“Nisman me miró a los ojos y dijo: Cristina ordenó todo”.
“Nestleman me miró a los ojos y dijo: Cristina ordenó todo”.

Con el mismo rigor probatorio con que las dos chicas audaces Patricia y Laura denuncian que la Agencia Federal de Inteligencia espía a casi todos jueces, fiscales, candidatos, periodistas y habitantes de la farándula, yo denuncio que se avecina un tsunami en la rama femenina opositora: Elisa está verde de envidia con quienes califica así: «Ese par de chiruzas».

Me dicen (qué lindo que es ejercer con impunidad la técnica de los bastardos) que varias veces tentaron a las tres para formar una suerte de trío tipo «Los Ángeles de Majul», o «Chicas Superpoderosas», pero siempre, por una u otra veleidad de una de las tentadas, la iniciativa moría antes de nacer.

Que Elisa no quería ser Bellota, que a Patricia Bullying no le cerraba ser un «ángel», de Majul, de Charly o del mismísimo Lucifer, que también alguna vez lo fue. «Con esta caripela, sí. Un ángel. ¿Qué quieren, que todo el mundo se me cague de risa?», argumentaba la Patita Gris, como si Laura fuera Demi Moore en Ghost, el fantasma del amor, o Lilita no hubiese sido Miss Roque Sáenz Peña hace medio siglo. Problemas de cartel, cuales vedettongas de programas de chismes.

Entonces, al final, «ese par de chirusas» quedó haciendo periódicas presentaciones en formato de dúo, incluso a veces actuando como dúo pero apareciendo cada una por su lado, como en el Caso Nestleman, en el que también salían espías desde las raíces de ligustrines, palos borrachos y otras diversas especies botánicas.

En la base antártica Marambio, en temporadas de ventiscas con nieve, desde las ventanas, quienes calzan las camperas de color estridente preparadas para la ocasión se ven a suficiente distancia. Lo mismo sucede en los Tribunales Federales de Comodoro Py, en Buenos Aires, cuando desde los ventanales se las ve venir desde veinte cuadras a Patri y Laurita con sus carpetitas. Ya las junan.

Bueno, hace unas horas llegaron taconeando desde San Isidro, donde ya habían presentado su última «denuncia»: resulta que parecería que, según alguien les habría dicho, la AFI y el Ejército andarían espiando ilegalmente a un montón de gente.

Laurita contó lo siguiente: «La persona que se contactó me refirió que el listado daba cuenta que se estuvieron y se están realizando una interceptación de líneas telefónicas y almacenamiento de datos provenientes de Whatsapp, mails, mensajes de texto, en los teléfonos celulares y computadoras». Uy, sonamos, «la persona que se contactó». Mmm…bueno, sigamos leyendo que las pruebas deben estar más abajo.

¿A ver qué dice Infobae? «Las diputadas del PRO… realizaron este martes dos denuncias judiciales tras recibir de manos de un agente de la ex SIDE un largo listado de jueces, políticos y periodistas que fueron espiados por los servicios de inteligencia y por el Ejército». Ajá, un agente de la ex Side. ¿Por qué no «ex» agente, puesto que la tal Side ya no existe. ¿Puede no existir la Side y que sin embargo siga teniendo agentes, esto es agentes activos? Uau, hasta Lilita tiembla de sólo pensarlo.

Bueno, todo puede ser medio endeble, pero los magistrados, si ven el hueso con algo de carne, como buenos sabuesos, van a hincarle los molares, incisivos y hasta las muelas de juicio a tamaña denuncia. ¿Qué dicen los jueces?

«El juez Agustín Casanello afirmó que la denuncia sobre supuesto espionaje del Servicio de Inteligencia del Ejército y la AFI contra personalidades públicas llegó a su despacho «sin mayores precisiones que las que están en los portales» de internet», se lee en Página 12.

