Foto: Télam.
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El alza del dólar ilegal tiene relación directa con el clima preelectoral más que con una crisis económica-financiera. Lo dice el gobierno pero también lo reconocen algunos opositores. Los repetidos intentos de corridas desestabilizadoras y el “efecto Zannini”.

Algunos le dicen “señales del mercado”. En criollo, son maniobras de bancos y grupos económicos para condicionar gobiernos. Se trata de ataques especulativos, con amplificación mediática, que estimulan una reacción financiera para generar efectos sobre la economía real y así golpear en el terreno político. La última disparada del dólar ilegal, llamado blue, encajaría en esa estrategia que se repite en el tiempo.

Para el gobierno nacional, el recalentamiento del blue es un intento de parte de usinas financieras de marcarles la cancha a los candidatos presidenciales rumbo a las Paso de agosto. No hay inestabilidad económica ni cambiaria y, según el ministro de Economía Axel Kicillof, “eso molesta”.

Además, desde el equipo económico que conduce Kicillof resaltaron que el circuito cambiario donde se transa el dólar paralelo es marginal (unos 5 millones de dólares diarios contra más de 100 que operan en Bolsa) y su valor en alza lo impulsan medios de comunicación que vibran con las “señales del mercado”.

La jugada es confusa, busca generar miedo en la población y embarrar la cancha. Si bien alrededor del blue no hay casi operatorias de compra-venta, igual el precio que difunden las cuevas (mediáticas y financieras) sube. La divisa paralela cotiza a la suba en medio de la campaña electoral: llegó a 13,50 pesos y volvió a valores de enero, con lo cual la brecha entre el billete verde oficial y el blue ronda el 50 por ciento. El dólar marginal marcó un máximo histórico de 15,95 pesos a fines de septiembre de 2014, cuando la diferencia con el oficial llegó a superar el ciento por ciento y cerró ese año en 14 pesos.

En los últimos días, el gobierno intensificó controles y allanamientos en cuevas y casas de cambio para mantener a raya los movimientos informales de la divisa norteamericana. El valor del dólar oficial, apenas por encima de los 9 pesos, se mantiene estable, con mínimos retoques mensuales, y por otro lado crecen depósitos en pesos a plazo fijo. Para los iracundos del “cepo”, los controles de la autoridad monetaria acotan la actividad en el circuito financiero informal, recortan la oferta del blue y eso impulsaría su precio al alza porque “la demanda se mantiene”.

Frente al clima especulativo por la suba del dólar blue, desde el Banco Central hablaron del “efecto Dilma” (Rousseff, la presidenta de Brasil, país en recesión). Esto quiere decir que los grandes operadores del mercado financiero buscan inestabilidad cambiaria con el objetivo de condicionar al presidente de la Nación (en este caso, al próximo mandatario argentino) y empujarlo a que tome decisiones esperadas por ese mundillo pequeño pero poderoso pero contrarias al conjunto de la sociedad, como por ejemplo una brusca devaluación.

Economistas críticos del gobierno kirchnerista prefirieron hablar del “efecto Zannini”. “Me da la sensación de que es el efecto Zannini, es la definición del tablero electoral. Cuando escuchás que plantean continuidad, los que apostaron al desarme del cepo comienzan a tomar una previsión o seguro”, analizó el economista Dante Sica en declaraciones radiales, al revelar que su voto en octubre no irá a la fórmula oficialista que integran Daniel Scioli y Carlos Zannini. Sica admitió que el dólar blue “va a seguir teniendo presión en la medida que entremos a jugar más en el terreno electoral” y que la brecha entre el dólar oficial y el blue va a ser “más grande”.

Amarillo, verde y azul

En un comunicado de ocasión, desde el Banco Ciudad de Buenos Aires reconocieron que tanto la suba en la cotización del dólar ilegal como la baja de las acciones en la Bolsa de Comercio responden al “ruido preelectoral” y no a la situación del país, y subrayaron que esta conducta se vincula con la designación de la fórmula presidencial del oficialismo, “con señales en pos de continuidad de las actuales políticas económicas y financieras”.
La entidad que responde al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, también admitió que el mercado ilegal de divisas se está quedando sin vendedores, y precisó que “la proporción de compradores de dólar ahorro, que los dejan depositados en los bancos, viene en ascenso”.

El informe de la entidad que preside Rogelio Frigerio, principal asesor económico de Macri en su proyecto político, dijo que los movimientos del dólar blue “parecen constituir un primer anticipo del clásico ruido preelectoral, capturando los precios del billete informal al cierre de listas de candidatos de los principales partidos políticos, especialmente del oficialismo”.

El propio Macri había dicho que si asumía como presidente eliminaría el mal llamado cepo al dólar (restricciones a la compra de divisas) por arte de magia. Sus irresponsables dichos tuvieron que ver con promesas de campaña. De plasmarse su idea loca, se traduciría en devaluación, pérdida de reservas, inflación y crisis económica. En el mismo camino aparece la propuesta amarilla de pagarles a los fondos buitre, rifando más de la mitad de las reservas y la soberanía de un país que no se arrodilla frente al poder financiero internacional.

Contra los agitadores

Al referirse a la escalada del precio del blue, el ministro Kicillof afirmó que “el presente clima de estabilidad económica molesta y por eso algunos empiezan a operar y a agitar cuestiones como el dólar, que hay problemas con las reservas o que no se podrá pagar el Boden 15”, tema al que calificó como “un rumor ridículo”.

El Boden 2015 es un bono de la deuda que vence en octubre, cuando Argentina deberá pagar 6.500 millones de dólares a los acreedores. “Argentina, a contramano de los vaticinios del año pasado, está con el doble de las reservas que decían que íbamos a tener”, señaló Kicillof. Las reservas del Banco Central se ubican cerca de los 34 mil millones de dólares. Con regulaciones, la gestión de Alejandro Vanoli en el Central interviene fuerte en el mercado y pone como prioridad el crecimiento económico.

La balanza comercial mantiene el superávit, aunque cae por el achicamiento del volumen de exportaciones, y esto se traduce en un menor ingreso de dólares. También retroceden las importaciones, y el país gasta menos dólares. Con la suba del precio de la soja de los últimos días, el complejo agroexportador aceleró ventas y liquidación de divisas, que en parte compensa la caída de exportaciones en general.

La mayor disponibilidad de divisas para sectores importadores que compran afuera insumos y bienes de capital definida por el gobierno es una muestra del fortalecimiento de las reservas y de estabilidad en materia financiera y cambiaria, más allá de la escalada rimbombante del dólar blue. También el Ejecutivo abre el grifo de verdes para fabricantes electrónicos de Tierra del Fuego. A cambio, los empresarios garantizaron planes de inversión y estabilidad laboral.
Kicillof apuntó contra los medios hegemónicos y los agitadores profesionales. El funcionario recordó que a fines del año pasado “mandaban a la gente a comprar dólares (algunos pagando hasta 16 pesos) diciendo que las reservas estarían en menos de 20 mil millones, que se venía la devaluación y todo tipo de desastre, y terminaron perjudicándola”.

En declaraciones televisivas y radiales, el titular del Palacio de Hacienda afirmó que programas como Procrear, Progresar, la asignación universal por hijo o Ahora 12 “contribuyeron a que no se pierda masivamente el empleo y a evitar los escenarios de catástrofe de quienes hablaban sobre miles de despidos y cesanteados. Nada de eso pasó”. Dijo que las maniobras en torno al blue “buscan meter presión rumbo a las elecciones, generar un clima negativo y engañar a la gente para que se vuelque al dólar”.

Publicado este sábado en El Eslabón.

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