Cambios y cortocircuitos

Los entredichos entre socialistas y sus socios, aliados nacionales de Cambiemos, ya no son sólo por la seguridad. La paritaria provincial pone al descubierto contradicciones internas y reposicionamientos de la coalición que encabeza Miguel Lifschitz.

Tal vez la primera señal de ese nuevo escenario se puede observar en las negociaciones que se llevan adelante entre el Estado provincial y docentes, Upcn y ATE. Es curioso, porque el Ejecutivo con estos dos últimos primero ofreció el 22 por ciento, para luego avanzar hasta un 28. En el caso de los docentes, la negociación terminó en un pedido de levantamiento de un paro, cuando la propia mecánica de funcionamiento del gremio hacía imposible en la práctica dicha solicitud.

«Da la impresión de que el gobierno provincial deambula, muchas veces, entre los criterios salariales del macrismo a nivel nacional, y la propia interna que tiene en el Frente con sus aliados históricos», confió un dirigente con mucha experiencia en negociaciones salariales.

Incluso es notorio que, con discreción, fuentes ligadas a intendentes justicialistas han percibido la sorpresa con que varios de ellos –fundamentalmente los que participan de la paritaria municipal– vienen evaluando los vaivenes de la discusión.

Las causas o factores que explicarían tantas contramarcha son varios. En primer lugar, la novedosa presencia de representantes paritarios del PRO, recientemente a cargo de sus funciones pero absolutamente orgánicos en cuanto a las políticas nacionales en la materia.

Por otro lado, y en esto hay plena coincidencia de quienes ponderan la situación pero con la cautela que demanda estar inmersos en plena paritaria, el ejemplo de la propia ciudad capital, donde el intendente José Manuel Corral aumentó a fin de año su presupuesto en un 44 por ciento pero ahora parecería querer cumplir con sus socios de Cambiemos, levanta la bandera de un 28 por ciento durante la última reunión con el gremio municipal.

A este análisis no escapa que, hoy por hoy, la “estrategia Corral” va de la mano de su decisión de ser el futuro gobernador de la provincia, lo cual implica, linealmente, contradicciones y diferencias en el seno del propio gobierno santafesino. «La interna se ha potenciado y han quedado en evidencia, inclusive, manejos y metodologías de construcción de consensos totalmente diferentes entre socialistas y radicales», confían discretamente voceros de los gremios estatales.

Esto podría ser un dato menor pero se amplifica, pues el propio gremio municipal ha reconocido que no va a pactar ningún porcentaje debajo de la cifra obtenida el año pasado. Por lo mismo, la táctica de ofrecerles primero una propuesta cercana a la misma y en menos de una semana reducirla, se parece más a una provocación o un planteo de ruptura (un estilo para nada ajeno a la gestión Macri) que un intento serio por acordar en un marco, el paritario, que en la provincia ha demostrado ser una herramienta idónea.

Tal vez la síntesis encuentra en la frase pronunciada por un ex dirigente gremial, con mucha experiencia en paritarias y negociaciones con el ámbito provincial: «La política del macrismo y el rol del radicalismo provincial están, evidentemente, atentando contra este logro que fue y es una bandera del socialismo santafesino».