Foto: Alejandro Amdan

Argentina y Rusia afianzaron una asociación estratégica integral con acuerdos y mensajes de respaldo mutuo. La integración bilateral es estratégica desde el punto de vista geopolítico y del nuevo rol de los países denominados emergentes en el plano internacional. Sin ser parte del Brics, el bloque que conforman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, Argentina estrecha lazos con todas estas naciones en un mundo versátil. Como con China, el país se asegura inversiones para grandes obras de infraestructura sin caer en el poder financiero central. El vínculo argentino-ruso es integral porque además de contemplar convenios económicos y comerciales, abarca aspectos culturales y políticos.

Los gobiernos de ambos países firmaron once convenios que incluyen la construcción de la represa Chihuido (que aportará 637 megavatios), la realización de actividades espaciales conjuntas, la provisión de uranio metálico por parte de Rusia para el Invap, la cooperación técnica y promoción para lograr inversiones rusas en la minería argentina, y el convenio preliminar para la sexta central nuclear.

También hubo acuerdos en agricultura, ganadería y acuicultura, que consiste en el intercambio de información en materia de genética; más la elaboración de normas de regulación y control de calidad de productos vitivinícolas. Se concretaron reuniones para acordar instrumentos que permitan profundizar y aumentar el intercambio comercial a partir del pago con monedas propias con el fin de no estar atados a los vaivenes del dólar.

El encuentro entre la presidenta Cristina Fernández y su par ruso Vladimir Putin se dio en un momento donde ambas naciones se necesitan. Rusia está afectada por embargos y penalidades a partir de la anexión de Crimea, y se suma la baja del precio del petróleo. Mientras, la Argentina concluye una etapa de múltiples conflictos comerciales y financieros con Estados Unidos y Europa. Las potencias mundiales quieren trasladar sus crisis a los países emergentes, y estos se blindan para evitarlo.

En el plano diplomático, CFK agradeció el respaldo de Rusia en el reclamo argentino por la soberanía en las islas Malvinas y en la pelea contra los fondos buitre, que cuentan con el guiño de la Corte de Estados Unidos.

Precisamente la actitud del país del norte en la región, a partir del recrudecimiento del conflicto con Venezuela, fortaleció la integración de las naciones sudamericanas, como quedó demostrado en la última Cumbre de las Américas en Panamá. Y esta integración se expande a jugadores de peso, como Rusia y China, para darle mayor despliegue a un dispositivo diferente, que se hace cada vez más fuerte y enfrenta a los grandes poderes de Estados Unidos y Europa.

Desde Rusia, el país más extenso del mundo –Argentina es el octavo–, la presidenta valoró como “positiva” sus actividades en Moscú. Además de encontrarse con su colega ruso Putin, la mandataria se reunió con empresarios y los convocó a invertir en la Argentina, allí resaltaron el crecimiento de los últimos años. Además, participó de una muestra en homenaje a Eva Perón en el Museo Histórico de Moscú y recordó a Lenin, líder de la revolución rusa. Hasta concedió una entrevista a RT, una cadena de televisión en español con sede en Moscú, donde repasó los convenios firmados, defendió la relación con Rusia y se metió en la coyuntura política nacional.

Empresarios, economistas y políticos conservadores, obedeciendo a posicionamientos electorales, dispararon críticas contra la alianza de Argentina y Rusia, como lo hicieron con el acercamiento a China. ¿Por qué critican el acercamiento de Argentina a China y a Rusia y antes, en los 90, aplaudían las relaciones carnales con Estados Unidos? Estos mismos sectores empresarios son hoy promotores del ajuste ante la “inminente catástrofe” que anuncian desde hace doce años.

Argentina y Rusia profundizaron las históricas relaciones bilaterales, que se establecieron en 1885 y sólo se interrumpieron durante los años 1918 y 1946 a causa de la tendencia internacional de no reconocer al gobierno soviético. Este año, Rusia y Argentina celebran 130 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas.

En ese contexto, la presidenta destacó la construcción –que comenzará en septiembre– en forma conjunta de la represa Chihuido en la provincia de Neuquén y de la sexta central nuclear como un mejoramiento del vínculo en materia energética en Atucha.

Los convenios en energía nuclear y petróleo fueron los más relevantes. En particular, la participación de empresas rusas en la creación del reactor nuclear, como la construcción de la central hidroeléctrica y la participación de Rusia en el desarrollo del megayacimiento petrolífero Vaca Muerta, con condiciones más favorables para la financiación de los proyectos. En este sentido se destacó el convenio entre Gazprom e YPF.

En julio del año pasado, el presidente Putin visitó la Argentina para diagramar una serie de acuerdos, que se materializaron con la reciente visita de CFK a Moscú. Además del llamado a cooperar en la agenda política mundial (ONU – G20), ambos mandatarios resaltaron que Argentina y Rusia, ante un panorama sombrío a nivel global, trabajan por una economía inclusiva.

Fuente: El Eslabón.

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