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Hasta el mismísimo domingo de elecciones bien entrada la noche, era inimaginable el escenario que se vive estos días. La duda y la incertidumbre respecto de los resultados de las primarias se instalaron en el arranque de la campaña para las elecciones generales y arreciaron los cuestionamientos y acusaciones al gobierno provincial. Después de la difusión como completos de resultados en los que faltaba computar más del 10 por ciento de los votos, en la ciudad de Santa Fe arrancó el escrutinio definitivo y en los medios, los candidatos se ven obligados a abordar esa y no otras cuestiones. El clímax de los cruces entre el gobierno socialista y los opositores comenzó a escalar el lunes, desde el martes empezó a retumbar en Buenos Aires y en todo el país; y llegó a que el gobernador adujera, el jueves, que todo el despiole se debió a una “extralimitación en la transparencia”.

A medida que se cuentan los votos, brotan los efectos de la extralimitación. Por riguroso orden alfabético, el escrutinio definitivo comenzó con el departamento Belgrano y allí pasó, por ejemplo, que un precandidato que había festejado el domingo a la noche tuviera que morder el polvo de la derrota tres días después. Fue Juan Carlos Valdano el que pasó de vencedor a vencido, a Pablo Verdecchia le tocó la viceversa. Los dos disputaban la candidatura a senador provincial del Frente Progresista. Valdano era el más alineado con el gobierno provincial, asumió y reconoció enseguida el cambio entre el escrutinio provisorio que parecía definitivo y el verdaderamente definitivo, saludó a Verdecchia, todo bien, todo tranquilo.

Más ansiosamente se viven las cosas en otras fuerzas y categorías. La cantidad de votos que no se había computado y sí se incorpora en el escrutinio definitivo es lo suficientemente importante para modificar también varias otras candidaturas. El reparto de los lugares en las nóminas definitivas de concejales y diputados provinciales de cada frente o partido que presentó más de una lista en las primarias surge de la aplicación del sistema D’Hont. Unos cuantos votos más, unos cuantos votos menos, son varios los que se juegan la chance de acceder o no a una banca. También están los que pujan por el piso de votos que hay que obtener en las primarias para poder participar de las generales de junio.

El fuego de esas ansiedades, amplificado a la opinión pública, fue alimentado con la decisión –tras la difusión del cambio de candidato a senador por el departamento Belgrano– de blindar la difusión de los resultados que se registran en la continuidad del escrutinio definitivo. “Plantearon un acuerdo de apoderados para no difundir los datos de las categorías provinciales, las de las categorías locales sí se van a ir dando, pero no se quieren difundir, no está bien claro cómo va a ser”, relató a este periódico un candidato a senador del Frente Progresista, en este caso más tranquilo que los del departamento Belgrano: el domingo 19 obtuvo amplísima diferencia que, asegura, “no se va a modificar; los porcentajes finales van ser más o menos los mismos. La verdad que no entiendo bien por qué no van difundiendo lo de cada departamento y listo”, admitió.

Eso, la difusión, y por internet, es lo que habían pedido, según informó el diario El Litoral de Santa Fe, apoderados de algunos partidos al Tribunal Electoral. Pero hasta media tarde del viernes 24, cuando este artículo terminaba de escribir, se sostenía el blindaje informativo, tal vez para sopesar un poco lo de la “extralimitación de transparencia”, que tantos dolores de cabeza trajo.

Un “estúpido” detrás de la “transparencia”

Callado los primeros días –donde el gobernador y candidato a diputado Antonio Bonfatti concentró el protagonismo oficialista–, el viernes 19 Miguel Lifschitz reapareció con fuerza para defender también “la transparencia” de lo hecho con el escrutinio de las primarias. Pero el postulante a la Gobernación del Frente Progresista adosó un ingrediente a la invocación de la transparencia, al señalar y lamentar “el error de un estúpido”.

“El único defecto (del proceso electoral) fue un estúpido, un funcionario técnico que en vez de poner lo que debía poner, se le ocurrió poner `100 por ciento de mesas informadas´. Vaya uno a saber por qué lo hizo”, apuntó, en declaraciones al programa de Alberto Lotuf en Radio Dos.
De todos modos, Lifschitz dijo no saber “cuál es el funcionario que se encarga de esa información, si es del Tribunal Electoral o del área de Informática (del Ejecutivo provincial)”.

De las preguntas al “fraude”

Los candidatos a gobernador Omar Perotti y Miguel Del Sel tuvieron distintas reacciones frente a las controversias generadas con el escrutinio. El postulante del peronismo expresó antes sus “dudas respecto del resultado definitivo”, presentó formalmente una nota a las autoridades electorales y fatigó micrófonos y cámaras expresando su preocupación por lo sucedido pero cuidándose de utilizar la palabra “fraude”, que sí blandió el candidato del PRO, quien además embistió con que “el socialismo levantó una bandera de la honestidad y hoy, me parece, se le ha caído a pedazos”.

Fuente: El Eslabón.

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