Ahora 12

Con políticas de ingresos expansivas, el kirchnerismo hizo del mayor poder de compra de la población un dinamizador de la economía y eje del proceso de reindustrialización. El apuntalamiento del comercio local se consolidó frente a la crisis internacional.

El proyecto político del kirchnerismo se trazó el objetivo económico de colocar al consumo como motor del mercado interno y del proceso de reindustrialización. El consumo fue y es la base de su programa económico, como sucedió durante el primer peronismo. Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner hicieron del consumo un energizante para la economía. El sostenimiento del poder adquisitivo de la población vía política de ingresos directos e indirectos (paritarias, jubilaciones, asignaciones familiares, Progresar, subsidios, gasto público) permitió, al menos en los últimos siete años, mantener dinámico el comercio local en un contexto de debacle en las principales potencias mundiales.

Después de treinta años de retrocesos al compás del neoliberalismo, la política económica del gobierno nacional dio en la última década impulso al ascenso social. La Argentina es el país de Latinoamérica donde más creció la clase media. Un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dio cuenta que el 54,5 por ciento de los hogares argentinos son de clase media como consecuencia de la reducción de la pobreza y la distribución más equitativa de los ingresos entre la población. Ser clase media no sólo depende de mayores ingresos monetarios, sino de mayor inclusión educativa y sanitaria. En síntesis, de igualdad de oportunidades.

El consumo cumple un efecto multiplicador en la economía. Para tomar decisiones de consumo la población necesita disponer de mayores ingresos, de salarios con poder adquisitivo. La ecuación es simple: si el ingreso aumenta, el consumo aumenta. Y si el consumo crece, la demanda interna se mantiene alta y –por consiguiente– se incrementa la producción industrial y las ventas. Y si la industria despega y al comercio le va mejor, aumenta el empleo.

Esto se denomina círculo virtuoso. El Estado tiene un rol protagónico a la hora de hacer marchar esta rueda. Como contracara, las políticas de ajuste derivan en una caída del ingreso disponible de la población, con lo cual el círculo se desvirtúa y pone marcha atrás: cae el consumo, se contrae la actividad económica, se recorta la rentabilidad empresarial, hay despidos y rebajas salariales.

El secretario de Comercio Augusto Costa consideró que “el consumo tiene un rol central en la economía, más aún en un contexto de crisis mundial”. En una entrevista que concedió al programa de la TV Pública Economía sin corbata, el funcionario dijo que el gobierno genera las condiciones para que el mercado interno sea dinámico y así favorecer a las ventas, a la industria y a la producción.

“El gobierno desplegó una batería de medidas de apuntalamiento del ingreso y políticas específicas para sostener el consumo en pos de avanzar por la senda del crecimiento con inclusión social”, sostuvo Costa, y rebatió las críticas de quienes señalan al consumo como populista y de corto plazo. “Las críticas del establishment apuntan que los aumentos de salarios, el consumo, la emisión monetaria y el déficit fiscal generan inflación. Cuando en realidad lo que buscan es establecer condiciones para aplicar políticas de ajuste”, opinó.

El “consumismo” o la “sociedad de consumo” dentro de un sistema capitalista moderno tiene ventajas y desventajas. El tema despliega un amplio abanico de aristas y posicionamientos a la hora de analizarlo detenidamente y en profundidad, que sobrepasa un artículo periodístico. Ciencias como la economía, la sociología y la psicología brindan herramientas para abordar los diferentes puntos de vista sobre el consumo. El acto de adquirir bienes y servicios puede dividirse entre necesidad y deseo. Está atravesado por una cuestión cultural. Tampoco hay que dejar de lado los efectos ambientales negativos de un consumo desaforado.

Además, el tema habilita un debate sobre lo que sería la “crisis de crecimiento”. Mayor consumo, mayor crecimiento económico tienen “efectos colaterales”, muchos por problemas estructurales de la economía local. Algunos ejemplos: el aumento de la producción automotriz o de productos electrónicos demandan más importación, más dólares, al tiempo que genera –como positivo– fuentes de empleo. El colapso del transporte, del parque automotor, las complicaciones en los servicios públicos urbanos, la suba del precio de la tierra, también se anotan en la “crisis de crecimiento”.

Vector de la economía”

Al clausurar la reunión del Consejo del Salario, la presidenta Cristina Fernández se dirigió a los empresarios: “El tema no es vender caro sino vender miles de productos a precios accesibles, porque esa es la verdadera rentabilidad y la clave del capitalismo, es decir, lograr el verdadero consumo, porque no se puede sostener un sistema restringiendo el consumo popular”.

En ese encuentro con hombres de negocios y trabajadores, la mandataria reivindicó el avance salarial de los últimos doce años y reconoció la importancia de los programas Ahora 12, la Red Comprar y Precios Cuidados, a los que se puede sumar el plan Renovate de compra de heladeras y lavarropas, y lo que fue Procreauto.

“Con viento de cola, con viento de frente y hasta con zancadillas preservamos uno de los vectores fundamentales para la economía, que es el mercado interno, y lo hicimos a través del consumo. Primero la demanda y luego la oferta, nadie invierte si no tiene la certeza que le van a comprar”, razonó la presidenta ante la atenta mirada de sindicalistas y empresarios.