Pero ése es el de Comodoro Py. ¿Y el otro, el de San Isidro? «Emiliano Canicoba… aseguró que el escrito presentado por las diputadas del PRO… «todavía no está acompañado» de las presuntas pruebas difundidas en los medios de comunicación».

¡Qué ensalada! «Pero ojo –me dicen–, no te enganchés con el listado sí o listado no, porque las tipas lo van a presentar, el tema es que cualquiera puede hacer un listado de espiados, con los ojos cerrados, lo que hay que ver es qué tipo de prueba representa esa papeleta para un tribunal en un juicio nada menos que contra el Estado, ¿mentendés?».

Lentendí, y ahí nomás me metí en Clarín y…¡¡¡clarín, ahí estaba Laurita presentando el listado!!! «Este mediodía, la diputada nacional porteña presentó la lista de políticos, periodistas y funcionarios judiciales incluidos en la denuncia». Si Clarín lo dice…

Sin embargo, algo huele mal en Dinamarca, dicen que Shakespeare le hizo decir a un personaje…y en un comentario a esa noticia, escrito por alguien que confiesa estar «en total desacuerdo con este gobierno», se puede tomar nota de un detalle que a otros puede pasar desapercibido: «Ante todo aclaro que estoy en total desacuerdo con este gobierno, pero realmente me parece que el listado presentado como supuesta prueba de las escuchas deja mucho que desear, ya que no puede ser que se esté espiando a un chico de 8 años (Hoja N°3 – Nro. OB: Verbal 15 – nieto de Stiuso hijo de Monica – DNI 48241224 – fecha de nacimiento 01/10/2007) y también a una nena de 6 años (Hoja N°5 – Nro. OB: Verbal 5 – hija 2da esposa Stiuso – DNI 49261831 – fecha de nacimiento 07/01/2009)». Lo firma una mujer, cuyas iniciales son VGZ. Mando a averiguar a mis fisgones si no es una clave iraní».

¿La papeleta estuvo antes en Clarín, La Nación, Perfil, Infobae, que en Comodoro Py? Naaa… Parece que sí.

Suena el celular. Es una vieja periodista que me recuerda que el jefe de «esas dos chiruzas», Mauricio, está procesado precisamente por llevar adelante un sistema de escuchas ilegales, comandado por su ex jefe policial Fino Palacios, el favorito de las embajadas de Israel y EEUU. Uy, le cuelgo, parece mi ex mujer: tiene razón, y éso es lo que me exaspera.

Algo falta en este caso, un cabo suelto, un eslabón que no encaja del todo…cavilo, pienso…ahora suena el portero eléctrico. Es el portero versión humana, que dice que tiene una encomienda para mí, pero que le resulta sospechosa. «Con las cosas que están pasando», agrega.

Bajo, agarro la encomienda, la llevo a la oficina, la abro. Adentro de una caja de Timberland, envuelto en papel manteca extrafino, un zapato negro abotinado con una rueda de viejo teléfono de bakelita de Entel, y una tarjeta confeccionada con cartulina buena, que contenía una breve esquela: «A esta payasada lo único que le falta es que aparezca Waxwell Smart y confiese que es la fuente de las dos minas estas. Para que si eso sucede no duermas, te mando el zapatófono, por si el 86 te pega un llamadito». Firmado: Fulgor, un viejo merodeador de redacciones, de donde reclutaba incautos cagatintas que terminaban espiando para él.

Apagué el celular, descolgué el fijo, enmudecí el portero eléctrico, desenchufé la tele, prendí un pucho y di vuelta la tarjeta. Una sola frase: “Nestleman me miró a los ojos y dijo: Cristina ordenó todo”. La firma era de una tal Laurita Burbuja.

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Un comentario

  1. Mónica Garbuglia

    23/10/2015 en 10:55

    Excelente columna Çaró, como nos tiene acostumbrados su sentido de la ironía es inimitable, saludos!

    Responder

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