La provincia de Santa Fe sigue a la cabeza de la tasa de homicidios aunque se redujo un punto entre 2014 y 2015. La cantidad víctimas por siniestros viales es aún más alta, pero tiene menos prensa. Rosario triplica el índice de asesinatos intencionales promedio del país. A la vez, los delitos y robos disminuyeron.

La difusión pública de la tasa de homicidio por provincia, elaborada por el Ministerio de Seguridad nacional, coloca a Santa Fe al tope de ese ominoso ranking, a pesar de que el índice bajó un punto entre 2014 y el año pasado. Si bien en 2015 la tasa provincial fue de 12,2 asesinatos dolosos –es decir, con intención de matar– cada cien mil habitantes, la de la ciudad Rosario trepó al 19,8 y la del Departamento Rosario a poco más del 20, cifras que ponen de relieve la magnitud del problema. Sin embargo, sigue siendo mayor el número de muertos en siniestros viales que por balazos o puñaladas, aunque los choques con víctimas fatales poseen menos interés para la prensa. Paralelamente, los delitos contra las personas y contra la propiedad se redujeron en Santa Fe en un 20 por ciento entre un año y otro, dato que seguramente no acompaña la percepción ciudadana creada en parte a través de los medios de comunicación.

A la cabeza

El Ministerio de Seguridad nacional difundió esta semana estadísticas criminales de todo el país. En el conteo de homicidios dolosos Santa Fe continúa encabezando la nómina del total del país con una tasa de homicidios del 12,2 cada cien mil habitantes en 2015.

Un año antes, el índice era del 13,2 por cada cien mil, es decir que cayó un punto la tasa de asesinatos. En la provincia de Córdoba, en cambio, la tasa fue de 4,2 en 2014 y bajó a 3,8 el año pasado, cifras que representan un cuarto de las de Santa Fe.

En la provincia de Buenos Aires –un distrito señalada como de alta conflictividad en su área conurbana– la tasa de homicidios dolosos también es significativamente inferior a la santafesina. En 2014 se registraron 9,1 asesinatos cada cien mil habitantes y al año siguiente el índice bajó a 7,4.

Mendoza ofrece datos similares a los de Buenos Aires, mientras que en Chubut –según los guarismos oficiales– la tasa de homicidios se redujo a la mitad entre 2014 y 2015. El primer año presentó un índice ostensiblemente superior al promedio nacional con 13,3 homicidios cada cien mil habitantes, cifra que redujo a 6,7 un año después.

La dinámica de los crímenes dolosos, atribuible a múltiples factores no siempre relacionados con lo previamente delictivo, muestra también que en algunos distritos provinciales la tasa de homicidios trepó en la comparación interanual. En el páramo de los hermanos Rodríguez Saá subió de 4,7 a 5,7; en Santiago del Estero de 2,5 a 3,8 y en Formosa trepó de 6,8 a 9,5 en un año. También Salta y Jujuy incrementaron la tasa de asesinatos dolosos en el mismo período.

El mismo trabajo estadístico del Ministerio de Seguridad nacional permite observar que el mayor número de muertos no corresponde en Santa Fe a los asesinatos intencionales en hechos “de inseguridad”, sino a siniestros viales.

En 2014 la tasa de víctimas de homicidios culposos en siniestros viales fue de 17,7 cada cien mil habitantes, más de cuatro puntos por encima de los muertos en crímenes dolosos. Si bien el año pasado el índice víctimas de la siniestralidad vial se redujo a 13,9, sigue estando por arriba de los baleados y apuñalados en la provincia.

La producción de sentido común a través de los medios permite agranda uno y achica el otro, de modo tal que el binomio seguridad-inseguridad sigue siendo uno de los más altos en las encuestas cuando se consulta a la opinión pública sobre los problemas de los santafesinos. La cuestión, sin embargo, ofrece variantes en Rosario.

Pago chico

La tasa de homicidios nacional fue de 6,6 por cada cien mil habitantes en 2015, de acuerdo a las estadísticas elaboradas y brindadas por la cartera de conduce Patricia Bullrich. La de 12,2 de Santa Fe casi duplica la media del país, a la vez que se trata de la más alta de Argentina, se dijo.

Sin embargo, los datos desagregados del Ministerio de Seguridad santafesino permiten observar que el problema es más grave en Rosario, donde el año pasado se registraron 224 homicidios dolosos en todo el departamento, lo cual eleva la tasa local a cerca de 20 asesinatos cada cien mil personas.

