se escucha mayoritariamente en la radio”, aseguró.

Legalmente, para que un disco integre el Banco de Música Nacional e Independiente se debe editar bajo los contratos que tiene la Unión de Músicos independientes con las replicadoras de disco; de esta manera, “quemar un disco” en serie, bajo esa producción, permite que el material sea propiedad del músico o de la agrupación y de los músicos participantes en ella; de esta forma, cada ejemplar fabricado será idéntico al “mastering”, la versión final producida y la primera a copiar.

Abramoswki aportó más luz a la pregunta del millón, al afirmar que “se considera independiente al disco, no a la ‘canción’ que se grabó a través de una discográfica y que puede reversionarse y grabarse de forma independiente”. Y prosiguió: “El músico legalmente tampoco puede ser concebido como independiente porque puede grabar de esa forma y a través de un sello privado”. De todas maneras, el Polaco, sobre el final de la charla, aconsejó: “A pesar de todos los avances lo que no vamos a dejar de hacer los músicos independientes es tocar la puerta y decir: «¿Qué tal?, soy músico y vengo por una notita de mi nuevo disco, acá está»”.

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