En la reunión que se realizó el miércoles pasado en la sede del Sindicato de Prensa Rosario, de la que participaron periodistas, camarógrafos y fotógrafos de casi todos los medios locales, se expresó la preocupación por la desprotección a la que están expuestos los trabajadores de prensa a la hora de cubrir hechos policiales. Pero además, hubo especial atención al cada vez más restringido acceso a las fuentes de la información. Silvina Tamous, jefa de la sección policiales del diario El Ciudadano, consideró que no se trata de poner el ojo sólo en cierta peligrosidad de las barriadas sino, por el contrario, en acercarse más a ellas, de una manera distinta, para hacer verdadero periodismo. “No hay que pensar nunca periodismo versus barrio”, sentenció ante el eslabon.
Sobre los nuevos canales de comunicación entre el nuevo sistema penal de la provincia y la prensa, Tamous hizo una breve reseña histórica: “Primero, habría que reconocer que obtener información de tribunales, históricamente, fue complicado. Y dependían estrictamente de la buena o mala onda que tuviera un juez de instrucción o de sentencia para darte información”, introdujo para luego destacar también que “desde que se se puso la oficina de prensa, el acceso a la información fue un poco más accesible”.
También con la entrada en vigencia de la nueva modalidad judicial santafesina, la periodista especializada en información policial y judicial, destacó que “ahora se puede ir a las audiencias, porque los procesos son orales”. “Ahí te enteras de todo lo que no te enteraste antes: de lo que no te dijo la Policía, de lo que vos sospechas que pasó, y comprobarlo ahí”, describió.
Pero todo tiene su lado oscuro: “Cuando un tema no está en audiencia tenés que dirigirte a la Fiscalía, y si ese caso no entró en carpeta, cuesta mucho conocer esa información”.
En tal sentido, opinó que si bien “es un sistema muy veloz, muy rápido, que sirve para la cantidad de juicios abreviados, porque si los fiscales tuvieran que participar de todos los juicios no darían los tiempos, por otra parte, un mismo fiscal tiene una infinidad de casos que le va a resultar difícil poder investigarlos a todos, y entonces otra vez (para acceder a una fuente) depende de la Policía. Tiene que ver con la dinámica, pero en el fondo el problema sigue siendo el mismo”, dijo.
Información oculta
“La Policía no te da datos de nada”, dice Tamous, y aclara que aunque está la oficina de prensa institucional, de ahí “la información sale retaceada, no te enterás de nada”. “Si vos no vas al barrio, o posteriormente a una audiencia, no hay manera de acercarse a un caso con algún criterio de verosimilitud”, subrayó.
Al respecto, amplió: “Con el homicidio del domingo pasado nos pasó que teníamos una versión de la Policía, otra de la Fiscalía, y cuando fuimos a hablar con las víctimas nos quisimos morir porque no tenía nada que ver, eran todas versiones ¡opuestas!”, contó.
“Caso puntual es el caso Godoy: para la Fiscalía y para la Policía, Carlos Godoy era un ladrón. Cuando nosotros fuimos al barrio nos encontramos con otra historia. Carlos Godoy, cuando lo mataron, tenía el recibo de sueldo en el bolsillo”, detalló Silvina sobre un resonante caso de gatillo fácil en Empalme Graneros.
“¿Cómo te aseguras de que la Policía se investiga a sí misma? Entonces en cada caso donde dispara un policía se infiere de que fue contra un ladrón. Y hay gente que festeja eso, cuando la Policía baja a cualquiera, y ese es el punto en el que todo se va deteriorando. El problema es la doble función de la Policía que investiga y tiene que ser investigada, porque está involucrada”, definió.
Sobre este tipo de homicidios que entran en “carpeta” de la Fiscalía, Tamous contó: “Muchas de las preguntas nunca las responden, sobre todo en casos de gatillo fácil. Pero cuando los fiscales no hablan, hay que saber que ellos no son la única fuente. Es una fuente oficial, pero en todo litigio o proceso, las partes tienen abogados, por ejemplo”, señaló.
Reconstruir el vínculo con la gente
Al volver sobre las fuentes de la información, Tamous asegura que los testimonios de los involucrados y los testigos son lo más importante para dar cuenta periodísticamente sobre los hechos. Al respecto de los cronistas, expresó: “Hay que parar la pelota y preguntarse ¿a qué voy a un barrio?, a buscar qué, qué es lo que quiero esclarecer”.
“Hay otras maneras de ir a los barrios, como buscar referentes sociales y generar vínculos con los vecinos donde ellos vean que vos no sos el enemigo, y que eso, además, se refleje en lo que vos escribís. O en lo que vos opinás. Hay que reconstruir ese vínculo. No se puede ir con policías a un barrio, porque es lógico que nadie quiera hablar con vos. Después hay lugares peligrosos y hay gente desubicada como en todas las épocas. Pero vos como periodista podés elegir si ir o no ir, cuando ves una situación de peligro, nadie te puede obligar a trabajar con miedo”, señaló.
A la vez, la experimentada periodista consideró necesario “replantear un poco al periodismo”.
“¿Es la primicia lo que importa? ¿Para qué sirve estar ahí en ese momento? Podes ir al otro día, cuando no esté tan densa la cosa, e incluso podés tener mejor información. Hay cuestiones que se pueden laburar de otra manera. De hecho a mi el domingo no me pasó nada porque yo tenía una sola periodista para ir al barrio y le dije «No,no es hora de que vayas sola, no están dadas las condiciones de seguridad». Pero eso no quiere decir que ese homicidio no lo vayamos a tratar, pero lo hacemos al otro día”, ejemplificó.
Fuente: El Eslabón