En la ciudad de Rosario, los crímenes intencionales fueron 198 durante 2015, cuatro menos que un año antes. La tasa trepó, así, a 19 por cada cien mil habitantes.

Según los registros públicos de la provincia, la mayor caída de homicidios se produjo en ciudades aledañas a Rosario como Villa Gobernador Gálvez.

La localidad del sur había alcanzado en 2013 una tasa de 32 homicidios cada cien mil habitantes, convirtiéndola en la ciudad con índice más alto de toda la Argentina. El año pasado sólo se registraron 11 homicidios en Villa Gobernador Gálvez, lo cual también ayudó a reducir la tasa del Departamento Rosario. Algo similar ocurrió en Granadero Baigorria, ciudad en la que en 2014 se habían producido 10 homicidios dolosos, que se redujeron a 2 casos el año pasado.

Las estadísticas criminales conocidas esta semana no registran detalles sobre los hechos, sólo cuentan muertos. Es decir, no se determinan si se trató de asesinatos en intento de robo, entre personas conocidas, por razones interpersonales o atribuibles a las disputas entre bandas dedicadas al narcomenudeo.

Esos datos, que el Estado posee, son indispensables para diagramar las políticas públicas de seguridad, diferenciarlas de acuerdo a cada zona y establecer la intensidad de las mismas según el tipo de delito y el territorio afectado.

Violencia cultural

“Lamentablemente no pudimos reducir en Santa Fe la tasa de homicidios que tienen que ver con diferentes cuestiones y no puntualmente con el delito, más allá de que generan un delito, sino con la violencia cultural, que es un concepto al que tenemos que empezar a prestarle atención y trabajar sobre él porque indudablemente con una policía más efectiva y activa como la que estamos viendo, a veces no alcanza para tener el nivel de delitos que esperamos”, dijo el ministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro.

En una entrevista con el diario El Litoral, agregó: “Reconozco el problema que tenemos porque de esa manera podemos encontrarle una solución”.

Agregó que “más allá de los números, tenemos que trabajar con políticas de Estado para reducir la violencia cultural. Muchos de los últimos homicidios que se cometieron en la provincia fueron por problemas entre familias o amigos que se resuelven de manera violenta: un tío que le abre el abdomen a su sobrino, una madre que le mete dos puntadas a su hijo, un pibe que recibe 7 tiros de parte otro joven al que le robó la gorra. Esto es más profundo que el aspecto policial”.

El Ministerio de Seguridad trabaja en una serie de políticas y acciones para que los datos que arrojan las estadísticas se conviertan, con el paso del tiempo, en percepción de la opinión pública.

Encaró una política de desarme –principalmente recolectando armas “abandonadas” en comisarías que en ocasiones regresan al mercado negro–; lanzó un inédito censo policial porque el gobierno no sabía con exactitud dónde estaban los casi 20 mil integrantes de la fuerza de seguridad; allana semanalmente puntos de venta de droga al menudeo, que reduce la “sensación de inseguridad” en los barrios oprimidos por ese fenómeno.

Tiene en carpeta, también, quitar responsabilidades administrativas a la policía para devolverlos a la calle con el fin de otorgarle mayor presencia pública a la fuerza y prestar un servicio de seguridad disuasivo y preventivo, que era casi nulo hace unos años.

El Estado santafesino también recuperó en estos meses la facultad de nombrar a jefes policiales que estaba en manos ¡de la misma fuerza!. Es decir, ganó control político de los uniformados. Los resultados de esos cambios que propone la gestión de Pullaro se verán con el tiempo, que dirá si fueron efectivos o no.

Por lo pronto, el ministro busca contrarrestar los altos índices de homicidio que posee la provincia con la disminución de otros delitos.

Según los datos de la cartera de Seguridad nacional, en Santa Fe se registraron 2.576 delitos contra la propiedad cada 100 mil habitantes en 2014, que se redujeron a 2.105 el año pasado.

“En los primeros cinco meses del año la totalidad de los delitos cometidos en la provincia bajaron un 25 por ciento”, dijo Pullaro en la misma entrevista con el vespertino que se edita en la ciudad de Santa Fe.

“La misma encuesta nacional –siguió- que nos marca alto en homicidios nos destaca como bajo en delitos en general. Obviamente el nivel de delitos es alto, pero es más bajo que la media nacional y a eso también hay que destacarlo”.

Y se preguntó: “¿La sociedad no lo percibe? No, porque hay hechos de impacto social que hacen que la percepción sea diferente, pero hay una tendencia a la baja en nuestra provincia”.

Fuente: El Eslabón.

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