Cristina aprovechó la ocasión para contar que “la capacidad de ahorro creció, de acuerdo al informe monetario del Banco Central”, ya que “los depósitos a plazo fijo aumentaron respecto de mayo a junio un 3,4 por ciento; y de junio a julio un 41 por ciento”, lo que significa que “los argentinos tienen capacidad de ahorro y confianza en el sistema bancario”.

La presidenta mencionó que un informe de la FAO (la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) “destacó que bajó la inflación de alimentos en el país por tercer mes consecutivo este año”, y recordó que “Argentina tiene un promedio de inflación del 11,8 por ciento, mientras que el de la región es del 14,2 por ciento”.

CFK también se refirió a que los productores regionales requieren de medidas puntuales de acompañamiento frente a la caída de precios internacionales y menor volumen de exportación, y a la vez defendió el rol de los programas sociales para impulsar el consumo y la economía doméstica, que según reveló aportan más de dos puntos del producto bruto interno.

“Cuando hablamos de incluir no es sólo a sectores vulnerables, a los que reciben la asignación universal por hijo. Es algo más amplio. Incluye a los empresarios, porque hay empresarios que en 2003 no lo eran y hay grandes empresas que en 2003 eran chicas”, sostuvo, y remarcó que “la igualdad de oportunidades para los de más abajo es también sostener la producción de las compañías. ¿A quién le venden si no los televisores, alimentos, vestimenta?”.

Baja la inflación, repunta el consumo

El informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) correspondiente al mes de julio se tituló: “La economía ante el escenario electoral”. El recambio presidencial hacía pensar de antemano una retracción en las decisiones de inversión y consumo, y sucedió al revés. Con acompañamiento del Estado en la administración del comercio y los mayores ingresos de la población, la demanda interna se mantiene alta y actúa de incentivo para la producción.

En el trabajo del Ceso se señaló que los indicadores de ventas de supermercados, centros comerciales y recaudación, incluso si se comparan con las estadísticas de precios de las provincias, confirman el repunte del consumo. “Una inflación proyectada por debajo de los aumentos de la jubilación mínima, la AUH y las paritarias salariales hacen prever la consolidación de ese repunte del mercado interno”, remarcó el documento.

Para el Ceso, se consolida la desaceleración de la inflación debido a la estabilidad cambiaria y la caída en los precios de las materias primas. “Hacia adelante, y haciendo uso de los índices provinciales, se espera para fin de año que los aumentos de precios sean de entre un 24 y 27 por ciento anual, por debajo de los aumentos de jubilaciones, salarios y asignaciones”, se indicó en el informe al que accedió El Eslabón.

A pesar de la menor demanda externa, las industrias vinculadas al mercado interno continúan creciendo. El estimador mensual de la actividad industrial registró en mayo de 2015 una caída del 0,9 por ciento respecto al mismo mes de 2014. De esa manera, el sector industrial contabiliza veintidós meses consecutivos sin crecimiento. Al interior del sector, el descenso más pronunciado de la actividad continúa concentrado en la producción automotriz, al que se suma en mayo la industria metálica básica. Ambos rubros se encuentran afectados por la caída en la demanda externa (principalmente Brasil). En cambio, la producción de petróleo, cemento, y otras industrias vinculadas al mercado interno (papel, metalmecánica, química, lácteos, carnes) continúan creciendo debido a la expansión del consumo.

En cómodas cuotas

Entre los programas estatales de estímulo al consumo se destacó el Ahora 12, que devolvió la posibilidad de comprar con financiamiento a través de la tarjeta de crédito en doce cuotas sin interés. La buena aceptación entre los consumidores, simpatizantes o detractores del gobierno, está a la vista: cada vez son más los comercios adheridos al plan oficial con el fin de reactivar sus ventas. El programa no está libre de típicas avivadas de comerciantes, que ponen un recargo en el precio final a la hora de financiar sus ventas.

La segunda etapa del programa de compras en cuotas Ahora 12 ya registra un 28 por ciento más de operaciones que la etapa anterior y un mayor número de ventas, según informó el Ministerio de Industria en base a información brindada por las tarjetas de crédito participantes del programa.

Con siete semanas menos en su haber, el segundo tramo contabiliza 7.076.703 operaciones en sólo dieciocho semanas, contra 5.524.568 tickets registrados en las veinticinco semanas de la primera etapa, comprendida entre septiembre de 2014 y febrero de este año. Así, la segunda etapa ya representa el 56 por ciento del total de las operaciones y un 28 por ciento más que el período anterior.

Con respecto a las ventas, la comparación entre períodos muestra que el segundo acopió el 57 por ciento de las ventas y el primero el 43 por ciento, sobre un monto total de 23.700 millones de pesos vendidos por los locales adheridos a Ahora 12. En valores absolutos, Santa Fe está entre las tres primeras provincias que lideran el ranking de transacciones con Ahora 12. Por rubros, los tres más consumidos son indumentaria, calzado y marroquinería y materiales para la construcción.

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