Entre numerosos escenarios, La Sosa tocó en el "Rancho de Ramón Merlo".
Entre numerosos escenarios, La Sosa tocó en el «Rancho de Ramón Merlo».

La intérprete rosarina habló antes de viajar a Cosquín. Defensora de las composiciones tradicionales santafesinas, la compositora repasó su camino en la música y adelantó nuevo material.

María Elena Sosa recibe a este medio junto a su marido y representante Roberto “Vichy” Santana, en su casa del barrio de Fisherton, en una cortada que cruza la calle Sánchez de Loria. María Elena fue la niña del “Almacén La Candelaria”, aquel hito de la radiofonía local que comenzó a emitirse a principios de los años sesenta y que mantuvo en vilo durante décadas a los oyentes todos los domingos. A los diecisiete años ganó el Festival Argentinísima en el Luna Park, episodio que impulsó su música.

“Yo salí del Rancho de Ramón Merlo”, recuerda exultante la cantante sobre el ya mítico baile popular de la zona sur que organizaba “El Señor del Chamamé”, y agrega: “De allí también salió mi hijo Gerardo Bautista, que también es músico. Yo canté mucho tiempo con Ramón Merlo y grabamos un disco. Y con Monchito, quién después me aconsejó que hiciera mi carrera solista”.

Sosa lleva grabados quince discos, con temas como La Villerita, que interpretó junto al Chaqueño Palavecino; su versión de Pescador y guitarrero, y hasta le cantó a Carlos Monzón y al fotógrafo José Luis Cabezas.

—Uno viene de la cultura rock pero tiene un respeto y admiración por el chamamé ¿De dónde viene tu origen con esta música?
Yo cantaba Detrás de la paredes cuando era chica, y cuando descubrí que el canto era lo mío, me di cuenta que tenía que cantar lo que me apasionaba. Mi papá me acunaba con Ramona Galarza y trabajaba en la construcción, no vi ni un albañil que no escuche chamamé. No puedo cantar entonces lo que no siento.

—¿Vos te sentís una litoraleña pero de Santa Fe?
Soy de la orilla brava, del agua turbia, la correntada… (canta una estrofa de Oración del remanso). Yo no tengo nada que ver con el guaraní, aunque sí, porque es la lengua madre, pero no soy correntina, que quede claro. Yo no tengo nada que ver con Puerto Tirol; yo tengo más que ver con la historia de La Forestal, con El Grito de Alcorta, con los estibadores, con Rosario, con la provincia de Santa Fe. Hago el chamamé que yo siento.

María Elena participó de innumerables festivales a lo largo del camino. Hace unos días se la pudo ver en acción desde la pantalla de la Televisión Pública en el Festival Nacional de Jineteada y Folclore de Diamante, donde fue uno de los principales números. “De los festivales me apasionan los cantores, los que se preparan para bailar, los cuadros argumentales”.

—Estás viajando a Cosquín, ¿qué significa ese festival para vos?
Este año no preparé nada para el Pre Cosquín, pero estaremos tocando allá. Cosquín fue mi puntapié para muchas cosas, pero yo salí del festival de Argentinísima, el de Julio Mahárbiz. Nunca gané un Pre Cosquín y soy la fan número uno de ese certamen. Como docente, he sacado ganadores y mi hijo Gerardo ganó en el rubro Canción inédita en 2004. Cuando participé hace años pensé que estaba preparada, pero no. Podés estar preparado como estuvo alguna vez Soledad, que revoleó el poncho y que tiene carisma, y eso le gustó a la gente y lo respeto. Pero eso se llama suerte, se le dió también en el  momento justo, del destino… la mano de Dios.

—¿Y los músicos que representan al folclore hoy?
Hay muchos que me gustan. Lo que no me gusta es cuando voy a un festival de jineteada y folclore y me ponen una bachata. Para eso está el festival de Viña del Mar. Yo me calcé las botas, la bombacha y el poncho santafesino y fui a cantar chamamé.

—¿Y los referentes?
Y… los patriarcas: Ramón Merlo, Tarragó Ros, Mario del Tránsito Cocomarola, Isaco Abitbol y Ernesto Montiel. Y mujeres como Ramona Galarza, Teresa Parodi y Nélida Argentina Zenón. Yo grabo canciones de Mario Bofil, por ejemplo, que pinta el interior como una acuarela; en estos últimos años estuve haciendo un doctorado con Orlando Veracruz. Orlando es una Biblia.

—El Vichy Santana, tu marido, es además tu representante, ¿cómo es esa relación?
Santana es mi compañero, mi amor, el padre de mi hija. Yo lo conozco desde que el trabaja en Cultura de Rosario. Al comienzo nos peleábamos porque él estaba en una gestión que no hacía bien las cosas, después vino la época de Enrique Llopis en la Secretaría de Cultura, que para mí fue una de las mejores gestiones, ya que le dió trabajo a músicos,  locutores; se hacían espectáculos populares para toda la familia; fue muy importante el Festival del Armado que se llevaba a cabo durante tres noches, y que nada tenía que ver con Colectividades.

—¿Y las gestiones que viene haciendo el Socialismo en la ciudad y la provincia en lo cultural?Para mí son muy elitistas, cero popular, y terminan haciendo el ridículo. Yo no tendría que quejarme porque me dan trabajo pero pienso que la Secretaría de Cultura no confía en los artistas locales. A mí me mandan a los potreros, que no es ninguna deshonra, ya que me siento bien, pero al Monumento a la Bandera me llevaron una sola vez en tantos años de gestiones de Gobierno.

—¿Estás preparando un nuevo disco?
Sí, para este año y a través del sello Epsa. Es un disco que va a hablar del amor en todo sentido. Yo ya canté a favor del folclore, a favor del interior de nuestra provincia y hasta critiqué a los políticos; este es un material que me encuentra con otra sabiduría. Tendrá muchas composiciones mías que les daré a mi hijo Bautista para que le ponga las músicas.

Difusora
Desde su papel en el programa radial El Almacén de la Candelaria, María Elena Sosa siempre estuvo ligada al canto y a la música folclorica y también al fomento de esta última en los medios. “A Cosquín esta vez lo voy a disfrutar de otra manera porque vamos a transmitir mi programa desde allá, dice sobre El Portón del Litoral, un envío radial donde difunde música folclórica, que sale los domingos desde las nueve de la mañana por AM 1330, y que tiene, hace años, su versión televisiva en el Canal Argentinísma Satelital. Además de eso, la compositora acompaña a Alberto J. Llorente en su histórico show televisivo de los sábados por la tarde.“Está siempre vigente”, dice La Sosa, y asegura: “Resulta que a Llorente nadie lo ve, pero en la calle te dicen que te vieron en AJ”. El experimentando y pintoresco conductor ha difundido muchos artístas y músicas populares, desde Sandro hasta Identikit y Graffiti, bandas de música pop que sacudieron a los jóvenes rosarinos a finales de los ochenta.

Nota publicada en el periódico El Eslabón número 178.

 

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