Rosario
Foto: Aqualino Dolfín

Se vienen las jornadas de “Ciudades invisibles”, una mirada sobre la cultura de la Rosario contemporánea signada por el avance del narco, la dependencia sojera, la multiplicación de discursos en torno a la seguridad y el énfasis turístico en el diseño de su imagen.

Los días sábado 6 y domingo 7 de junio tendrá lugar Ciudades invisibles. Prácticas culturales en Rosario, con dos paneles con expositores, un espacio de discusión, intervenciones de danza y recitales. De acuerdo al documento de invitación el eje será la Rosario contemporánea signada “por el avance del narco (como economía y como cultura) y las violencias institucionales e interpersonales (con mayor protagonismo en los barrios populares), la suburbanización, la dependencia de la economía sojera, las intervenciones federales y la multiplicación de discursos en torno a la seguridad y el control técnico, las migraciones internas (de poblaciones empobrecidas tanto como de sectores acomodados, beneficiarios de los agronegocios), las disputas electorales y un énfasis turístico casi total en el diseño de la imagen de la ciudad”.

Las jornadas se localizarán en los bares Pichangú Rodríguez y Salta), Bon Scott (Ricchieri 131) y Olimpo (Corrientes y Mendoza).

Ciudades invisibles es, en primer lugar, fruto del encuentro de dos colectivos de la ciudad: el Club de Investigaciones Urbanas y Avispero. El primero viene trabajando desde principios de 2012, haciendo hincapié en la articulación de actores heterogéneos a la hora de investigar e intervenir sobre problemáticas y conflictos sociales actuales (violencias, especulación inmobiliaria, represión policial, prácticas culturales). Por su parte, Avispero, formado a mediados del año pasado, ha procurado alimentar ejes en relación a los debates sobre políticas culturales y la situación de las prácticas artísticas en la ciudad, focalizando en la ola de clausuras recientes de espacios culturales y la invisibilidad de un arte capaz de incidir en el espacio público.

Ese encuentro derivó en un diagnóstico compartido, según el cual la ciudad ha atravesado una transformación profunda durante los últimos años.

En ese marco, ”el modelo cultural motorizado por, pero no exclusivo de, el gobierno local, ha orientado su acción en un sentido voraz, tendiendo a la absorción de las prácticas culturales en las ciudad. En los puntos donde eso es imposible, lo que se produce es un juego de invisibilización a través de la indiferencia o, incluso, el asedio”.

Pero eso no es todo, a pesar del escenario, “la ciudad se revela también culturalmente prolífica, algo inobjetable y festejable. Pululan modos de expresión, espacios y emprendimientos que vienen procesando la  pregunta por los modos de gestión de la cultura.

Llevada adelante por un campo de actores y prácticas amplio e irregular, esa politización de las políticas culturales no está alimentado únicamente por debates sobre la gestión, la activación de núcleos y espacios autónomos, la elaboración de demandas y exigencias sino también por el deseo de construir redes y coordinaciones estratégicas. No obstante, la impresión es que no hemos intensificado aún las posibilidades que alojan esas experiencias de coordinación colectiva”. Urge, entonces, proponer otras imágenes, otros discursos, otras estrategias.

El propósito de Ciudades invisibles es, pues, ganar un espacio más para estas discusiones, aportando a la constitución de nuevas articulaciones, prácticas y formas de organización en torno a la compleja coyuntura política cultural rosarina. Para ello, el 6 de junio, entre las 11 y las 17, será el momento de las exposiciones de personas que investigan prácticas artísticas y culturales en Rosario.

Bajo la consigna de trabajar tópicos contemporáneos tanto como de trazar líneas que enmarquen a la ciudad en un proceso de largo plazo, Marilé Di Filippo hablará del activismo artístico y los movimientos sociales en Rosario durante los años ’90 y los ’00; Julia Logiódice de jóvenes, política y teatro durante los años ’80; Mariana Bortolotti, de artes plásticas y prácticas culturales en Rosario en la coyuntura del Proceso de Reorganización Nacional, Julia Broguet trabajará las performances “negras” en el Litoral argentino y su incidencia en los procesos identitarios mientras que Sebastián Godoy tituló su exposición “Ciudad Híbrida, Arte Alternativo” para pensar la relación entre lenguajes artísticos y espacio público. A través de estos trabajos será posible recorrer algunos aspectos teóricos de los debates sobre la cultura y las políticas culturales así como, fundamentalmente, armar una imagen de los modos en que la ciudad fue configurando su mapa cultural en las décadas pasadas y qué de aquellas experiencias pueden servirnos para pensar nuestra coyuntura. En este magma de palabras dichas habrá un corte al mediodía para escuchar tocar a Julio Buenavida y ver bailar a Nadia Grisetti.

Por la noche, se producirá una migración hacia Bon Scott, donde habrá intervenciones, minirrecitales de Huevo de iguana, All Free y Los Peces y encuentros que, seguramente, incluirán alcohol.

Al día siguiente, domingo, Ciudades invisibles se mudará al Bar Olimpo. Desde las 15, movimientos culturales y organizaciones sociales ligadas a la cultura, el arte y los medios de comunicación debatirán sobre las posibilidades de articulaciones colectivas y acciones que permitan nuevos niveles de intervención en las problemáticas que nos convocan. Partiendo de que no basta con una demanda focalizada exclusivamente en el derecho a la expresión y de que es preciso incorporar la gestión en el repertorio de las acciones colectivas, esta mesa de discusión se propone como espacio para imaginar estrategias que vayan más allá de los colectivos concretos y nos obliguen a considerar los desafíos y potencias del “entre”. Para hacer visible lo invisible.

El final será otro modo de la improvisación grupal: Fernando Pellegrinet y Analía Rodríguez organizarán una jam de danza porque, como dice el viejo dicho, si no se puede bailar no es nuestra revolución.

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